Roberto Zocato. Comunistasrevolucionarios.org
Lenin explicó que la guerra se lleva a cabo por el derecho de saqueo. Los conflictos surgen entre poderes imperialistas compitiendo por nuevos mercados y esferas de influencia. Para poder competir se aumenta el gasto militar. En la época de la crisis del capitalismo, la competencia por la disputa de los recursos es cada vez más violenta. Son la clase obrera y las capas más oprimidas y vulnerables de la sociedad quienes sufren, tanto como víctimas directas de las guerras como indirectas debido al recorte de gasto público.
Según elnacional.cat en el 2023, hubo 59 conflictos armados en el mundo que es un nuevo récord (09/06/24). Este número de conflictos está reflejado en el récord de gastos que aumentó un 6,8% a un total de 2,4 billones de dólares en el mismo año, según el SIPRI. Esta cantidad se acerca a la meta de 3 billones de dólares que la ONU estima sería necesaria para alcanzar todas sus metas de desarrollo sostenible. “Dichas metas incluyen, entre otras, la erradicación del hambre, la provisión de servicios de salud, educación, vivienda, y energía eléctrica a todos los habitantes del mundo en desarrollo” es decir, los países ex-coloniales anteriormente conocidos como países del tercer mundo. (El País, 12/05/24)
De este gran total mundial, Europa gastó 588.000 millones de dólares. Mientras que las tensiones suben en Europa la burguesía y sus lacayos en los gobiernos flexionan sus músculos con todo tipo de amenazas y “postureo” sobre la guerra en Ucrania y el genocidio en Gaza. Mientras que tiran millones de euros en armas que van a terminar como chatarra, nos dicen que no hay ni un euro para el gasto público. Mientras que bombardean edificios en Gaza, millones de personas se quedan sin casas debido a la crisis de vivienda. El gobierno español aumentó su gasto militar en 2.000 millones de euros, que es la misma cantidad prometida por el mundo entero para aliviar la crisis humanitaria en Sudán. (El País, 12/05/24) Es decir, en vez de gastar dinero en salvar vidas, la burguesía en casa e internacionalmente está gastando dinero en destruir vidas, y cada año gastan más.
Con todos estos gastos en armas, soldados y vehículos, los que más se benefician son las empresas contratadas para proveer este material violento. En los primeros 12 meses de la guerra en Ucrania el valor de las acciones de Lockheed Martin (principal suministrador de misiles al Pentágono para enviar a Ucrania) subieron un 7% (Financial Times, 18/04/23). Y cuando estalló la guerra el valor de las acciones de BAE Systems (empresa británica que se dedica principalmente a la defensa aeroespacial) subió un 4,8%. Y el flujo de dinero va a seguir. Este abril el Senado de los EEUU aprobó 61.000 millones de dólares adicionales de apoyo militar a Ucrania (BBC, 14/05/24) y 14.300 millones de dólares más en febrero como paquete de ayuda militar urgente a Israel. Esto está por encima de los 3.300 millones de dólares que ya envía todos los años a su único aliado en Oriente Medio. Al otro lado del Atlántico, Alemania aprobó licencias de exportación de armas a Israel por valor de 330 millones de euros en 2023 (El País, 14/04/24). Como dijo Lenin: “¿Es la guerra una cosa ‘terrible’? Sí. Pero es una cosa terriblemente beneficiosa.” (Lenin, Primero de mayo y la guerra, abril 1915).
Como comunistas, es nuestro deber poner fin al sufrimiento y derrame de sangre causado por el sistema capitalista despilfarrador y destructivo. Hay un rechazo generalizado hacia la guerra. La clase obrera no quiere ir a un país extranjero y matar a otros obreros, instintivamente quiere la paz y rechaza la propaganda belicosa de su Estado. Pero una paz en la época de imperialismo es nada más que una pausa entre conflictos para preparar el siguiente conflicto. Y ahora con el aumento de conflictos y del gasto militar, ni hay respiro pacífico realmente hoy en día. Debemos dirigir a la clase obrera en una guerra de clase contra los capitalistas para acabar con todas las guerras imperialistas de una vez por todas y entrar en una época de verdadera paz.
