Seguramente a principios de octubre el Parlamento Europeo, el Consejo o Estados miembros y la Comisión, van a iniciar las negociaciones del Reglamento de la futura Ley Europea de Libertad de los Medios de Comunicación. El objetivo es “establecer un marco común” que supuestamente proteja la libertad y la diversidad de los medios de comunicación europeos antes de las próximas elecciones al Parlamento que tendrán lugar a principios de junio de 2024.
Tan buenas intenciones y mejores propósitos, sin embargo, han desatado las justificadas suspicacias de los y las profesionales de medios de comunicación. Ricardo Gutiérrea, Secretario General de la Federación Europea de Periodistas, señala:
“Una vez más, los compromisos públicos de los Estados miembros no se están traduciendo en acciones concretas cuando se trata de proporcionar un entorno favorable para los periodistas y medios de comunicación (…). (Pero…) la ley fue promovida supuestamente para defender la libertad de prensa podría tener el efecto contrario”.
En septiembre de 2022, la Comisión Europea publicó una propuesta de Reglamento con el fin de establecer un marco común para los servicios de los medios de comunicación y proteger así el pluralismo y la independencia de los mismos en la UE. Es decir, un paquete legislativo donde en principio estaría recogida la protección de los periodistas y los medios de comunicación; donde se obliga a estos últimos a ser transparentes para que el lector sepa quiénes son; donde se defiende supuestamente la pluralidad informativa y donde están englobadas las diferentes legislaciones vigentes como la directiva anti-slapp y las referentes al caso Pegasus.
El problema vino cuando en junio de este año, por iniciativa de Francia y aprobada por los 27 países miembros de la UE (Consejo de Ministros) se incluyó en el artículo 4 del futuro Reglamento la “salvaguarda de la seguridad nacional” como pretexto para que los Estados miembros o gobiernos puedan emplear “software” de espionaje contra periodistas, su entorno y sus fuentes.
Alertas ante la nueva Ley
Renate Schroeder, de la Federación Europea de Periodistas (EFJ), señala: “La excepción de seguridad nacional en el artículo 4 sobre la protección de las fuentes y la protección de la tecnología de vigilancia es un golpe a la libertad de prensa que pondría a los periodistas aún más en riesgo y que crea, además, un efecto intimidatorio en los denunciantes y otras fuentes. Sabemos muy bien cómo se abusa de la defensa de la seguridad nacional para justificar violaciones a la libertad de prensa.”
Otro punto importante que agrava más, si cabe, la ambigüedad de esta “excepción”, es que el concepto de “seguridad nacional” no está definido jurídicamente y por tanto, dejar ese poder en manos de los gobiernos resulta alarmante sobre todo cuando, como nos dice el abogado Ángel García Castillejo, “al ser un Reglamento será de aplicación directa, es decir no tendrá que pasar por ningún proceso de trasposición al ordenamiento jurídico de cada país como se debe hacer con las directivas”.
Por otra parte, además de “colar” esta “excepción”, los gobiernos de los países miembros o Consejo suavizaron la directiva anti-slapp recortando drásticamente su eficacia, como criticó Didier Reynders, comisario de justicia de la UE.
En definitiva, si se aprueba el Reglamento con el texto actual se deja prácticamente sin protección a voces críticas o nimiamente molestas a un gobierno o multinacional o fondos de inversión…La realidad, respaldada por muchos profesionales del sector de medios, del mundo legislativo y por algún eurodiputado es que los cambios introducidos por los Veintisiete contradicen la jurisprudencia del Tribunal de la UE
Otra de las novedades de la ley es la creación de un Comité Europeo de Servicios de Medios de Comunicación para supuestamente reforzar la vigilancia y la libertad de los mismos. Al parecer, estará formado por autoridades nacionales relacionados con dichos medios. Disculpen pero, miedo me da… ¿Quién lo va a dirigir? ¿Quiénes van a estar ahí? ¿Por quién va a estar financiado o qué grandes lobbies van a estar detrás o qué fondo de inversión? Visto lo visto las esperanzas se pierden…
Campaña de recogida de firmas
La Federación Europea de Periodistas (FEP), a la que pertenece la Agrupación de Periodistas de la FSC de Comisiones Obreras, ha iniciado una campaña de recogida de firmas, dirigida a las diputadas y los diputados del Parlamento, donde se detallan las lagunas que podrían ser fácilmente aprovechadas por los gobiernos, tal y como se ha observado en los asuntos de los programas espía Pegasus y Predator.
Para la Federación Europea de Periodistas, es responsabilidad del Parlamento Europeo garantizar el máximo nivel de protección y restablecer un entorno de trabajo sano y seguro para las y los periodistas en Europa. Por ello, la organización está presionando al Parlamento para que introduzca en su posición una prohibición absoluta del uso de programas espía contra periodistas, antes de que entre en negociaciones con el Consejo.
Carta abierta de las y los periodistas al Parlamento Europeo llamando a la prohibición completa de la vigilancia mediante programas espía
Honorables parlamentarios y parlamentarias: Anticipándonos al próximo voto sobre el borrador propuesto de Ley Europea de Libertad de los Medios de Comunicación, las y los periodistas de Europa os urgen a introducir en este texto una prohibición completa de la vigilancia a través de programas espía.
Algunos de nosotros y nosotras, y muchos de nuestros compañeros y compañeras en Europa y el mundo, han sido señalados ilegalmente, incluso por estados miembros de la UE. Algunos de estos estados han utilizado armas de vigilancia invasivas contra nosotros y nosotras, amenazando y violando las comunicaciones confidenciales con nuestras fuentes, invadiendo nuestras vidas privadas y poniendo en peligro nuestra seguridad.
En la actualidad los programas espía suponen una importante amenaza para la libertad de prensa. Proporcionan acceso sin restricción a una ingente cantidad de datos: todas las comunicaciones, fotografías, contactos y comportamiento en línea son recogidos sin el conocimiento de las víctimas. La UE debe poner fin a esto con urgencia.
Para las y los periodistas, la seguridad digital y la integridad de nuestros datos son esenciales para garantizar nuestra seguridad, así como la confidencialidad y la protección de nuestras fuentes. Debemos ser capaces de confiar en nuestros dispositivos y canales de comunicación para crear periodismo de calidad y con interés público.
Varios gobiernos de la UE han infectado teléfonos de periodistas con programas espía usando como pretexto la seguridad nacional. Incluir ese tipo de supuestos en la futura legislación amenazaría nuestra capacidad de hacer que los gobiernos rindan cuentas, lo cual es uno de los cimientos de los valores democráticos de la UE. Necesitamos protección completa e inmediata.
Aunque se han añadido algunas salvaguardas durante el transcurso del trabajo parlamentario, todavía quedan demasiadas lagunas. El Parlamento Europeo está a tiempo de eliminarlas y ofrecernos la protección que necesitamos contra la vigilancia ilegal.
Hoy os pedimos que se prohíba el uso de programas espía contra periodistas en la Ley Europea de Libertad de los Medios de Comunicación.
