Martha Grevatt. Workers.org
El senador Bernie Sanders, ha denunciado recientemente el silencio impuesto por las principales cadenas informativas de su país sobre el conflicto laboral entre United Auto Workers y los 3 grandes fabricantes de automóviles. Sólo por eso queda claro que se trata de una cuestión muy importante para la lucha de clases en este país.
No se informa, por ejemplo, que en la primera mitad de 2023, los 3 grandes fabricantes de automóviles obtuvieron un total combinado de 23 mil millones de dólares en ganancias, un 80 por ciento más que en el mismo período del año pasado.
En cambio, si han visto alguna cobertura las noticias corporativas de la huelgas pendientes de los 150.000 trabajadores automotrices y los posibles efectos negativos sobre la economía, así como toda una letanía de excusas para explicar que los CEOs no pueden dar su brazo a torcer ante los trabajadores.
Tampoco se informa que el año pasado el CEO de General Motors recaudó alrededor de $ 29 millones en compensación total, el CEO de Ford ganó aproximadamente $ 21 millones y el CEO de Stellantis se embolsó más de $ 25 millones.
De hecho, en los últimos cuatro años el salario de esos CEO ha aumentado en más del 40 por ciento.
Ni que en la última década estas mismas compañías obtuvieron unos $ 250 mil millones en ganancias solo en América del Norte.
Condiciones laborales precarizadas
Sin embargo, el salario inicial promedio en el Big 3 hoy es de alrededor de $ 17 por hora, menos que varias plantas automotrices no sindicalizadas en todo el país, y que el salario máximo es de $ 32.32 por hora. Pero de este no se informa.
Lo mismo que los datos que muestran que, en los últimos 20 años, el salario promedio de los trabajadores automotores estadounidenses ha disminuido en un 30 por ciento después de ajustar por inflación. O que los trabajadores automotores en el Big 3 están ganando menos hoy que hace 15 años.
Por supuesto, nada de esto es nuevo. Los medios corporativos siempre se pondrán del lado de los CEOs y accionistas. Cada vez que los trabajadores estadounidenses se levantan y exijan lo que es justo y equitativo, los medios corporativos estarán ahí para decir a los espectadores (lectores) que los trabajadores piden demasiado.
La realidad, pese lo que digan en los medios corporativos en los próximos días, es que la lucha sindical de la UAW por salarios dignos está más que justificada.
Es totalmente razonable, posible y justo que los trabajadores automotrices, que han hecho enormes sacrificios financieros en los últimos 40 años, finalmente reciban una parte justa de las ganancias récord que su trabajo ha generado.
El 14 de septiembre expiran los plazos
Los contratos entre United Auto Workers y General Motors, Ford y Stellantis (que absorbió a Chrysler) expiran el 14 de septiembre. El presidente del UAW, Shawn Fain, ha declarado que la fecha es “una fecha límite, no un punto de referencia”, lo que significa que habrá una huelga en cualquiera de las tres compañías que no entreguen un contrato aceptable para entonces.
Se han realizado piquetes de práctica en o cerca de plantas automotrices en todo el país, incluso en la planta de motores Ford en Brookpark, Ohio, un suburbio de Cleveland el 10 de septiembre.
Los miembros del Local 1250 del UAW llevaban carteles y coreaban: “¡Somos el sindicato, poderoso, poderoso sindicato!” Muchos llevaban camisas rojas para la solidaridad, y algunos tenían el lema: “Hará huelga si se le provoca”.
Las ofertas de contrato más recientes de los Tres de Detroit resultan “insultantes” por el UAW porque no contemplan aumentos salariales equiparables a los del CEO; la restauración del subsidio por costo de vida; la eliminación de salarios desiguales y niveles de beneficios; seguridad laboral; semana laboral más corta, etc.
Seguiremos informando…
