El sindicato United Auto Workers anunció una nueva campaña para organizar a 150.000 nuevos miembros en talleres no sindicalizados. Se trata de una iniciativa fundamental para avanzar en la lucha de los trabajadores y trabajadoras por unas condiciones dignas y por un mundo mejor.
Hamilton Nolan. Inthesetimes.com
A las personas comunes que no están directamente involucradas en el movimiento obrero a menudo les resulta difícil interesarse en las cosas que suceden en los sindicatos. Esta es la breve cadena de razonamiento que utilizo para explicar por qué debería importarles: ¿Cuál es el mayor problema subyacente en Estados Unidos? Desigualdad. ¿Cuál es el arma más potente y plausible contra la desigualdad? Sindicatos. ¿Qué deben hacer los sindicatos para reducir la desigualdad de una manera que mejore su vida? Necesitan organizar a millones de nuevos trabajadores.
Entonces, si bien es comprensible que la persona promedio que no está en un sindicato vea el tema de la «organización sindical» como un nicho esotérico no relacionado con ellos, ese no es el caso. Este es el camino para arreglar todo el puto país. Cuando la gente siente que esto no les afecta, bueno, eso es solo un indicador del problema.
La siguiente pregunta en esta cadena es: ¿Qué se necesita para que los sindicatos se organicen a la escala que necesitamos? Hay algunas respuestas prácticas a esta pregunta: se necesitará dinero, se necesitarán organizadores, se necesitará una estructura que conduzca a mantener el flujo de dinero hacia la organización. Pero hay una respuesta más básica, que capta lo que ha faltado durante las décadas posteriores a Reagan de declive del poder sindical: se necesitará ambición. ¡Ambición!
Gran parte de la clase dirigente sindical todavía tiene el aspecto tímido de un perro que ha sido golpeado durante años. Vivir en un estado de decadencia permanente, una vida dedicada a jugar a la defensiva, les ha quitado la creencia de que las cosas pueden ser diferentes. Sus objetivos se han vuelto modestos. Los objetivos modestos no nos llevarán a donde tenemos que ir. Tenemos que pensar en grande. El movimiento obrero necesita, antes que nada, una ambición genuina por una nueva América. En lugar de mirar la escala del problema y concluir que es imposible, necesitamos líderes sindicales que vean su trabajo como escalar montañas, sin importar cuán altas sean. La ambición es la cualidad más preciada de todas.
Es por eso que el anuncio del sindicato United Auto Workers de que están lanzando una campaña para sindicalizar a más de una docena de fabricantes de automóviles no sindicalizados a la vez es tan importante. El UAW sabe que las mayores amenazas a su poder industrial a largo plazo son el ascenso de grandes empresas automotrices no sindicalizadas como Tesla, y el hecho de que la industria automotriz ha podido trasladar durante mucho tiempo plantas a estados sureños antisindicales para operar sin sindicatos. Si no se controlan, esas dos tendencias drenarán al UAW como un vampiro, dejándolo como una cáscara hueca de una institución que alguna vez fue poderosa.
Para realmente vencer esas tendencias se necesitará organizarse a una escala sin precedentes. Será necesario organizar a 150.000 nuevos trabajadores en un sindicato que hoy solo tiene 400.000 miembros activos. Ese es el tipo de desafío que los líderes sindicales tradicionalmente considerarían como un problema vago y a largo plazo, como «resolver el cambio climático», que debe abordarse con pequeños gestos en el presente, con la esperanza de que tal vez de alguna manera suceda algo en el futuro que facilite todo el proceso.
En lugar de eso, el UAW simplemente ha dicho: ¿Se necesitará organizar a 150.000 nuevos miembros para solucionar nuestro problema? Entonces nuestro plan será organizar a 150.000 nuevos miembros. Pongámonos manos a la obra. Esta es exactamente la mentalidad que el movimiento obrero en grande necesita, pero no tiene.
El UAW está aprovechando las oportunidades que los sindicatos desperdician con demasiada frecuencia. Viene de una importante victoria en la huelga de los tres grandes fabricantes de automóviles, una huelga que en sí misma fue enormemente ambiciosa. En lugar de aprovechar esa victoria, el líder del UAW, Shawn Fain, la está utilizando como un anuncio para el sindicato, para atraer a los trabajadores de todas partes. Cuando entrevisté a Fain hace una semana, le pregunté qué empresa sería su próximo objetivo de sindicalización, y me dio una especie de respuesta vaga sobre cómo no le importaba porque el sindicato quiere organizar a todos. Pensé que solo estaba evitando la pregunta. Pero parece que estaba siendo honesto. Van a por todos.
Este es el tipo de campaña que llevará años, y requerirá mucho dinero, y será difícil. Pero están haciendo un plan para hacerlo porque debe hacerse, que es el paso sin el cual puedes estar absolutamente seguro de que nunca se lograría.
¿Qué otros sindicatos deberían hacer esto? Yo diría «todos», pero no quiero ser demasiado vago. Digamos, en aras de parecer prácticos, que este tipo de ambición solo es realista para las industrias que ya tienen una fuerte presencia sindical en ellas, industrias en las que operan los principales sindicatos y tienen una base tradicional, pero en las que la densidad sindical no está donde debería estar. ¿En qué otro lugar, entonces, deberíamos ver campañas igualmente grandes para organizar a cientos de miles de trabajadores donde los sindicatos ya están establecidos?
- Todas las tiendas de comestibles no sindicalizadas (UFCW)
- Todos los docentes no sindicalizados (AFT, NEA)
- Todos los trabajadores de la salud no sindicalizados (muchos sindicatos grandes y medianos en la industria)
- Todos los trabajadores de la construcción no sindicalizados (los sindicatos de la construcción)
- Todos los trabajadores hoteleros no sindicalizados (Unite Here)
- Todos los trabajadores no sindicalizados de la industria de la aviación (AFA, ALPA, Maquinistas, SEIU, etc.)
- Todos los trabajadores del gobierno local, estatal y federal no sindicalizados (AFSCME, AFGE)
- Todos y cada uno de los trabajadores no sindicalizados de la industria de la televisión y el cine (WGA Oeste, WGA Este, SAG-AFTRA, IATSE, Teamsters)
- LA INDUSTRIA DE LA TECNOLOGÍA, Jesucristo (CWA, los sindicatos de medios)
Esta es solo una lista que se me ocurrió en cinco minutos. Sería mucho más largo. El punto es que cada una de estas áreas tiene la misma situación que enfrenta el UAW en la industria automotriz. No es como si el UAW se fijara en el antisindical más rico de la compañía de coches eléctricos del mundo, y en los estados antisindicales más racistas de Estados Unidos, donde intimidan a los trabajadores pobres para que no se organicen, y pensaran para sí mismos: «bueno, todo esto está muy fácil para nosotros, así que supongo que lo intentaremos». ¡Es jodidamente difícil! Pero hay que hacerlo.
No hay ninguna razón por la que todos los sindicatos que mencioné anteriormente no puedan comportarse con el mismo nivel de ambición. Todos esos sindicatos se encuentran en industrias donde el poder de los trabajadores organizados se ve amenazado por el crecimiento de empleadores no sindicalizados. Demonios, los sindicatos de Hollywood también acaban de ganar grandes huelgas, al igual que UAW. ¿Aprovecharán también este momento como trampolín hacia un futuro sindical vibrante? ¿O se retirarán a sus cómodas posiciones mientras aquellos que no tienen la suerte de ser miembros de los sindicatos son dejados a la intemperie? Tan importante como es la necesidad de organizarse a gran escala para preservar y aumentar el poder de los sindicatos, la importancia moral de dar a millones de trabajadores no sindicalizados la protección de un sindicato es aún mayor.
¡Quiero ver algunos grandes planes de mierda! ¡Quiero que los gremios de la construcción se tomen jodidamente en serio la organización! ¡No quiero que la industria de la tecnología, la más valiosa de Estados Unidos, siga adelante sin sindicatos! ¡No quiero que todos esos trabajadores de supermercados que arriesgaron sus vidas durante la pandemia se pregunten por qué el sindicato de su industria no los ayuda también! Quiero que los sindicatos, en general, consideren que la existencia de un enorme número de empleadores no sindicalizados dentro de sus propias industrias es intolerable y repugnante y la causa de una atmósfera similar a la de una «sala de guerra» que persistirá hasta que esta situación grotesca cambie.
