De improviso y tras unos agónicos meses en que el gobierno del PSOE-Sumar ha tratado de multiplicar los “gestos” progresistas acompañándolos con políticas concretas reaccionarias (presupuestos de guerra, relaciones con Israel, inmigración, pensiones, empleo, vivienda, sanidad …), el miércoles 24 de abril el presidente del gobierno anunció por carta su intención de tomarse un respiro por haber sido imputada su compañera por presunto “tráfico de influencias”. Pose o postura, como quiera decirse, ante la que caben al menos dos objeciones. Primera, sorprende que un Sr. presidente de gobierno resulte tan vulnerable y timorato frente a este tipo de presiones (de “lawfare” o guerra judicial) cada vez más habituales en la vida política institucional, como bien sabemos. Y segunda, resalta también el “desconocimiento” presidencial de la gran vitalidad de la caverna franquista, todavía encumbrada en el sistema judicial y mediático de este país y de este régimen. ¿Abrirá el constitucionalista monárquico Pedro Sánchez alguna perspectiva de cambio en este sentido? Lo veremos el lunes 29, según anuncia en su carta.
Yago Álvarez Barba. Elsaltodiario.com
¿Y qué esperabas, Pedro?
Que en los últimos años los medios de comunicación han recrudecido sus mensajes, han aumentado su agresividad, extendido sus estrategias de manipulación y orquestado ataques hacia las fuerzas políticas de izquierda, sus propuestas y sus líderes es algo más que evidente. Que un puñado de pseudomedios han roto cualquier tipo de límite, ya no sólo periodístico, sino ético es algo que no se le debería escapar a nadie.
En El Salto llevamos años publicando cómo esos mismos medios que se han dedicado a la mentira, la manipulación y el acoso reciben ingentes cantidades de dinero público mediante publicidad institucional, subvenciones o contratos a dedo por parte de las instituciones públicas controladas por el Partido Popular.
La Comunidad de Madrid y el resto de empresas públicas controladas por Isabel Díaz Ayuso, el Ayuntamiento de Madrid, la Xunta de Galicia o la Junta de Castilla y León entre otros. Todas ellas han repartido el dinero público incumpliendo cualquier tipo de normativa sobre reparto justo basado en alcance del medio. Hemos señalado cómo se ha financiado a medios como OkDiario, El Debate, The Objective o al EDATV de Javier Negre entre otros. Nunca ha habido una reacción política ni judicial, pese a que queda bastante demostrado que esos medios reciben dinero por afinidad y no por los baremos por los que se debería repartir la publicidad institucional.
No sólo hemos denunciado a esos grandes medios. En El Salto hemos publicado cómo se ha inyectado dinero público mediante publicidad en medios sin apenas alcance, sin estadísticas de visitas auditadas y con tamaños en empleados y facturación ridículos comparadas con otros medios que hemos sido discriminados por esas mismas administraciones. Medios como Diario Crítico, MadriDiario, Diario La Lupa, La Brújula del Norte, El Imparcial o El Cierre Digital reciben dinero por parte del Gobierno madrileña de Almeida. Demostrando que el dinero público ha sido utilizado en una clara discriminación política e ideológica para aupar a medios que sirven a los fines políticos y económicos de la derecha, mientras los que somos molestos hemos sido apartados.
Uno de los artículos en los que se basa la denuncia de Manos Limpias es de Libertad Digital, uno de los medios del conglomerado de Federico Jiménez Losantos. En El Salto hemos publicado que la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre le dio 900.000 euros en publicidad a su radio en sus dos primeros años de existencia, que Avalmadrid le concedió un aval a Libertad Digital por 1,8 millones de euros para optar a una concesión de TDT, que lleva recibiendo dinero público pese a ser un medio que ha dado pérdidas casi todos sus años de vida y que ha sido uno de los principales receptores de publicidad y contratos menores a dedo del Gobierno de Ayuso, del Ayuntamiento de Almeida y de la Junta de Castilla y León. Entonces, si a Jiménez Losantos le sale tan rentable hacer la guerra sucia que lleva años haciendo y nadie mueve un dedo por evitarlo, ¿qué crees que va a seguir haciendo, Pedro?
Si todos esos medios conviven con el partido de la oposición son capaces de aumentar sus ingresos, sus beneficios y, sobre todo, avanzar en sus objetivos políticos y económicos, entre los que se pueden encontrar tumbar a partidos y gobiernos de izquierda o tumbar políticas progresistas para la mayoría pero que afectan a sus intereses económicos, ¿qué crees que van a seguir haciendo en el futuro, Pedro?
Dinero de publicidad aparte, ¿qué pasa con las noticias falsas y la manipulación? Yo entiendo que hacer una ley de noticias falsas es un tema muy delicado. Darle la llave a un Gobierno de decir qué es verdad y qué no puede ser muy peligroso. Pero, ¿no hacer absolutamente nada? Si hay medios que llevan años mintiendo, con noticias que son fácilmente desmontables, y no tienen absolutamente ningún tipo de responsabilidad ni castigo, ¿qué esperas que hagan la próxima vez, Pedro?
Si una noticia de, por ejemplo, una imputación o la apertura de un caso de alguien de un partido político abre cabeceras con letras gigantes y nombres de casos rimbombantes que se repiten sin parar, llena tertulias televisivas con periodistas de esos mismos medios y copa informativos y, un tiempo después, cuando se demuestra que no había delito ni caso nada más que en la cabeza de algunos pseudoperiodistas y de algunos fiscales o jueces, esos medios no tienen que dar la noticia, rectificar o no tienen que darla en la misma forma, tamaño y espacio que esparcieron la mentira, ¿qué esperas que hagan la próxima vez, Pedro?
Que esas manipulaciones mediáticas han sido la madera que ha alimentado el fuego del lawfare que le sigue después, tampoco es algo que se le debería escapar a nadie que haya analizado el rumbo político, judicial y mediático de los últimos años. O bueno, puede que se te escape si a ti no te ha manchado mucho.
Sin querer caer en un simplón “pues ahora te jodes, Pedro”, creo que es imposible no acordarse de Mónica Oltra. Ella, el día de su forzada dimisión, avisó de la Caja de Pandora que se estaba abriendo con su caso y del montón de mierda que iba a acabar salpicando a toda fuerza política progresista si no se hacía nada. “Nos están fulminando uno a uno con denuncias falsas… y día que ustedes quieran reaccionar, les habrán fulminado también a ustedes”. Y no se hizo nada. Se reaccionó tarde, por lo menos para ella.
Es imposible no acordarse de las ¿veintiuna van ya? causas abiertas a todo trapo y copando medios contra Podemos que acabaron en nada. Imposible que no me venga a la cabeza la panda de energúmenos que acosaron sistemáticamente durante semanas a Pablo Iglesias, Irene Montero y sus tres criaturas en la puerta de su casa. No podemos ignorar la enorme impunidad con la que la extrema derecha acosa y miente sobre personas de izquierda en este país.
Desde de junio de 2018, fecha en el PSOE se hizo con la presidencia del país, han pasado ya casi seis años. Un periodo demasiado largo para no hacer absolutamente nada. Un tiempo más que suficiente para que los medios de extrema derecha, los medios manipuladores, los pseudoperiodistas acosadores y los partidos políticos que los alimentan con el dinero de todos se sientan completamente impunes. Para que se hayan crecido, para que se crean invencibles. Suficiente tiempo para que se lo crean y lo acaben siendo.
Seis años sin que se haya abierto ni una sola causa o un proceso para investigar cómo se gasta el dinero público en publicidad o en contratos menores a medios afines. Seis años sin que se juzgue el uso discriminatorio e ideológico de ese dinero, lo cual es un delito de prevaricación, un delito penal. Seis años sin una Ley de Medios acorde a los tiempos que corren. Seis años sin perseguir la manipulación y las fake news. Seis años dejando que esa bola del acoso y la mentira engorden sin mover ni un sólo dedo e, incluso, mirando hacia otro lado cuando se lo hacían a otros. Si lleváis seis años sin hacer nada para parar lo que ahora te estalla en la cara, ¿qué esperabas, Pedro?