Con los brazos en cruz y el puño cerrado, amanece el cuerpo sin vida de un joven marroquí de 23 años sobre la arena de la playa de Los Lances, en Tarifa. Esta es la primera muerte registrada de una persona migrante en la frontera sur, el 1 de noviembre de 1988. Desde entonces hasta 2023 han pasado 35 años sembrados por miles de personas muertas en los trayectos migratorios para llegar al estado español. Escenario terrible de racismo institucional, de hipocresía gubernamental y de un endurecimiento de las políticas migratorias de la “Europa fortaleza” que parecen no tener fin.
El 1 de noviembre de 1988 se localizó el cadáver de un varón marroquí en la playa de Los Lances en Tarifa. Según todas las fuentes, esa es la primera víctima documentada de las migraciones desde África hacia España.
A los dos años de estos hechos se fundó la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), con el principal objetivo de velar por el cumplimiento de forma integral y universal en el caso de las personas migrantes, ante las crecientes evidencias de las flagrantes vulneraciones de derechos que sufrían y sufren estas personas.
35 años después de aquel primer fallecimiento y tras 20 informes anuales de esta Asociación, como se explica en el recién publicado de este 2023, la situación en las fronteras no ha mejorado, sino que ha empeorado de manera alarmante, especialmente en cuanto a personas muertas y desaparecidas se refiere.
De hecho, como señala con abundantes datos este informe, los tres últimos años concentran más del 40% de las muertes y desapariciones de toda serie histórica. Durante 2022, cada día cinco personas perdieron la vida en la frontera sur española.
El 70% de las personas perdieron la vida en su viaje a las Islas Canarias, la ruta más mortífera, seguida de la ruta de Alborán –Málaga y Almería–, que ha visto incrementar las muertes y desapariciones en un 53,7%.
Y hay que destacar que este “coste” en vidas humanas no es un suceso accidental, sino resultado de unas políticas migratorias orientadas a cerrar la “frontera sur” de la UE, a través de la militarización de las rutas, la externalización del control migratorio, la criminalización de los flujos y la despersonalización de las víctimas.
Como resultado de tales medidas, se ha multiplicado la vulneración flagrante de los derechos humanos básicos tanto de las personas migrantes como de sus familias y núcleos de procedencia.
Derechos humanos en la “Frontera Sur”: treinta y cinco años de crímenes y vidas sin rastro
El Informe Frontera Sur de este año 2023 y que puede verse o descargarse aquí, incluye, en primer lugar, una contextualización de la situación de estos 35 años de muertes y desapariciones forzosas o accidentales.
Posteriormente, profundiza sobre los aspectos jurídicos que deberían prevalecer para garantizar el respeto pleno de los derechos de las personas fallecidas o desaparecidas y sus familiares.
El informe concluye con dos referencias específicas a lo acaecido en el año 2022. Por un lado, los hechos del 24 de junio en la frontera del Barrio Chino entre Nador y Melilla, donde al menos 70 personas perdieron la vida. Por último, el relato, estructurado y metódico, de los hechos que están detrás de cada una de los 1.901 personas fallecidas o desaparecidas que se han podido documentar este año.
Conocer este informe completísimo de APDHA y difundirlo en nuestro ámbito, tratando de permear la gruesa barrera de opacidad informativa desplegada por las instituciones públicas y estados europeos, constituye ya un primer paso.
Referencias:
* https://www.elsaltodiario.com/frontera-sur/cinco-personas-mueren-diariamente-tratando-llegar-espana