Resumen Latinoamericano 24 de marzo de 2023
Decenas de miles de manifestantes se concentraron en Plaza de Mayo este viernes por la tarde. La movilización independiente convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia unificó la pelea contra la impunidad de ayer con la lucha contra las políticas de ajuste del presente.
En la cabecera de la movilización que entró a Plaza de Mayo cerca de las 14.45 h estaban presentes Nora Cortiñas, Elia Espen y Mirta Baravalle, reconocidas referentes de Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora. Ahí también marcharon Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz; Sergio Maldonado; referentes del Encuentro militante «Cachito Fukman»; de la Coordinadora por el Cambio Social (Susana Ancarola, del MULCS y Jorge Falconte, de la OLP-Resistir y Luchar), el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, Correpi, Asociación ex Detenidos-Desaparecidos. También referentes políticos del Frente de Izquierda, como los diputados nacionales Myriam Bregman y Nicolás del Caño (ambos del PTS); el diputado Juan Carlos Giordano, de izquierda Socialista; Vilma Ripoll y Celeste Fierro (MST), Romina del Plá y Gabriel Solano (PO), entre otros.
En la Plaza de Mayo se dio lectura a un documento consensuado por todas las organizaciones que integran el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Allí, entre otras cosas, se denunció que la dictadura militar desapareció, torturó y asesinó a miles y miles de militantes populares; que robó cientos de bebés; que organizó más de 600 centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, ejecutando además los llamados “vuelos de la muerte”.
En el texto también se denunció la relación entre la represión del régimen genocida y el ajuste en curso. Allí se planteó que “la dictadura fue alentada por el imperialismo acá y en todo el Cono Sur, financiada por el FMI y apoyada por las multinacionales, los capitalistas locales y las cúpulas de la Iglesia. Su objetivo fue bien claro: derrotar la lucha obrera y popular e imponer un modelo económico de entrega total de nuestro país. A sangre y fuego, cayeron a pique los salarios y aumentaron los ritmos de trabajo. Multiplicaron la deuda externa de 7.000 millones de dólares en 1976 a 47.000 millones en 1983. Y estatizaron la deuda privada de los mismos grandes grupos capitalistas a los que hoy se sigue beneficiando con exenciones fiscales, el dólar-soja o son formadoras de precios. Todos los gobiernos post dictadura pagaron esa deuda fraudulenta e ilegítima a costa de ajuste, privatizaciones y entrega”.
