En las elecciones del 10 de marzo, la conservadora Alianza Democrática (AD) de Luís Montenegro se ha convertido en la fuerza más fuerte con el 29,5 por ciento de los votos emitidos y al menos 79 mandatarios. El gobernante Partido Socialista (PS) obtuvo el 28,5 por ciento de los votos y 77 escaños. El partido fascista Chega obtuvo alrededor del 18 por ciento de los votos, cuadruplicando su número de escaños, de 12 a 48. Dado que no ha logrado una mayoría en el gobierno, Montenegro depende de sus socios en el Parlamento y se dibuja un escenario parlamentario de mayoría derechista frágil frente a un sector en la oposición igualmente subdividido, al perder los socialistas el apoyo electoral que consiguieron en las anteriores elecciones, pese a haberse producido esta vez una significativa reducción de la abstención. Lo que indicaría, una vez más, que cuando un gobierno “progresista” se limita a aplicar los planes del capital y a realizar una gestión derechista de los intereses populares lo que en realidad consigue es abrir el camino para futuros gobiernos de este mismo signo.
Pero estas elecciones, además de abonar esta conclusión, también han estado canalizadas por la operación previa de «lawfare», desatada por la derecha y el poder judicial y que condujo a la dimisión del primer ministro socialista y a la convocatoria no justificada de las elecciones que han provocado estos resultados. Operación iniciada tras la falsa acusación judicial que recibió el anterior primer ministro socialista por corrupción y que el propio juez tuvo que retirar, pretextando una confusión de nombres. Sin embargo, el presidente de la República (de derechas), en lugar de aceptar la dimisión y proceder a nombrar otro primer ministro del mismo Partido Socialista que contaba con suficiente mayoría parlamentaria, decidió disolver el Parlamento y convocar las elecciones.
Andreia Rodrigues. Eltrapezio.eu
Los vientos de cambio en las elecciones portuguesas dan la victoria a la derecha en una noche en la que Chega y Livre doblan sus diputados
La Alianza Democrática de Luís Montenegro ganó las elecciones legislativas portuguesas con el 29%. La AD tendrá mayoría relativa, teniendo que hacer acuerdos parlamentarios en la derecha. Los activistas de Climaxico (que ya «atacaron» durante la campaña) arrojaron pintura al hotel donde se encontraba la comitiva del que será el nuevo primer ministro portugués, Luís Montenegro. Pero, la mayoría absoluta de la derecha sólo se alcanzará si la AD se une a IL y Chega. El histórico CDS (que forma parte de la coalición AD) regresa así a un parlamento cada vez más fragmentado. Una noche de nervios en la que cada voto cuenta. AD y el PS tienen una votación muy reñida con la derecha con más diputados en el norte y el PS en el sur. El ADN, el partido de extrema derecha, «robó» algunos votos a AD debido a que varios votantes se equivocaron en estas siglas que aparecían en los dos primeros lugares de las papeletas portuguesas.
Con algunos distritos ya cerrados, Beja presenta la caída de un bastión comunista. Se espera que el PS tenga hasta el 28% de los votos (lo que representa una gran caída para el PNS) y el ministro de Hacienda, Fernando Medina, lamentó que AD pueda ser «rehén» del tercer partido más votado, Chega. «Como hombre del 25 de abril, veo con tristeza el resultado de Chega», lamentó el historiador del PS, Manuel Alegre. Alegre considera que se trata de una derrota «del partido y no de Pedro Nuno Santos». João Soares, hijo de Mário Soares, admitió la derrota de los socialistas en vivo en la estación pública y recordó que ser la oposición solo es bueno. «El PS siempre ayudará a consolidar la democracia», dijo Soares sobre la posibilidad de que el PS ayude a AD en el parlamento a sacar a Chega (eligió diputados en todos los distritos excepto Bragança) del arco parlamentario. El partido de Ventura quedó en tercer lugar, casi triplicando su grupo parlamentario. Esta noche se considera el fin del bipartidismo en Portugal. El PS, que ya ha aceptado que se trata de un resultado «menor de lo esperado», ha dejado claro que no es el socio natural de AD para gobernar. Para Gomes Cravinho, Portugal saldrá debilitado de estas elecciones. Costa también estuvo en la sede de los socialistas, donde habló con los periodistas.
La Iniciativa Liberal mira a esta noche con serenidad porque podría ser la clave de un futuro gobierno de derechas. El Bloco de Esquerda obtiene un porcentaje del 4,4%, en quinto lugar. Livre es uno de los grandes triunfadores, esta vez con un grupo parlamentario, dejando de ser un partido con un solo diputado, Rui Tavares. La CDU, una de las perdedoras de la noche, perdió la mitad de sus diputados y ahora tendrá que «resistir y salir a la calle», como había dicho Paulo Raimundo antes de las elecciones. El PAN, al igual que la CDU, están a la espera de los resultados finales para saber si elegirán diputados a un parlamento que en el futuro parecerá una partida de póquer entre AD y Chega para viabilizar un gobierno de mayoría de derecha.
El CNE ve evidencia de un delito de propaganda en las declaraciones de Miguel Albuquerque al momento de la votación. El presidente del PS consideró que este órgano era bastante permisivo. En cuanto a la abstención, esta será la más baja de los últimos veinte años, algo que los partidos acogieron con beneplácito y consideran un «regalo» en el año en el que se celebra el 50 aniversario del 25 de abril. Los portugueses no se quedaron en casa en el año en que giraron a la derecha en las urnas. La actividad parlamentaria se reanuda a principios de abril.
