Sres. Eurodiputados y miembros del Consejo Europeo:
“No incluyan una partida para la industria armamentística en el nuevo presupuesto de la UE. El dinero de los europeos no debería financiar tecnología militar. Este dinero debería destinarse a proyectos que desarrollen estrategias no violentas para evitar y resolver conflictos y que hagan frente a sus verdaderas causas.”
¿Por qué es importante esta petición?
Todos queremos vivir en un mundo en paz y esa es la razón por la que se creó la Unión Europea.
Pero la Comisión Europea, presionada por la industria armamentística, está ahora planeando utilizar, por primera vez desde que la unión existe, miles de millones de presupuesto público para desarrollar tecnología militar avanzada. (Ver también)
Aunque lo presentan como ‘defensa’, la realidad es que el objetivo de estos subsidios es preservar la competitividad de la industria armamentística y su capacidad de exportar, incluso a países que contribuyen a la inestabilidad y que participan en sangrientos conflictos, como Arabia Saudí (ver también y aquí).
El año pasado nuestros gobiernos y eurodiputados aprobaron un presupuesto de 90 millones de euros para financiar tres años de investigación militar y esto es solo el principio.
La Comisión ha estado presionando para que el “sector de la defensa” se convierta en una prioridad dentro de las líneas de financiación ya existentes, desde los fondos estructurales y regionales, pasando por la ayuda al desarrollo, incluyendo el programa Erasmus para la educación… ¡que ahora pasarían a construir nuestra capacidad militar.
El 7 de junio, la Comisión lanzó el Fondo Europeo de Defensa, mediante el cual pretende destinar 500 millones de euros adicionales del presupuesto de la UE a la investigación y desarrollo de la industria armamentística durante el período 2019-2020 (En inglés: Proposal for Regulation establishing the European Defence Industrial Development Programme aiming at supporting the competitiveness and innovative capacity of the EU (COM(2017)294). Es más, a partir del 2021 dicha contribución llegará a los 1.500 millones de euros al año, lo que significa un aumento mucho mayor del propuesto en noviembre de 2016 (European Defence Action plan of 30 November 2016).
Este fondo también incluirá contribuciones nacionales hasta llegar a los 4.000 millones de euros al año, con el fin de financiar la última fase del proceso: el desarrollo y compra conjunta de equipamiento militar por parte de todos los Estados miembros. La Comisión propone que las contribuciones nacionales a este fondo queden excluidas del umbral de déficit del 3% que cada Estado miembro debe respetar. Un privilegio del que no gozan las inversiones en educación, salud o medio ambiente.
Pero todavía tenemos la oportunidad de evitar que los contribuyentes europeos alimentemos con nuestro dinero las guerras más sangrientas. Nuestros gobiernos y eurodiputados tendrán que aprobar esta propuesta de ley en los próximos meses. Vamos a decirles que queremos que trabajen por la paz y que dejen de subvencionar armas.
Todo ello implicará necesariamente drásticos recortes en gastos prioritarios tanto a nivel nacional como europeo. Además, la UE insiste en que estos nuevos gastos deberían serán añadidos al presupuesto militar nacional existente, y no sustituirlo.
Tras años de intenso trabajo entre bambalinas, el grupo de presión de la industria armamentística ha conseguido que algunos países europeos y funcionarios de la UE les apoyen en su demanda de fondos públicos para ‘investigación’, y en su intento más general de acabar con las normas que limitan la financiación europea al ámbito civil.
Todavía tenemos la oportunidad de impedir que los contribuyentes europeos sigan financiando conflictos sangrientos. Digámosles a nuestros gobiernos que queremos que voten por la paz y que no subvencionen armas.
Esta campaña se lleva a cabo en colaboración con la Red Europea Contra el Comercio de Armas.