Ni OTAN ni Putin, hay que luchar contra la guerra en EEUU y en cada país

Dibujo de EEUU suicidándose a través disparando al mundo

Left Voice.Izquierdadiario.org

Left Voice, grupo de la Red Internacional en Estados Unidos, participó el sábado pasado en el mitin contra la guerra en Ucrania en Washington DC. Seguidamente figuran una declaración y el comunicado difundido.

El 18 de marzo, una representación de Left Voice asistió a las manifestaciones contra la guerra en Washington DC y Detroit iniciados por la coalición ANSWER, CODEPINK y The People’s Forum, y que fueron respaldados por más de 200 organizaciones. Con una participación cada vez mayor de la OTAN en la guerra entre Rusia y Ucrania, la amenaza de una nueva guerra mundial se cierne más que en cualquier otro momento en la memoria reciente. Se necesita con urgencia un fuerte movimiento contra la guerra, y damos la bienvenida a las movilizaciones actuales.

Muchos socialistas en Estados Unidos vienen capitulando ante los objetivos imperialistas de la OTAN en esta guerra. Por eso, es progresista denunciar claramente a la OTAN y el papel del imperialismo estadounidense en particular. Esto se vuelve muy importante a medida que la guerra se intensifica rápidamente. Polonia está enviando aviones de combate a Ucrania, Finlandia está programada para unirse a la OTAN y todas las partes se están preparando para un conflicto mayor, como lo muestra el presupuesto militar recientemente propuesto por la administración Biden de 880 mil millones de dólares, una propuesta que claramente busca preparar los recursos del militarismo estadounidense para azuzar a China.

Recientemente, figuras de derecha como Ron DeSantis y Matt Gaetz han utilizado la retórica populista para pintar su violento nacionalismo de “Estados Unidos primero” como “anti-guerra”. Es vital que la izquierda tenga una posición verdaderamente antiimperialista rechazando el aislacionismo, la violencia estatal interna y el chovinismo anti-China impulsado por sectores de la derecha. Las manifestaciones del 18 de marzo jugaron un papel importante en la denuncia del imperialismo estadounidense y la OTAN y en quitarle espacio al oportunismo de la derecha.

Al mismo tiempo, no apoyamos todas las consignas de las protestas del sábado. No estamos de acuerdo con el llamado a las “negociaciones” que crean ilusiones de que los gobiernos burgueses pueden o deberían “ser razonables” y encontrar una solución justa. También discrepamos con la apología tácita de la invasión rusa de Ucrania, expresada en la decisión de los organizadores de la manifestación de no mencionar a Rusia en ninguna de las demandas de las acciones del 18 de marzo. La clase obrera no debe apoyar a ningún bando en esta reaccionaria guerra de acumulación de dominio. Hacemos un llamado a construir un movimiento contra la guerra, internacionalista y de la clase trabajadora que rechace claramente las políticas y a los políticos de la OTAN, Rusia y el gobierno de Zelensky.

En lugar de llamar a los gobiernos nacionalistas y antiobreros a negociar un acuerdo de paz, nuestros principales llamados deben dirigirse a las masas trabajadoras que se ven obligadas a luchar y morir. La clase obrera internacional tiene el poder de poner fin a la guerra a través de acciones de masas, incluidas huelgas y boicots laborales al material de guerra. Los soldados, tanto rusos como ucranianos, podrían tomar la iniciativa confraternizando entre sí y negándose a combatir. En lugar de permanecer en silencio sobre los objetivos reaccionarios de la guerra de Rusia, los socialistas tienen la obligación de construir la solidaridad de clase internacional denunciando estos ataques y pidiendo que las tropas rusas salgan de Ucrania, así como exigiendo que la OTAN salga de Europa del Este.

COMUNICADO: Ni la OTAN ni Putin

Hace un año, en una escalada de tensiones de larga data con la asesina imperialista OTAN, Rusia invadió Ucrania. Esto desencadenó una serie de eventos que arrojaron al mundo a una nueva etapa de conflicto global en la que la creciente competencia entre las grandes potencias capitalistas se desarrolla en el campo de batalla. La guerra es más grande que Rusia y Ucrania: Estados Unidos y la OTAN intervienen para debilitar a Rusia y restablecer su dominación imperialista. La clase trabajadora y los oprimidos de todo el mundo han quedado en el medio, soportando las peores consecuencias de la represión, las sanciones, el desplazamiento, la inflación, el hambre y la destrucción de la guerra. Debemos tener claro que esta guerra no sirve a nuestros intereses.

La invasión de Rusia es un nuevo intento de subyugar a Ucrania y expandir su influencia en la región para encontrar nuevas vías para sus capitalistas. La guerra se ha utilizado para oprimir violentamente a los ucranianos y también para reclutar y reprimir a la juventud rusa, los trabajadores y los sectores más marginados de la sociedad. Ante este movimiento reaccionario, debemos exigir que las tropas rusas salgan de Ucrania.

Pero esta no es la única dimensión de la guerra. El conflicto se desarrolla en el contexto de una crisis del orden mundial neoliberal encabezado durante décadas por Estados Unidos. Los pendencieros capitalistas están compitiendo por mejores posiciones en los conflictos venideros.

A Estados Unidos y la OTAN no les importa la “autodeterminación de Ucrania”. Ven a la guerra como un medio para debilitar a Rusia y refrenar el crecimiento y la influencia de China. Estados Unidos y la OTAN han utilizado la guerra en Ucrania para enviar miles de millones de dólares, toneladas de armas y entrenamiento militar a Ucrania. Han fortalecido los lazos con el régimen de Zelenskyy y aumentado la dependencia ucraniana de Occidente. Han utilizado la guerra para aumentar sus presupuestos militares y un programa masivo de rearme. Estos serán utilizados como herramientas de represión contra la clase trabajadora y los pobres a nivel internacional. Al financiar a la policía, ICE (la migra) y otras instituciones violentas del estado, el aumento de los gastos de defensa también significa más ataques contra los trabajadores y los oprimidos en los Estados Unidos. ¡Ni un centavo ni una persona para la guerra capitalista! ¡Por el fin del rearme imperialista!

El impacto de las sanciones de gran alcance sobre Rusia, al igual que las sanciones que Estados Unidos impone a Venezuela e Irán, son brutales para los millones de trabajadores y personas pobres que viven en Rusia pero que no eligieron la ofensiva reaccionaria de Putin. Debemos luchar por el fin de todas las sanciones que son una herramienta para reprimir a nuestros hermanos de clase en todo el mundo.

Gravemente, la guerra también se ha utilizado como justificación para fortalecer las alianzas dentro de la OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, y para expandir la influencia de la OTAN en Europa del Este, fortaleciendo así los cimientos de su dominación. ¡EE.UU. y la OTAN fuera de Europa del Este!

Esta es una guerra de procuración de dominio reaccionaria que libran dos campos capitalistas. Nuestra lucha no es contra los trabajadores y oprimidos en Rusia o Ucrania, es contra el sistema que produce guerras y nos explota.

Por una solución independiente e internacionalista a la guerra en Ucrania

¿Cuál es la salida de esta guerra? No es poniéndose del lado de Rusia, que ha invadido Ucrania para beneficio de su clase capitalista y que reprime violentamente la a disidencia. No es poniéndose del lado del régimen de Zelenskyy, y los EE.UU. y la OTAN detrás de él; Zelenskyy se alía con EE. UU. y la OTAN para generar nuevas ganancias para la clase dominante de Ucrania y reprimir a los trabajadores y la disidencia. Estados Unidos y la OTAN buscan reafirmar un orden mundial neoliberal que ellos dominan.

Esto significa que no podemos confiar en los gobiernos capitalistas para negociar el fin de un conflicto creado por su sistema podrido. Las negociaciones no conducen a la paz sino a que los gobiernos capitalistas redibujen el mundo en su interés mientras la clase trabajadora y los oprimidos enfrentan las consecuencias.

Una verdadera solución al conflicto pasa por socavar el mismo sistema que lo originó, montando una ofensiva contra Putin, la OTAN y Zelenskyy. La clase obrera internacional debe allanar el camino a través de la lucha de clases; porque es esta clase la que se ve obligada a pelear las guerras, la que hace todo lo que necesitamos para que la sociedad funcione, y la que crea las ganancias que codician los capitalistas.

Lo que puede poner fin a la guerra son los esfuerzos coordinados de la clase obrera internacional y las movilizaciones masivas contra la guerra. Tenemos ejemplos pequeños pero significativos de lo que es posible: en las protestas contra la guerra en Rusia y Europa; en acciones obreras contra los embarques de armas en Italia, Bielorrusia y Grecia. Pero también se están plantando las semillas para una lucha mayor. La intención de los gobiernos capitalistas de poner los costos de la guerra sobre la clase trabajadora y los oprimidos ha provocado protestas en Europa, América Latina y Asia, particularmente en el Reino Unido, Francia y Perú. Estas luchas pueden convertirse en una parte crucial de los esfuerzos para conectar la crisis social con la guerra y luchar juntos contra nuestros enemigos de clase.

En Estados Unidos es indispensable una política acérrimamente antiimperialista. Es crucial vincular esta perspectiva con un floreciente movimiento laboral que está luchando contra el empeoramiento de las condiciones de vida producido por este sistema neoliberal global capitalista. La Generación U, por unions (sindicatos, en inglés), está luchando por sindicatos y mejores condiciones de trabajo, contra la explotación y la opresión en el lugar de trabajo. Imagínense si asumieran la lucha contra la guerra, conectando la agresión imperialista en el extranjero con la explotación y la represión en los Estados Unidos. Debemos reclamar una lucha militante contra la guerra desde dentro de nuestras escuelas y lugares de trabajo, y en las calles. Hace una década o más, la AFL-CIO, así como sindicatos independientes como los trabajadores portuarios de la ILWU, aprobaron resoluciones contra las odiadas guerras estadounidenses en Irak y Afganistán, se unieron a las protestas contra la guerra.

Hoy los trabajadores y los oprimidos de EE.UU. debemos levantarnos contra esta guerra reaccionaria y el papel jugado por nuestro gobierno imperialista, que oprime a nuestros hermanos de clase en Palestina, México, Cuba, Haití, Irán, Afganistán, Europa del Este y el resto del mundo. Para nosotros en el corazón de la bestia imperialista, debemos usar todas nuestras fuerzas para luchar para poner fin a esta guerra reaccionaria y dar la campanada de muerte para el imperialismo estadounidense.

Ni OTAN ni Putin – No a la Guerra Capitalista

Estados Unidos y la OTAN fuera de Europa del Este

Tropas rusas fuera de Ucrania

Por una solución Independiente y Socialista en Ucrania para enfrentar la ocupación rusa y la dominación imperialista.

Fuente:

https://www.laizquierdadiario.com/Ni-OTAN-ni-Putin-un-programa-para-protesta-contra-guerra
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