El domingo 24 de septiembre, el comité central (CC) del PCE decidió, con un apoyo mayoritario mínimo de asistentes (54%) que no refleja el sentir de la militancia y de la mayoria de las organizaciones territoriales del partido, la sustitución de las actuales Juventudes Comunistas (UJCE) y de toda su dirección política por una nueva Comisión Promotora, integrada por algunas pocas afiliaciones y que tendrá por dirección provisional a 6 camaradas, seleccionados y nombrados directamente por la Ejecutiva del PCE.
Una vez finalizada la reunión del CC, se produjo una lluvia de comunicados justificativos, de la dirección del propio PCE y de la nueva Comisión Promotora, donde se afirma que la anterior UJCE había dado muestras sobradas de “indisciplina y deslealtad con los acuerdos políticos de la dirección del PCE”, motivos por los que se había decido proceder a “reorganizar el espacio de la juventud comunista organizada”. Una reorganización que incluye, de acuerdo con lo aprobado en el CC, nuevas medidas de afiliación (muy pocos o ningún militante de las Juventudes suspendidas ha querido formar parte de esta “reorganización”), como la posibilidad de doble militancia (al PCE y a Juventudes) o subir a 30 años el listón de edad, así como una nueva dirección con todos los poderes de gestión y representación de la UJCE, con mandato hasta que se celebre un nuevo congreso, apenas dos años después del que eligió la dirección y línea políticas ahora represaliadas (XV Congreso).
Alfonso Armesto, Secretario General de la UJCE expulsada, tras conocer estos hechos, ha señalado en su red social, titulando sus palabras “Primero como tragedia, luego como farsa”:
Primero reprimen, hostigan y expulsan; después sacan esta broma (Comisión Promotora), un cascarón vacío para que medren los de siempre, una pantalla para ocultar la vergüenza de que ni una sola militante de la Juventud Comunista haya acatado su intervención. Ante el avance de las posiciones comunistas entre la juventud, la dirección del PCE ha reaccionado de la única forma que conocen: como burócratas. A la represión de nuestra organización ahora les sigue el intento, ya casi cómico, de sustituirlo por una marca blanca guiada por aspirantes a políticos profesionales y algún despistado.
Parecen tan acostumbrados al electoralismo y la política mediática burguesa que han acabado creyendo que pueden construir unas juventudes por decreto: basta con crear un par de cuentas en redes y encontrar a algún arribista dispuesto a dirigirlas. Y así nace la nueva marca: una organización sin militantes, sin estructura, sin programa, sin tradición y sin más línea política que el seguidismo acrítico y ciego a los dictados de un Partido integrado en el Gobierno del Estado. Un intento desesperado de un aparato que lanza sus últimos suspiros para poder encuadrar a los próximos aspirantes a ministros, dotándose de una juventud dócil y obediente.
La decisión tomada por el CC del PCE, como apuntaron muchas intervenciones críticas durante la reunión, abre una nueva fisura interna insalvable, mayormente entre reformistas y revolucionarios. De todas las organizaciones territoriales del Partido (autonómicas y del exterior), apenas 5 mostraron conformidad (desde sus respectivas direcciones) con el procedimiento de depuración de las Juventudes que acaba de culminar, siendo la gran mayoría las que optaron por rechazar tales procedimientos y/o por no aplicar las directrices expresas del secretariado de Enrique Santiago, de promover en sus respectivos territorios nuevos agrupamientos juveniles.
Dentro de toda la organización territorial del PCE, en consecuencia, una mayoría era partidaria de esperar a la conferencia de táctica y estrategia política comunista convocada para diciembre por la UJCE ahora suprimida, y de agotar siempre todas las vías de debate político con ellos.
Este “cierre” apresurado y en falso de un conflicto que realmente trasluce diferencias profundas de línea política, constituye un paso más de la dirección oportunista y revisionista del PCE hacia la irrelevancia. Lo explica muy bien un lema utilizado durante años por la UJCE: “El comunismo es la Juventud del mundo”. No se equivocan.
Todo nuestro apoyo, pues, a quienes iniciaron su andadura como UJCE y ahora insisten en retomar una dirección revolucionaria.
Remitimos a estos camaradas represaliados de Juventudes nuestra solidaridad y comprensión. Esperemos que su nueva andadura resulte fructífera y útil para la emancipación de la juventud trabajadora y de toda nuestra clase.