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El lunes 27 de marzo, gran parte del sector del transporte y de los servicios públicos irán a la huelga en Alemania. La última vez que se produjo una huelga de estas dimensiones fue probablemente a principios de los años noventa.
El sindicato de servicios (ver.di) y el sindicato de ferrocarriles y transportes (EVG) convocan a los trabajadores del transporte público local, regional y nacional, de siete aeropuertos, de las vías navegables interiores y de las empresas de autopistas a una “huelga de advertencia” de 24 horas a partir de las 0:00 horas del lunes.
Además, en algunas regiones también están llamados a la huelga parte de la administración pública, guarderías y hospitales. Ya la semana pasada, 400.000 trabajadores del sector público abandonaron sus puestos de trabajo y salieron a las calles.
La huelga conjunta en el sector del transporte busca aumentar la presión antes de la tercera fecha de negociación de la ronda de convenios colectivos en el sector público. Ver.di exige un aumento salarial de 10,5 % para los 2,5 millones de empleados y un salario mínimo garantizado de 500 euros al mes, lo cual tendría un gran efecto para los sectores de salarios más bajos. La EVG exige un 12 % para 180.000 colegas de la Deutsche Bahn (ferrocarril nacional), sus subcontratistas y otras empresas ferroviarias y un mínimo garantizado de 650 euros para todos.
Con las huelgas conjuntas en varios sectores del transporte de pasajeros, que probablemente paralizarán todo el país, los sindicatos están demostrando su potencial para luchar realmente por la compensación de la inflación. Sin embargo, existe el riesgo de llegar a malos compromisos en las próximas negociaciones o en el arbitraje, lo que impediría que las huelgas se prolongaran durante varias semanas.
Para lograr un aumento salarial real en las rondas de negociaciones, ver.di y EVG deben preparar ya asambleas de trabajadores y votaciones para las huelgas por tiempo indeterminado. En Berlín ya se han formado asambleas democráticas de delegados que han votado no aceptar ningún acuerdo por debajo de la inflación. Sin embargo, la dirección del sindicato no considera vinculantes estas decisiones. Hasta ahora la “oferta” de las patronales municipales para el sector público se limita a sólo un 5,08 % en 27 meses y pagos únicos de 2.500 euros repartidos en dos años. Con una inflación actual del 8,7 %, esto supondría una importante pérdida salarial.
Ataques al derecho de huelga
A la falta de concesiones del gobierno federal y gobiernos locales se suma la campaña de difamación de las huelgas por parte de políticos, los medios de comunicación y asociaciones empresariales. Hace unas semanas, una asociación empresarial del partido conservador CDU (Mittelstands- und Wirtschaftsunion) ya exigió que se restrinja el derecho a huelga en el transporte, la energía y los servicios de emergencia.
En relación con la próxima “mega huelga” del lunes, Stefan Kampeter, de la Confederación de Asociaciones Patronales Alemanas (Bundesvereinigung der Deutschen Arbeitgeberverbände), declaró: “Quienes actúan así actúan de forma desproporcionada y ponen en peligro la aceptación del derecho a huelga”.
Markus Jerger, de la Federación de las Pequeñas y Medianas Empresas (Bundesverband mittelständische Wirtschaft), adoptó una línea similar: “Las empresas y la población no deben ser rehenes de reivindicaciones que no son convenientes en la actual situación económica”.
Que no habría dinero suficiente para los servicios públicos y los trabajadores del transporte es una mentira que queda evidenciada por el aumento del presupuesto militar de más de 100.000 millones de euros. Esto muestra que debemos utilizar las huelgas para oponernos a la militarización y al suministro de armas.
En tiempos de guerra, el gobierno federal hará las menores concesiones posibles. Los comités ejecutivos sindicales tampoco querrán aceptar el riesgo de una nueva escalada de las huelgas en estas circunstancias. Por lo tanto, durante una posible fase de conciliación en el sector público, hay que presionar a las direcciones para que se declaren huelgas por tiempo indeterminado en asambleas, para no tener que hacer concesiones desfavorables.
Un acuerdo sin más huelgas equivaldría a entregar uno de los derechos fundamentales de les trabajadores: el derecho a la huelga. Este seria el resultado impuesto por la orientación de colaboración de la burocracia sindical. El resultado de la negociación en Correos postales lo demostró dolorosamente cuando la comisión negociadora de ver.di se limitó a seguir negociando a pesar de que el 86 % de los afiliados había votado a favor de una huelga por tiempo indeterminado. En lugar de utilizar toda la fuerza de la huelga, la dirección de ver.di aceptó un resultado por debajo de la inflación.
El hecho de que los líderes sindicales convoquen una “mega huelga” el lunes a pesar de todo esto demuestra que están muy presionados por abajo para alcanzar acuerdos que sean presentables en el sector público frente a los recortes de la inflación.
Huelga por un cambio ecológico en el transporte
La jornada de huelga supone una importante politización de las rondas de negociación, pues ya no se trata sólo de la compensación salarial, sino del sistema de transporte en su conjunto.
Ya hay escasez de personal en los ferrocarriles y el transporte local. Un tercio de todos los conductores de autobús y tranvía tienen más de 55 años y se jubilarán en los próximos años, mientras que no se incorporan suficientes trabajadores jóvenes.
El movimiento ecologista, por ejemplo, viene demandando un cambio ecológico en el sistema de transporte. Difícilmente se podrá lograr un cambio ecológico en el sistema de transporte con la creciente escasez de personal. Por eso es tan importante aumentar los salarios de los empleados, sobre todo de los aprendices, para que el trabajo resulte más atractivo.
Está planteado pelear por que el movimiento ecologista vea a las y los trabajadores como aliados clave.
El agrupamiento ecologista Fridays For Future (FFF) volverá a participar en las manifestaciones de huelga en el sector del transporte. El llamamiento del movimiento ecologista dice: “El cambio de rumbo en el transporte debe aplicarse rápidamente. Esto sólo es posible si los conductores de autobuses y trenes pueden vivir de su trabajo. Por eso apoyamos a los trabajadores del transporte público en su huelga”.
También reclaman inversiones masivas en transporte público para duplicar las capacidades de aquí a 2030. Más recientemente, la activista de FFF Luisa Neubauer, conocida en todo el país, también criticó a la coalición de gobierno por su actitud vacilante ante el giro del transporte. Igualmente pidió la dimisión del ministro de Transportes, Volker Wissing (FDP) y lo acusó de oponerse activamente a un cambio ecológico del transporte construyendo nuevas autopistas.
De hecho, el gobierno federal demuestra cuáles son sus prioridades con sus políticas para la industria automotriz y las empresas energéticas. Por ejemplo, tras un acuerdo con la empresa energética RWE, el ministro de Economía Robert Habeck (Partido Verde) ordenó el desalojo de la toma del pueblo de Lützerath por parte de activistas ecologistas para poder seguir extrayendo carbón.
Esto demuestra nuevamente que solo se puede luchar por una transición social y ecológica del transporte y la energía en contra de los intereses del gobierno y las grandes corporaciones. Por eso son tan importantes las huelgas de transporte. Demuestran que los trabajadores no sólo pueden mejorar las condiciones de este sector a través de las huelgas. También tienen los conocimientos necesarios para dar forma por sí mismos al cambio de rumbo del transporte y alejar la movilidad de los intereses lucrativos. Por lo tanto es necesario luchar para reestatizar las empresas de transporte público bajo el control de los trabajadores.
La “mega huelga” del lunes debe continuar en abril, preferiblemente como huelga por tiempo indeterminado junto con otros sectores. Es importante tomar el ejemplo del gran movimiento de huelgas en Francia, que ha sacado a millones de personas a las calles durante semanas. Los trabajadores están demostrando que pueden desafiar la impopular reforma de las pensiones mediante huelgas intersectoriales, que son decidas cada día en asambleas. En Berlín, los delegados de huelga del sector público ya se han solidarizado con las protestas en Francia.
En Alemania, si el correo, los hospitales, las guarderías, la administración pública, la recolección de basura, el cuidado a los ancianos, los profesores, el transporte marítimo, los aeropuertos, el transporte local y de larga distancia, los bomberos y otros sectores hacen huelga juntos, pueden conquistar la compensación de la inflación y plantear una perspectiva contra la orientación lucrativa del sector público y las políticas bélicas.
Referencias:
* https://elinternacionalista.net/la-huelga-de-los-trabajadores-alemanes-por-los-salarios-es-una-cuestion-de-supervivencia-dice-el-lider-sindical-a-bild/