No se puede admitir ahora ningún pacto, ninguna concesión a la derecha franquista
Tras su victoria en las elecciones municipales y autonómicas, las derechas franquistas han ido a las elecciones del 23 de julio con un objetivo: imponer una mayoría absoluta y formar un gobierno con un programa de destrucción de las conquistas de la población trabajadora, de abierta regresión social y democrática. Incluso, Ciudadanos decidió no presentarse a las elecciones para no dividir el voto y ayudar a conseguir esa mayoría. Pero han tropezado con la movilización electoral de un sector importante de la clase trabajadora, de la juventud, de las mujeres y de los pueblos, que les ha cerrado el paso.
Esa movilización electoral no supon e , ni mucho menos, un voto en blanco para que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz formen gobierno con cualquier política, ni para una continuidad de la política que ha seguido el gobierno de coalición en los últimos años. Una política que ha provocado la desafección de millones de trabajadores y jóvenes y que ha alimentado una abstención obrera y popular que sigue siendo muy importante. Si el voto que se ha movilizado para parar a la derecha hubiese querido avalar la política de parches paliativos del gobierno de coalición, hubiese ido a votar también el 28 de mayo.
Por el contrario, quienes han votado para derrotar a las derechas no quieren que se aplique la misma política que, sustancialmente, aplicaría la derecha, aunque sea con formas más amables, sino que el gobierno que se forme dé respuesta y satisfacción a sus principales reivindicaciones. Que garantice una subida de salarios y pensiones, imponga el control de los precios de los alimentos, la energía y los artículos de primera necesidad, que ponga fin a las subidas de las hipotecas, que garantice el derecho a la vivienda y al suministro de energía, que tome medidas para salvar la sanidad y la enseñanza públicas, y que derogue todas las normas antisociales y reaccionarias impuestas en años anteriores (derogar lo que queda de las reformas laborales, la ley mordaza…). Que dé respuesta a las exigencias del pueblo catalán, vasco, etc. Acabar con la persecución judicial de los catalanes y todos los trabajadores y jóvenes encausados Y poner fin al despilfarro en gastos militares y a las políticas militaristas.
El resultado electoral, tan igualado, abre una situación en la que no es descartable un bloqueo político. Se acumulan las presiones para que el Partido Socialista llegue a un consenso con el PP, o para que apoye un gobierno del PP. Así lo exige el propio PP, y en ese sentido se han expresado numerosas fuentes de las instituciones de la Unión Europea, dirigentes empresariales y sectores del propio PSOE más vinculados a la defensa del Régimen de la Monarquía. Plegarse a esas presiones supondría traicionar la voluntad de la mayoría que ha impedido la anunciada victoria del PP.
El argumento supremo es que ese pacto traidor garantizaría las exigencias máximas del capital financiero y sus instituciones, como la Unión Europea, el BCE, el FMI, al futuro gobierno : hay que acabar con el “despilfarro”, reducir el déficit y la deuda pública (se habla de recortar entre 20.000 y 30.000 millones en los presupuestos), aplicar reformas “pendientes”como una nueva reforma laboral, continuar con más reformas de las pensiones hasta su total privatización, seguir aumentando el gasto militar, como exige la OTAN… Exigen que, gobierne quien gobierne, que gobierne para ellos y contra la mayoría que con su voto ha cerrado el paso a las derechas.
En esta situación, sólo la organización y movilización independiente de la clase trabajadora, de los y las pensionistas, de las mujeres, de la juventud, de los pueblos, en defensa de sus reivindicaciones y conquistas, puede garantizar que las cosas se resuelvan en favor de la mayoría trabajadora. Porque, gobierne quien gobierne, las reivindicaciones se defienden. Con su voto, la población trabadora ha cerrado el paso a un gobierno de los franquistas. Ahora, se trata de evitar un acuerdo con esos mismos franquistas. Es necesario organizarse para impedirlo.
El CATP propone una reunión amplia de militantes y organizaciones tras el verano, para debatir cómo actuar en esta situación y cómo ayudar a la organización y movilización.
- Para continuar defendiendo el Sistema Público de Pensiones y exigir la Auditoría a las cuentas de la Seguridad Social.
- Para continuar luchando por la desprivatización de la Salud Pública.
- Para defender los servicios públicos.
- Para defender los derechos de los pueblos.
- Y sobre todo para luchar contra la guerra social y la guerra criminal que Putin y la OTAN desataron en Ucrania hace más de año y medio.
Contacto: conferencia.catp@gmail.com