Los estudios realizados por la empresa encuestadora líder del país, el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), muestran que los trabajadores y pueblos indígenas del estado siguen aumentando su desaprobación y rechazo al congreso golpista, al gobierno y a la presidenta no electa, Dina Boluarte.
Frente a este rechazo creciente, la respuesta de este régimen títere sigue siendo la militarización y la represión violenta de las manifestaciones generalizadas de los trabajadores y pueblos indígenas, que ya han ocasionados miles de detenciones y más de un centenar de asesinatos de manifestantes.
El estudio del IEP no encontró diferencias entre las zonas urbanas y rurales. En todas las zonas del país, en promedio, al menos el 90% de los peruanos se opone al congreso, mientras que solo el 6% lo apoya. Entre los peruanos que se identifican como de izquierda, solo el 4% apoya al congreso y el 93% se opone, mientras que entre los derechistas, el 10% apoya al congreso y el 88% se opone.
Por su parte, la presidenta no electa de Perú, Boluarte, enfrentó una desaprobación del 76%, 77% y 78% en enero, febrero y marzo, respectivamente. Pero la distribución territorial de este rechazo varía según las poblaciones. Boluarte tiene un poco más de apoyo entre los peruanos en la capital, Lima, que tienden a ser mucho más ricos. Y en otras ciudades de tamaño mayor, donde se concentra la población más adinerada, consigue un 14% de apoyo, mientras que en las zonas rurales disminuye.
Es importante tener en cuenta, igualmente, que el grupo de expertos del Instituto de Estudios Peruanos que realizó estas encuestas, con sede en Lima, representa a las élites económicas del país. Es más, el IEP está financiado por muchos de los mismos gobiernos occidentales y organizaciones vinculadas a la CIA que han apoyado el golpe, incluida la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA), la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), la embajada británica, el Banco Mundial, Open Society Foundations, la Fundación Ford y la Fundación Rockefeller, entre muchas otras.
Pero a pesar de las fuentes de sus finanzas, las encuestas del IEP muestran con claridad que la oposición al régimen golpista de Perú está tan extendida que es casi universal. Además, al menos 14 países de América Latina y el Caribe condenaron el golpe en Perú, incluidos algunos de los países más poblados de la región, como México, Colombia y Argentina. En cambio, Estados Unidos y Canadá lo respaldan plenamente.
Un día antes de que Castillo fuera depuesto, de hecho, la agente de la CIA convertida en embajadora estadounidense Lisa Kenna se reunió con el ministro de Defensa de Perú, quien ordenó a los militares desobedecer las órdenes de Castillo cuando el presidente elegido democráticamente citó el artículo 134 de la constitución de Perú para disolver temporalmente el congreso golpista y celebrar nuevas elecciones y una asamblea constituyente.
Castillo quería organizar un proceso democrático para reescribir la constitución de Perú, que fue redactada por la dictadura de extrema derecha respaldada por Estados Unidos de Alberto Fujimori. Estados Unidos tuvo una influencia significativa en la creación de la actual constitución fujimorista de Perú, que incorporó las políticas económicas neoliberales en el tejido legal del país.
Hoy en día, las corporaciones estadounidenses, canadienses, suizas y australianas tienen importantes intereses mineros en Perú y una gran influencia sobre la política del país.
Desde el golpe parlamentario, el embajador de Estados Unidos se ha reunido con los ministros de Minería y Energía de Perú para discutir las “inversiones” corporativas extranjeras.
Castillo había propuesto aumentar los impuestos a las corporaciones mineras extranjeras, y quería usar los ingresos para financiar programas de salud, educación y sociales. Los miembros del partido socialista Perú Libre, con el que Castillo se había postulado para el cargo, habían pedido la nacionalización de las sustanciales reservas minerales del país.
Perú es el segundo mayor productor mundial de cobre, representando el 10% de la producción mundial (superado solo por el vecino Chile).
La nación sudamericana también tiene grandes reservas de oro, zinc, plata, plomo y hierro.
Perú también es un productor líder de gas natural, y ha exportado cada vez más su energía a Europa, para compensar la caída de los suministros de gas ruso debido a las sanciones occidentales contra Moscú.
