Crónica del Encuentro estatal del CATP. Madrid, 6 de mayo.

Foto del encuentro del 6 de mayo en Madrid

Alto a la Guerra, por la auditoría de la Seguridad Social y la defensa de la sanidad pública. En defensa de sus servicios públicos. Por las libertades, abolición de leyes represivas, por la República.

Acudieron a esta reunión del Comité Por la Alianza de Trabajadores y Pueblos (CATP) unos cien delegados y delegadas de Álava, Ávila, Barcelona, Granada, Madrid, Toledo, Valencia, o Vizcaya, entre otros. Presentó el evento Roberto Tornamira, portavoz del CATP. Seguidamente tomaron la palabra bastantes intervenientes, e incluso se produjeron 2 interlocuciones telemáticas, desde Canarias y Tarragona, que reportaremos próximamente.

Las intervenciones, como puede constatarse en este apretado resumen, fueron de calado y representan un importante avance sobre la línea a seguir.

Mujeres republicanas

La ponente de la organización obrera y feminista presentó un documento que analiza el papel de las mujeres bajo el capitalismo, sometidas a una doble y triple explotación. El feminismo desde la clase obrera con los ejes centrales de lucha contra el Terrorismo del Capital ahora presentado como enfrentamiento mundial en defensa de los privilegios de las oligarquías contra los trabajadores y trabajadores del planeta. También señalaron que hay que defender la linea abierta por revolucionarias como Khollontai, Clara Zetkin o Krupskaya.

¿Como en Francia?

François Livartowski, sindicalista de CGT en los servicios públicos, valoró la movilización actual contra la reforma de las pensiones señalando que es el mayor movimiento social en Francia en decenios, quizás desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, por su duración y por la participación popular en las manifestaciones, las más numerosas en nuestro país en los últimos 60 años. Ha habido huelgas muy potentes en numerosos sectores (en todo el mundo se ha visto el resultado de la huelga de los basureros en París, en las refinerías, en los puertos, las centrales nucleares, y en numerosas administraciones, empresas, fábricas).

El movimiento es también atípico porque el empuje de la base ha impuesto una unidad sindical completa, sin precedentes, sobre una reivindicación común. Desde comienzos de año vemos radicalizarse contra todo pronóstico a los militantes de las centrales más reformistas, aun de las más integradas en los engranajes del Estado. En este periodo ha tenido lugar el congreso de la CGT, en el que yo era delegado.

Otro hecho sin precedentes, el informe de gestión de la dirección saliente fue rechazado y se reprochó sobre todo el secretario general saliente, Philippe Martinez, el hecho de haber apoyado una vergonzosa demanda de mediación con el Gobierno cuando acababa de abrirse el congreso y toda la organización se situaba en la línea de la movilización hasta la retirada de la reforma de las pensiones. Este congreso sindical que ha acabado con el núcleo dirigente y sus compromisos con el poder ha estado marcado por una gran exigencia democrática y por un movimiento de los delegados para recuperar su organización sindical.

Sin embargo, si bien las centrales sindicales se han mantenido unidas en la reivindicación de retirada de la reforma –realmente no tenían elección- en ningún momento han llamado a bloquear el país, mediante la huelga indefinida. Pero todas las jornadas nacionales han tenido un seguimiento considerable en cientos de ciudades, en pueblos, en lugares donde jamás ha habido manifestaciones, y en esas jornadas ha habido en todas partes multitud de iniciativas, bloqueos, concentraciones, marchas…

La Constitución francesa otorga plenos poderes al presidente de la República para aprobar leyes sin en voto del Parlamento. Pero la utilización el 7 de marzo del artículo 49.3 por Macron para hacer pasar su ley provocó una nueva oleada de indignación y ese movimiento social se ha ido transformando en movimiento de rechazo del sistema, de las propias instituciones, con la comprensión cada vez más generalizada de que lo legal no necesariamente es legítimo. Asistimos a la fusión de un movimiento reivindicativo, sindical, con un movimiento ciudadano, político, muy profundo, que se sitúa en la continuidad de los Chalecos Amarillos y del rechazo del sistema materializado en las elecciones presidenciales de abril de 2022 mediante el voto a Jean Luc Mélenchon.

La última jornada de manifestación era el 1 de mayo, y fue también el mayor 1 de mayo de nuestra historia reciente, un 1 de mayo antiMacron. Desde hace varias semanas, los ministros, los diputados y el propio Macron son recibidos con caceroladas allá donde van y esto no se ha terminado.

Se da asimismo una radicalización del poder con una deriva de seguridad muy violenta y el recurso sistemático del Estado a la violencia policial, especialmente contra los jóvenes, con detenciones masivas en las manifestaciones, provocaciones policiales, intentos de prohibir las concentraciones.

Si bien las huelgas casi han terminado en el momento en que os hablo –los huelguistas prefieren hablar de aplazamiento- no hay sentimiento de derrota. Para evitar una situación similar, el Gobierno alemán ha decidido responder a las reivindicaciones salariales de los funcionarios alemanes con su sindicato VERDI, concediéndoles un 15 % de aumento. Todos los Gobiernos tienen miedo de lo que sucede en Francia.

La clase obrera francesa ha sabido hasta ahora desmontar todas las divisiones e imponer la continuidad del movimiento. Esta movilización popular masiva contra el poder autoritario de Macron, contra las instituciones antidemocráticas, no ha terminado. Los militantes lucha de clases en sus sindicatos siguen convocando asambleas generales y planteando la cuestión del bloqueo del país mediante la huelga, para hacer recular a Macron, que además de las pensiones, ataca el conjunto de las conquistas de la clase obrera francesa.

Macron que ha metido a Francia en la economía de guerra dedicándole un presupuesto de 413.000 millones de euros de aquí a 2030, emprende al mismo tiempo una verdadera guerra social contra la clase obrera francesa, contra los servicios públicos. Macron ha intentado instaurar una unión sagrada para apoyar su compromiso con la guerra de la OTAN en Europa pero no lo ha conseguido. Macron nos declara la guerra, ¡no va a ganarla!

¡Parad la guerra!

Juan Uriondo, miembro de la Comisión Permanente Federal de Izquierda Socialista interviene como portavoz del equipo de coordinación de la campaña para parar la guerra. Representa a los más de novecientos firmantes del Manifiesto “Alto a la Guerra!”. A todos los que se han reunido en decenas de ciudades para extender la campaña, con participación de representantes políticos y electos, a título individual. Para el conjunto del movimiento obrero y democrático, ante todo, sin ninguna condición previa, hay que parar la guerra.

Haciéndose eco de ello, las declaraciones de los delegados abordan la lucha contra la guerra desde todos los ángulos. Partiendo de la defensa de las pensiones, de la Seguridad Social, llega a la conclusión: «aumentar el presupuesto militar es desmantelar los presupuestos sociales. Nos amenaza una ofensiva a todos los niveles. Así pues, la lucha contra la guerra es la lucha por las reivindicaciones».

Defensa de la sanidad pública

Blas Ortega, del colectivo de sindicalistas por la sanidad pública, dice que las movilizaciones para defenderla recorren el país. Los recortes, las reestructuraciones llevan a un desmantelamiento insoportable para los profesionales y para el pueblo. Es el resultado de una política de 25 años de todos los Gobiernos.

Nos dicen que «hemos gastado demasiado, no hay dinero para la sanidad: el capital quiere los 90000 millones para sus negocios, desvía miles de millones para la guerra. En Madrid, por dos veces se ha manifestado la población por cientos de miles, incluso un millón, por un presupuesto público de urgencia para la sanidad pública (no para las privadas), mejora de salarios y condiciones laborales, evitando la fuga de profesionales, apertura de centros, recuperar los hospitales privatizados. Pero el Gobierno deja esto en manos de las autonomías, sin apenas financiación y sometidas a los planes de estabilidad. Ningún Gobierno puede ignorar sus responsabilidades.

La disposición de los profesionales y trabajadores nada tiene que ver con la de los dirigentes.

Hay manifestaciones por todas partes. Las de Madrid las han organizado asociaciones de vecinos, de barrios. Los dirigentes políticos y sindicales participan en ellas pero se niegan a utilizar su fuerza para unificar la movilización, como exigimos los afiliados. Hemos realizado dos encuentros, editado dos boletines, pero esto no basta. Os propongo ampliar este grupo vinculado al CATP, multiplicar las informaciones, las iniciativas, y las reuniones aprovechando las del CATP.

La defensa de las pensiones exige una auditoría independiente

María José García Lucas e Iris Mateos, del colectivo Sindicalistas por la Auditoría, comenzaron recordando que el Congreso aprobó la ley sobre la auditoría como resultado de una larga y sostenida lucha, principalmente de los colectivos de jubilados. Y cómo esa ley no se ha aplicado y no parece que se vaya a aplicar si no se continúa la movilización en la calle. Es imprescindible, dicen, no solo por la necesidad obvia de recuperar lo que nos ha sido sustraído, sino para acabar con la falacia repetida mil veces de la supuesta inviabilidad de la Seguridad Social. Plantearon las compañeras la necesidad de seguir recogiendo firmas para que se aplique la ley, apelar a los parlamentarios que votaron favorablemente a que insten al Congreso a cumplir con lo que el propio Congreso votó y exigir a los sindicatos que asuman toda su responsabilidad en esta lucha.

Tras años de lucha, las plataformas de pensionistas son una componente esencial del combate obrero.

Juan Miguel Fernández, de Coespe, reiteró estos planteamientos, destacando que la responsabilidad del Gobierno incluye un conjunto de medidas que desmantelan el sistema de pensiones. Frente a esta presión, los pensionistas exigimos desde hace 4 años una auditoría pública sobre el desfalco de la caja de la Seguridad Social. Se ha ganado una ley por la auditoría, pero el Gobierno no la cumple. Seguimos reclamando cada derecho amenazado.

Por todos los derechos de los jóvenes

Víctor Iniesta, del Comité Nacional por la Pública, señaló que se está trabajando en la universidad contra la nueva ley de universidades impuesta por este Gobierno, que se supone el más progresista de la historia y que, sin embargo, impone una ley que es continuidad de la de Aznar. Se sigue privatizando las universidades, hay que pagar miles de euros para acceder a ellas, siguen dejan a miles y miles de jóvenes trabajadores fuera de la enseñanza superior, siguen entregando a los bancos, a la multinacionales el dinero que pertenece a todos y todas, a los trabajadores que se matan trabajando para pagar los servicios públicos.

Y nos meten en la guerra. Nosotros no solo decimos que la universidad es decadente, que están destruyéndola, sino que están destruyendo el futuro del país, de nuestro país. La clase trabajadora ante la guerra se expresa en la guerra social que se impone a todos los pueblos de Europa, y aquí en España descubrimos que, de la noche a la mañana, el presupuesto militar aumenta en miles de millones, cuando tres años después de la pandemia no han sido capaces de resolver toda la crisis y los recortes. Conozco a camaradas de un centro hospitalario que no pueden ni siquiera hacer huelga porque no hay ni siquiera personal para cubrir el 30 % de servicios mínimos.

Los jóvenes estamos en una enorme precariedad porque liquidan la industria, en la que podíamos participar, encontrar una ocupación, pero ahora solo nos queda el sector terciario, más dividido que nunca, peor pagado que nunca, porque se ha pasado de un 40 % a un 15 %. Servir a los turistas, ese es el trabajo que nos proponen. Y con la guerra, la destrucción es aún mayor. Con las reformas de las leyes laborales, se cierran fábricas para pagar menos impuestos y menos salarios. Deslocalizan para pagar menos.

De modo que, tras 4 años de legislatura, no es que las cosas no cambien, es que empeoran.

¿Tenemos que aceptar el cuento de que vienen los fascistas y será aún peor? Pero ya es malo. Con el Gobierno de izquierdas estamos mal. ¿Qué alternativa puede tener la clase obrera para defender nuestros intereses?

No tenemos que aceptar que la reforma de las leyes laborales es buena para todo el mundo. No, si es buena para el patrón, es mala para los trabajadores.

Estamos aquí para que el CATP nos ayude a combatir por un instrumento político que defienda nuestros intereses.

Ademas los jovenes vivimos el agravante de la represión. Un joven pasa ante una manifestación y le cae una condena de 6 años de prisión, puesto que la palabra de dos agentes de policía tiene más valor que todas las pruebas que puedas presentar en sentido contrario. Es el sistema de la opresión.

Así pues, hay que tomar el mismo rumbo que Francia. El pensionista, el trabajador, el joven, todos unidos contra el régimen del capital, que hoy es el régimen monárquico.

El combate en los sindicatos

Pablo García, responsable sindical en John Deere. Dice que en su fabrica han vivido el conflicto siguiente: el año pasado un preacuerdo de una parte de los sindicatos con el patrón fue rechazado por la mayoría. Hemos conseguido que durante 6 años el salario aumentará según el aumento real del coste de la vida más un 1 % (dejando de lado otros conceptos). Al mismo tiempo, el patrón ha abandonado la pretensión de despedir a los trabajadores que han sufrido un tratamiento médico. Seguirán asalariados pero en un puesto adaptado a sus condiciones presentes.

Tuvimos la suerte de que el Presidente del Gobierno visitó ayer la fábrica con un séquito de 120 colaboradores. Tuvimos ocasión de transmitirle reivindicaciones de los trabajadores.

Por un lado, el año pasado decretaron tener aún un año de jubilacion anticipada. Las ventajas son importantes. ¿Es posible tener un nuevo decreto ley para este año ? Es una mejora de la edad real de jubilación.

También le propusimos que sostenga las propuestas de Lula sobre la guerra de Ucrania. Otro sindicalista, entre otros, exige que se preste atención a estos problemas: ¿Quién representa la Seguridad Social de reparto? En los hechos, no es fácil decirlo. Por ello hay que insistir en la necesidad de una nueva representación de los trabajadores y de los pueblos.

Por lo demás, hay que prestar atención a un aspecto de la experiencia francesa. Los compañeros de Francia están llegando a la siguiente conclusión : mientras sigan ahí las instituciones de la V República, no hay sitio para nuestras reivindicaciones más urgentes.

Y en España hay una incompatibilidad entre las reivindicaciones y derechos que están sobre la mesa, por un lado, y por otro la Monarquía instaurada por la dictadura, que garantiza que se sigan negando los derechos de los trabajadores y de los pueblos.

Resúmen final del compañero Angel Tubau (Información Obrera)

Me parece imprescindible dar continuidad a este Encuentro, con las campañas que se han propuesto, particularmente la campaña contra la guerra, porque permite relacionar el conjunto de las medidas que toma el Gobierno sometido al capital financiero.

A lo largo de la reunión hay un debate que en cierta medida está abierto y debemos continuar. Como es lógico, hay diferentes salidas, diferentes apreciaciones de cómo combatir por el instrumento político que pueda unificar a la clase obrera.

El compañero Jordi Salvador (cuya aportación publicaremos la próxima semana) ha hecho una aportación muy autocrítica de porqué ha fracasado el republicanismo catalán, por su unilateralidad, por no buscar la alianza con los trabajadores de todo el Estado. Que, en última instancia, son la fuerza social que puede abrir una salida democrática a este país.

Entonces, hay que avanzar en este debate, impulsar una solución. Los trabajadores y los pueblos, se relacionan en primer lugar porque tienen un enemigo común, el régimen monárquico subsidiario del imperialismo de la OTAN, y compromete a todos los gobiernos, sean de derechas o de izquierdas: Todos los gobiernos que están en el dispositivo monárquico harán la misma política, con más o menos acompañamiento social.

El problema se concentra en esto: cómo romper con esta política.

Y el compañero francés de la CGT lo ha explicado muy bien. El Congreso de la CGT ha tenido que expulsar a una dirección que buscaba el acuerdo con el Gobierno. La contradicción en que están las confederaciones sindicales es que por un lado tienen la masa de los militantes y por otro tienen la presión del régimen.

El acuerdo por la negociación que se acaba de firmar en España busca impedir una explosión social y promete una paz social hasta el 2025.

¿Cuál es la diferencia ahora entre España o Francia y Alemania?. El compañero Frank explica el intento de agrupar en Alemania una gran fuerza, sobre todo contra la guerra, levantar un instrumento independiente del Gobierno y del imperialismo de Alemania en la conferencia que se realiza hoy en Hanoberg. No sé si lo van a conseguir. Sería importante para todos porque las formas son distintas pero es por ahí por donde hay que avanzar.

Debemos huir de dos cosas: Creer que el CATP se va a proclamar como alternativa, nosotros y alguno más; o esperar que se haga espontáneamente, como si tuviéramos un movimiento político como el de Mélenchon.

¿Vamos a combatir para ayudar que se constituya un movimiento así? Veamos, todo el mundo habla de unidad. Mélenchon plantea la cuestión de la unidad en torno a una política de ruptura con el sistema. No se puede avanzar en construir una nueva representación política si no es con la ruptura, con la ruptura con el regimen, con el sistema, en relación con la defensa de las reivindicaciones… Esa es la clave.

En eso debemos comprometernos. Nos comprometemos como CATP no para proclamarnos nada, sino para buscar a los miles de militantes, de responsables, que van en el mismo sentido pero aún no han encontrado un polo de agrupamiento. Es ahí donde estamos, nosotros uno más, queremos ser la vanguardia del movimiento de ruptura con la Monarquía, por la República.

Multiplicar y reforzar los comités por la alianza de trabajadores y pueblos. Es la tarea central, dirigida a todos los militantes, trabajadores, jóvenes que buscan una salida independiente de la Monarquía, de la OTAN, de la UE y de la sumisión del Gobierno a esas instituciones.

Inseparablemente de esto, se trata de multiplicar, extender, los CATP. La Coordinadora de esos comités es la continuidad de este Encuentro, que día a día elabora las medidas precisas a adoptar.

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