Cada vez somos más quienes, a pesar de los obstáculos, impulsamos la participación política de las personas migrantes como medio para construir un presente y un futuro en el que nuestra existencia como sujetos políticos en este país sea reconocida y respetada. A través de iniciativas de diferentes iniciativas colectivas lideradas por personas migrantes, estamos presenciando un despertar de la conciencia política.
Estas movilizaciones se han convertido en verdaderos ejercicios de empoderamiento, pero no podemos obviar que el voto también es una herramienta poderosa para alzar nuestras voces y hacer frente a las discriminaciones que enfrentamos.
Al ejercer nuestro derecho al voto, demostramos que somos sujetos políticos con los mismos derechos y poder de influencia en las decisiones que afectan nuestras vidas. Cada voto migrante es un ladrillo en el muro de contención que frena el racismo, el odio y la discriminación contra nuestras familias.
Ejerciendo nuestro voto luchamos por nuestros derechos y los de nuestros hijos e hijas, luchamos por la justicia social y la igualdad de oportunidades. Al votar estamos diciendo en voz alta y clara que no aceptamos la marginalización ni la invisibilidad. Nuestra participación en las elecciones demuestra que nuestra presencia en la sociedad es fuerte, significativa e imprescindible.
Por eso, no podemos permitirnos que ningún voto se pierda, ni que ningún voto migrante se quede en casa. Movilizar el voto migrante es crucial para que nuestras voces sean escuchadas y nuestros esfuerzos sean reconocidos. La representatividad de las personas migrantes en la política es una meta que debemos perseguir incansablemente. Al votar, abrimos el camino para que las nuevas generaciones sean parte de la toma de decisiones de manera directa y que se hagan políticas las tomen en cuenta
El voto migrante envía un mensaje poderoso a los políticos y a la sociedad en general. Les muestra que hay una parte de la ciudadanía que vive, trabaja y forma parte de este país, que exige respeto entre iguales, que no se calla ante la discriminación o la exclusión. Con cada papeleta marcada a favor de quienes defienden nuestros derechos y de castigo contra quienes amenazan con quitárnoslos. Todos y todas merecemos igualdad de oportunidades y trato justo.
Si eres migrante y tienes el derecho al voto, no subestimes el poder que tienes en tus manos. Movilicémonos para construir un mejor futuro, un país en el que todas las personas seamos respetadas.
