Juanjo Llorente. Coordinadora Trabajadores y Pueblos (CATP)
Hace tres meses que se constituyó el Gobierno de la Generalitat Valenciana (coalición del PP y Vox) y la preocupación social por la asistencia sanitaria no ha dejado de crecer. Tras diversas entrevistas realizadas en julio y agosto con entidades del sector, sindicales, vecinales e institucionales, el nuevo conseller de sanidad, Marciano Gómez, ha comparecido en rueda de prensa el pasado 21 de septiembre señalando que hace falta “una transformación íntegra” del sistema sanitario público, orientada a conseguir que éste “responda realmente a las necesidades asistenciales de los ciudadanos”. Declaraciones que a todas luces se alinean con las de otros gobiernos autonómicos de la derecha, como Andalucía o Madrid.
Marciano Gómez, fue uno de los impulsores del “modelo alzira” de privatización de la gestión sanitaria que, en 1999, comenzó con este hospital y luego se extendió a muchos más, mientras duró el gobierno del PP en la Generalitat valenciana. Y ahora, nada más tomar posesión del cargo, ha parado las reversiones previstas a la pública de los hospitales privatizados de Denia y Manises, en espera de un diagnóstico de la situación que aconsejable continuarlas, o no, en cada caso.
Durante la intervención del jueves 21, el Conseller se refirió a esta parálisis preventiva de las reversiones, añadiendo que los protocolos que se están elaborando incluyen la posibilidad de aplazamiento anual de las mismas. Es decir, de seguir prorrogando año a año los acuerdos existentes firmados en su día con las empresas privadas que los gestionan, en caso de que las auditorias no den los resultados esperados y se decida no completar la reversión a manos públicas.
“El debate NO es entre sanidad pública o privada“
El conseller destacó en la rueda de prensa, con razón, que durante los anteriores años (bajo gobierno socialista) se ha ido incrementando la colaboración con las entidades privadas: “según demuestran las cifras, mientras que en 2014 se facturaron 10,1 millones de euros en la derivación de pacientes a entidades privadas, en el año 2022 la facturación asciende a 30,6 millones de euros más, casi tres veces más”.
En este sentido, añadió: “Los ciudadanos de Dénia y Manises tienen que estar tranquilos porque tendrán la mejor sanidad posible, porque el debate no es sanidad pública o privada, sino que el debate es sanidad bien gestionada o mal gestionada. Mi conselleria es como la Coca-cola, ideología cero-cero”.
Con este objetivo, la Consellería trabaja en un plan estratégico 2024-2027 con la finalidad de “garantizar una cartera de servicios de vanguardia, accesible y equitativa para todos los ciudadanos de la Comunitat Valenciana”. Plan que recoge todos los objetivos e iniciativas que se llevarán a cabo en cuanto a la estructura de la organización, el personal, los recursos asistenciales, así como los procesos internos asistenciales y de promoción y prevención de la salud.
Reorganización del mapa sanitario y nuevo Plan de Infraestructuras
Actualmente, señala el conseller, el sistema sanitario valenciano cuenta con 24 departamentos de salud, “una organización territorial que ha puesto de manifiesto un modelo sanitario fragmentado, poco eficiente y con baja productividad”. Por ello, se va a auditar todo el sistema de salud y con los resultados que se obtengan, “se realizará una reorganización y adaptación del mapa sanitario con objetivos específicos orientados a alcanzar una sanidad basada en el esfuerzo, la eficiencia y la excelencia”.
Asimismo, Marciano Gómez ha anunciado “la puesta en marcha de un Plan de Infraestructuras que incluya no sólo la construcción de nuevas infraestructuras, sino también el mantenimiento y la renovación de las actuales”. En este sentido, el objetivo es mantener aquellos recursos que sean eficientes y llevar a cabo una renovación e, incluso, sustitución en aquellas reformas cronificadas o equipos que hayan quedado obsoletos.
Politicas de personal
A finales de agosto, el conseller se reunió también con los principales sindicatos del sector (CESM, CSIF, SATSE, CCOO, UGT), de quienes escuchó sus propuestas y los acuerdos alcanzados con el anterior gobierno de la Generalitat. En el caso de CCOO, por ejemplo, los sindicalistas resaltaron la necesidad de ampliar la cartera de servicios y reducir las listas de espera quirúrgicas, de más consultas médicas y pruebas diagnósticas, así como garantizar la continuidad de los acuerdos previos sobre la mejora de las condiciones de trabajo, como la implementación de la jornada de 35 horas semanales, el procedimiento para la reconversión de los puestos de auxiliar administrativo/a en administrativo/a o los complementos de turnicidad…
Sin embargo, el titular de Sanidad, acaba de anunciar que van a revisar el “mal llamado” acuerdo de la jornada laboral de 35 horas alcanzado la pasada legislatura. Porque esta reducción de jornada, a juicio del Conseller, “genera un déficit clarísimo de personal cuando en estos momentos hay 750 plazas presupuestadas que no podemos cubrir y un déficit en la asistencia sanitaria en estos días”.
Del mismo modo, su intención es poner en marcha un marco normativo específico para los Departamentos de Salud con problemas de difícil cobertura que incluya mejoras retributivas y curriculares para los profesionales, pero también organizativas que pueden llevar a la reordenación del mapa sanitario. Además, se está planteado “buscar medidas multidisciplinares de otros ámbitos”.
Y tampoco se descartan medidas adicionales, entre ellas, la contratación, si fuera necesario, de médicos extranjeros con titulaciones homologables como ha hecho la Junta de Andalucía. “Evidentemente intentaré cumplir la normativa y que todas las contrataciones sean de especialistas con MIR, pero si no puedo hacerlo, tendremos que contratar a facultativos extracomunitarios para poder dar atención a los cinco millones de valencianos”, ha explicado.
Alternativas
Concluyendo, como señala Valencia extra, la derecha valenciana persigue implantar una “revolución” del sistema asistencial, rompiendo por tanto la continuidad de las políticas sanitarias impulsadas por los gobiernos progresistas anteriores y que, preciso es reconocer, tanto daño y sufrimiento han ocasionado a nuestra población, motivando el surgimiento de plataformas y de entidades reivindicativas de una salud pública suficiente y de calidad.
Pero una cosa es lo que se quiere y otra lo que al final se podrá hacer, porque la lucha de los trabajadores sanitarios, usuarios y vecinos y vecinas debe continuar, ampliarse y extenderse.
El próximo 26 de septiembre hay convocada una concentración vecinal y del personal asistencial ante el Hospital de Manises: es el camino.
