Federación Nacional de Libre Pensamiento
Menos de un año después de la decisión Dobbs del 24/06/2022 por la cual la Corte Suprema de los Estados Unidos anuló el caso Roe vs Wade de 1973 que legalizó el aborto en toda la Unión, las mujeres estadounidenses están sujetas, bajo el dominio del fanatismo más desenfrenado, a una restricción adicional del derecho a disponer libremente de sus cuerpos y conciencia.
Por un lado, el Estado de Wyoming acaba de adoptar una ley que entrará en vigor el 1 de Julio de 2023 prohibiendo, por primera vez en Estados Unidos, los “abortos químicos”, es decir, inducidos por una droga, aunque estos representan el 53% de los abortos voluntarios en este país.
Prohibidos, bajo pena de encarcelamiento de seis meses y una multa de 9.000 dólares: “[…] Será ilegal prescribir, dispensar, distribuir, vender o usar cualquier medicamento con el propósito de inducir un aborto en cualquier persona“.
A partir de ahora, el riesgo vital para la salud de la madre, así como la evidencia de que el embarazo es el resultado de una violación o incesto por sí solo, justifican el uso de la píldora del día después.
Por otro lado, el 7 de abril de 2023, el juez federal conservador Matthew Kacsmaryk, nombrado por Donald Trump en Amarillo, Texas y ex abogado del First Liberty Institute, organización defensora de los intereses de la extrema derecha religiosa, acaba de pronunciar la suspensión de la autorización emitida por la Administración de Alimentos y Medicamentos para comercializar la molécula utilizada en la composición de la píldora abortiva.
Se puso del lado de los argumentos de los activistas antiaborto que afirman, a pesar de toda la evidencia científica de lo contrario, que esta molécula es peligrosa para las mujeres.
Étienne-Émile Beaulieu, especialista en hormonas esteroides que desarrolló la píldora abortiva, ex presidenta de la Academia Francesa de Ciencias de 2003 a 2004, denunció este “escandaloso” “retroceso contra la libertad de las mujeres” proveniente del “fanatismo [y] la ignorancia”.
Estas dos decisiones, tomadas respectivamente por un solo juez federal y el legislador de Wyoming en vísperas de la Conferencia Internacional organizada en París por la Oficina Europea de Coordinación del Libre Pensamiento, en la que participó el ciudadano estadounidense Rob Boston de American United, justifican la conclusión principal de estos dos días de reflexión:
(…) en todo el mundo, sólo la conquista, cuando no existe, o la reconquista, cuando está establecida pero parcialmente distorsionada, de la separación de Estados y religiones pueden garantizar la plena libertad de conciencia de las personas y, en particular, el derecho de las mujeres a disponer libremente de sus cuerpos.
