Blas Ortega. Informaciónobrera.org
Tras el cambio de gobierno en la Generalitat Valenciana del “Botànic” a la coalición PP-VOX, el pasado 20 de octubre el nuevo Conseller de Sanitat sorprendió a la opinión pública prometiendo asumir la gestión directa de los departamentos de salud de Manises y Denia.
Una decisión que, según hemos ido sabiendo, salió de una reunión mantenida por el conseller Marciano Gómez y el presidente Carlos Mazón con el principal accionista y gerente del Grupo Ribera, encargado de la gestión privada de varios hospitales públicos valencianos y que aspìraba a seguir con la concesión cinco años más.
Los motivos para no mantener la gestión privada de estos hospitales no pueden ser muy distintos de de las que llevaron al anterior gobierno socialista a recuperar el Hospital de Torrevieja, y a no crear una Empresa Pública de Salud, que todos entendían que era la privatización de la sanidad: fueron el rechazo masivo de los alcaldes, de los sindicatos, de los sanitarios y de la población a que se prorrogaran las concesiones.
Ahora, como entonces, con el nuevo gobierno del PP la estrategia de aplazar esta decisión a una previa auditoria ha sido de nuevo superada por «el clima social y laboral generado en los departamentos» de Denia y de Manises. Es decir, por la respuesta de los trabajadores y de sus sindicatos, así como de los ciudadanos y ciudadas.
Otro factor favorable a la reversión a la pública ha sido la «seguridad jurídica», concepto que engloba los beneficios de las empresas concesionarias pero también sus “defaults”. Porque, según la propia Consellería de Sanidad, Ribera Salud adeuda a la Generalitat de los 4 hospitales que ha venido gestionando, un total de 267 millones de euros (por atender a pacientes privados en las mismas y por la diferencia entre lo anticipado por la Consellería según el numero de tarjetas sanitarias cubiertas y la atención realizada efectivamente). Y Sanitas, que gestiona el hospital de Manises, adeuda 373 millones de los años 2009 a 2016. Una deuda que hasta 2023 se ha multiplicado hasta el punto, como afirman los informes de auditoria aflorados por la prensa, de obstaculizar el mantenimiento de la gestión privada, que incrementaría el gasto de la Generalitat valenciana en mas de mil millones de euros, solo en el departamento de Manises.
En total, más de 640 millones reconocidos de deuda privada a las arcas públicas, a lo que habrá que sumar las correspondientes hasta llegar al año 2023, se comprende mejor la anuencia o no beligerancia de estas empresariales con respecto a la reversión pública.
Una reversión limitada, por otra parte, al incluir algunas excepciones y “trampas”, o como se quieran llamar. Excepciones, porque el departamento de Salud Elche-Crevillente seguirá estando en manos de Ribera Salud otros 7 años. Perspectiva que la Plataforma de Defensa de la Sanidad Pública del País Valenciano critica (sin rechazar de plano) y que el sindicato UGT rechaza abiertamente.
En el apartado de las “trampas” hay que destacar que, como ya ha anunciado la Consellería, en todos los hospitales (de gestioón pública o privada) se van a entregar (por concurso) a otras empresas los servicios de lavandería, limpieza, mantenimiento de equipos e infraestructuras, logística, seguridad, alimentación de pacientes, gases medicinales, electricidad o gas. Lo que supone que, de un modo u otro, se privatizará gran parte de la gestión hospitalaria, como ha venido corriendo con el Botànic.
De hecho, tanto los alcaldes del departamento de Denia como los del de Manises advierten que «realizarán un seguimiento detallado de las reversiones públicas”, mientras que la alcaldesa de Quart de Poblet añadió que la clave de estos procesos “va a estar en qué servicios se mantienen privatizados. Ahí es donde está el verdadero beneficio económico para las empresas privadas».
Si la movilización de los trabajadores y de la población, con los sindicatos y los representantes municipales ha sido lo decisivo en Denia y Manises ¿por qué permanecer a la espera? ¡Basta ya de privatizaciones, creación de todos los puestos necesarios para dar una asistencia de calidad, sin demoras! ¡Que Ribera Salud y Sanitas paguen todo lo que deben!.
