Molly O’Neal. Mronline.org
La largamente esperada decisión de la diputada de izquierdas Sahra Wagenknecht, de formar un nuevo partido de masas de izquierda abre la perspectiva de un debate más activo dentro de Alemania sobre el curso político tomado por la ahora muy impopular coalición de socialdemócratas, verdes y liberales, “Demócratas Libres” (FDP).
El atractivo potencial de este nuevo partido dependerá en gran medida de si los votantes están de acuerdo en que la política de apoyo a Ucrania es responsable de la recesión económica de Alemania.
Escenario político
La escena política alemana ha evolucionado en las últimas décadas alejándose de la alternancia en el poder de los democristianos de centroderecha (CDU/CSU) y los socialdemócratas de centroizquierda (SPD), a menudo con el FDP en coalición con uno u otro de ellos, para presentar un espectro de partidos que incluye el Partido Verde de centroizquierda, el partido Die Linke (la izquierda) y el ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
Con la única excepción de AfD, todos estos partidos apoyan ampliamente el esfuerzo bélico de Ucrania, hasta que la propia Ucrania esté dispuesta a buscar una solución negociada. El apoyo de la CDU/CSU se sitúa ahora en el 29,4%. La AfD ocupa el segundo lugar con el 21,2%. El apoyo a los tres partidos gobernantes juntos ha caído al 35,6%.
El espectacular ascenso de la AfD en las encuestas parece sugerir a muchos analistas una insatisfacción generalizada con el statu quo, y no necesariamente la repentina conversión de muchos alemanes a puntos de vista extremistas de extrema derecha. Wagenknecht ha llamado a esto una “brecha de representación”, una que su partido trataría de explotar.
El tan esperado anuncio el 23 de octubre del lanzamiento de un nuevo partido liderado por la diputada de Die Linke Sahra Wagenknecht hace que el curso de la política alemana sea mucho menos predecible. Incluso más que la AfD, el nuevo partido pone en primer plano su oposición a la postura predominante sobre la guerra en Ucrania.
La política antibélica y la “brecha de representación”
La mayoría de la delegación de Die Linke en el Bundestag ha respaldado duras sanciones contra Rusia, al tiempo que se opone a las exportaciones de armas a Ucrania. Las tensiones en el seno de la delegación parlamentaria crecieron cuando Wagenknecht, en público y en el Bundestag, atacó la política de sanciones y pidió la apertura de negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania. El partido se ha mantenido desde las últimas elecciones justo por debajo del umbral del 5% de apoyo necesario para ganar representación en el Bundestag. La escisión de Wagenknecht y sus nueve colegas de la facción de Die Linke reduce a ese partido a un grupo parlamentario, en lugar de una facción, lo que afecta a su financiación y a otras prerrogativas en el Bundestag.
Wagenknecht y los otros nueve diputados de Die Linke que se han unido a su esfuerzo para formar el nuevo partido lo han bautizado provisionalmente como Alianza Sahra Wagenknecht. Planean tener el partido oficialmente formado y listo para participar en las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2024 y en tres elecciones estatales en Sajonia, Turingia y Brandeburgo (todas en la antigua Alemania Oriental) a finales del próximo año. Este momento parece bien elegido: las elecciones al Parlamento Europeo suelen ser favorables a los partidos más pequeños, y muchos votantes de los estados del este son, por diversas razones, favorables a la iniciativa de Wagenknecht.
Una encuesta rápida publicada el 31 de octubre reveló que el 14% de los votantes podían imaginarse votando por el nuevo partido. Esto lo colocaría inmediatamente en cuarto lugar, detrás de la CDU/CSU, la AfD y el SPD, y por delante del Partido Verde. El impacto del nuevo partido se sentiría sobre todo en la AfD, pero atraería el apoyo de todos los partidos excepto de los Verdes y del propio Die Linke.
El objetivo declarado de Wagenknecht es llenar un “vacío de representación”, lo que significa que su partido buscará representar a los votantes alemanes que no apoyan un mayor armamento de Ucrania y que favorecen los esfuerzos para resolver el conflicto a través de la diplomacia. Prueba de la existencia de esta brecha es el espectacular ascenso de AfD, que comenzó justo después de la invasión rusa en febrero de 2022 (cuando el apoyo a AfD se situó en el 9,5%) y las encuestas más recientes que sitúan el apoyo a AfD por encima del 20% desde mediados de 2023.
En marzo de este año, alrededor del 30% de los alemanes consideraba que el armamento de Ucrania había sido excesivo, y una pequeña mayoría, el 52%, dijo que los esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto no habían sido adecuados. Más recientemente, la mayoría (52%) se opuso a proporcionar misiles Taurus a Ucrania.
La popularidad antibélica de Wagenknecht
Wagenknecht es diputada desde 2009 y fue colíder de Die Linke en el Bundestag de 2015 a 2019. Nacida en Alemania Oriental, comenzó a militar después de 1989 en el Partido del Socialismo Democrático (PDP), inicialmente encabezando su ala más izquierdista y declaradamente comunista. El PDS se fusionó con los izquierdistas descontentos del SPD de Alemania Occidental en 2007 y se convirtió en Die Linke, que durante algún tiempo disfrutó de cierto éxito electoral, incluso en Alemania occidental. El ex líder del SPD y ministro de Finanzas, Oskar Lafontaine, fue cofundador de Die Linke y es el esposo de Wagenknecht.
Debido a sus frecuentes apariciones en programas de entrevistas políticas, Wagenknecht es bastante conocida por el público alemán. A menudo la única disidente contra la postura predominante en Ucrania, sus argumentos son siempre persuasivos, articulados y, sobre todo, desapasionados. Es una figura controvertida, pero que sigue siendo una de las políticas alemanas más populares. Una encuesta reciente mostró que terminó en tercer lugar detrás del ministro de Defensa Pistorius y el líder de la CSU, Markus Söder, en los índices de aprobación nacional.
Posiciones de la guerra de Ucrania: AfD y Wagenknecht
Aunque el programa publicado por AfD afirma que no puede haber un orden de seguridad viable en Europa que excluya a Rusia, este tema no se enfatiza en su apelación a los votantes. Por el contrario, la notoriedad de Sahra Wagenknecht está totalmente casada con su postura muy pública contra la guerra. En febrero de 2023, Wagenknecht se unió a Alice Schwarzer, una destacada activista contra la guerra y editora de la revista feminista EMMA, para presentar un Manifiesto por la Paz (Manifiesto por la Paz) e invitar a firmar en línea.
La manifestación contra la guerra en Berlín el 25 de febrero, encabezada por Wagenknecht y Schwarzer, atrajo la participación de unas 10.000 personas, pero no produjo el impulso que los organizadores podrían haber esperado.
Wagenknecht se ha llamado a sí misma una “izquierdista conservadora”, culpando a Die Linke de haber construido su base de apoyo entre los votantes progresistas urbanos más jóvenes mientras supuestamente descuidaba a los votantes de la clase trabajadora. Esta disputa ha tomado la forma de una contienda entre una identidad y una base de clase de la política de izquierda. Wagenknecht aboga por el reenfoque de la izquierda en la defensa de los intereses de la clase obrera alemana. Ha expresado cierta cautela sobre lo que considera una apertura excesiva a los flujos de migrantes.
¿Qué significa?
El lanzamiento de los esfuerzos organizativos para formar el nuevo partido de Wagenknecht abre la perspectiva de un debate más amplio dentro de Alemania sobre el curso político tomado por la débil coalición gobernante. Wagenknecht ha declarado que ella y su partido no cooperarán con la extremista de derechas AfD. La AfD obtuvo una gran actuación en las recientes elecciones estatales en los prósperos estados occidentales de Hesse y Baviera, lo que sugiere que su propio potencial no se limita al este de Alemania. Al llenar un “vacío” tentador en la política alemana, la alianza Wagenknecht podría esforzarse por frenar este ascenso del AfD.
NOTA: Molly O’Neal es profesora universitaria e investigadora, con una larga carrera diplomática centrada en Europa Central, Rusia y Eurasia. Profesora Fulbright en Varsovia y Dresde, tiene un doctorado de la Universidad Johns Hopkins.
