Como hemos visto estos días y señala el bloguero de la web de asesoramiento jurídico Laboro, en Francia andan de huelgas contra el proyecto de reforma del sistema francés de pensiones. Propuesta que pretende retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años y adelantar a 2027 (ahora en 2035) la prolongación del período de cotización para tener la pensión máxima. Allí los sindicatos van en serio y son reivindicativos, no “de servicios” como ocurre en otros lugares. Ya llevan seis jornadas sucesivas de huelga e incluso consiguieron tumbar la reforma anterior en 1995.
Sin embargo, apenas unas horas después de las masivas huelgas del 7 de marzo, el parlamento francés ha acabado aprobando esta reforma de pensiones, lo que abre una nueva etapa de contestación social por perfilar, pues todo apunta que la lucha continuará.
En nuestro país, somos muchos los y las que celebramos estas movilizaciones masivas en el país vecino, porque en España se hizo otra reforma mucho peor allá por el año 2011 y fue muy distinto el comportamiento seguido por las direcciones sindicales. En esa reforma, la edad de jubilación subió de 65 a 67 años y el período de cómputo de cotización para el cálculo de la pensión de 15 a 25 años, de modo que además de retrasar la edad de jubilación también se bajó la pensión aproximadamente un 15%. .
Pero los sindicatos UGT y CCOO (sus direcciones máximas, a quienes correspondía) no solo no organizaron ni convocaron huelgas contra esa reforma de 2011, bastante peor que la recién aprobada en Francia, sino que, sentados en la mesa, estuvieron de acuerdo y la firmaron. Firmaron bajo el pretexto de la insostenibilidad del sistema de pensiones, justificación falaz y que fácilmente pondría en entredicho una auditoria, como exige la ley, de las cuentas de la seguridad social que sigue bloqueando hacer el gobierno progresista PSOE-UP.
Unos sindicatos que ahora, probablemente, asumirán y dejarán pasar la nueva reforma por Decreto-ley (para no tener que negociar y/o “comprometer” a nadie), pergeñada por el ministro Jose Luis Escrivá y el gobierno, siguiendo las directrices de Bruselas. Reforma con la que pretenden aumentar el número de años para calcular la pensión, pasando de los 25 actuales a algunos más, con la consiguiente bajada de las cuantías percibidas por los y las pensionistas.
Todo lo anterior es bien sabido para la gran mayoría, seguramente. Pero lo que llama la atención es que, por si fuera poco, las direcciones de estos “sindicatos” han tenido el desahogo de decir públicamente que apoyan las movilizaciones contra la subida de la edad de jubilación en Francia. Aquí está el panfleto de UGT y este otro es el de CC.OO. El de UGT resulta especialmente patético, al resaltar que “la sostenibilidad del sistema de pensiones no requiere en absoluto de una medida tan brutal que, además de ser injusta, penalizará a los trabajadores más modestos”.
Si estos sindicalistas asumen el rechazo francés a pasar de los 62 a 64 años, ¿por qué firmaron en España en 2011 pasar de 65 a 67 años? Lo mismo que cuando dicen estar “exigiendo” subidas salariales a las empresas y luego les firman convenios que llevan varios años atrasados, renunciando a las subidas de IPC de todos esos años y por tantobajando los salarios de forma encubierta.
Mucho podría añadirse en este sentido. Innumerables ejemplos de divergencia entre decir por un lado y hacer lo contrario, por el otro. Recientemente, la dirección de ambos sindicatos mayoritarios ha presentado una campaña más que justificada, pero solo publicitaria, sobre “los salarios pierden, los beneficios ganan“, o la de “salario versus conflicto”. Campañas dirigidas a presionar a la patronal para un “pacto de rentas”, demandado por el gobierno más progresista de la historia y sus jefes europeos, mientras que, como indican todos los análisis, la clase trabajadora española sigue sufriendo la mayor pérdida de renta disponible en la OCDE desde que comenzó la pandemia del COVID-19.
Actualmente existe una brecha de género en las pensiones del 33%. Con estos nuevos ataques neoliberales a la clase trabajadora y a sus derechos económicos se siguen perpetuando las discriminaciones contra las mujeres por el hecho de serlo y más siendo de clase trabajadora. ¿Dónde están las políticas públicas que erradiquen estas injustas desigualdades entre mujeres y hombres por parte del supuesto gobierno más progresista de la historia?
Es la lucha de clases, la guerra a todos los niveles que ninguna negociación podrá suprimir bajo el capitalismo y que una “paz social” o de rentas, pactada “en las alturas”, sólo puede que exacerbar.
Referencias:
- https://laboro-spain.blogspot.com/2023/03/UGT-CCOO-huelga-pensiones-francia.html?utm_source=substack&utm_medium=email
- https://www.dw.com/es/de-qu%C3%A9-se-trata-la-reforma-de-pensiones-que-tanto-rechazan-los-franceses/a-64538506
- https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/salarios-pierden-beneficios-ganan-laboral-inflacion/20230222172340208661.html?utm_medium=email&utm_source=Newsletter&utm_campaign=20230222
- https://www.eldiario.es/economia/espanoles-sufren-mayor-perdida-renta-disponible-ocde-pandemia_1_9935183.html
- https://www.liberation.fr/politique/retraites-les-senateurs-votent-le-report-de-lage-legal-a-64-ans-20230309_GPA6VKG3PRHRDHJHAAOBTDDGF4/