Al-Yudur Juventud Palestina
El 29 de noviembre de 1947, una ONU raquítica y en pañales compuesta por 57 países, votaron por regalar el 51% del territorio de Palestina a los extranjeros judíos recién llegados que además sólo eran 30% frente al 70% de nativos palestinos.
Una decisión en la que no participaron los y las palestinas, en la que el bloque de países árabes votó en contra, y en el que la mitad de los países que votaron a favor todavía seguían siendo colonias de Europa y Norteamérica.
Esta decisión se llamó Plan de Partición de Palestina, también conocido como Resolución 181. Fue el paraguas legal que emplearon las milicias sionistas (entonces consideradas terroristas por los británicos) para ejecutar la limpieza étnica de Palestina de 1948, la Nakba, y declarar la entidad sionista de “Israel”.
Como la ONU entendió la magnitud de su crimen, decidió, 30 años después, llamar al 29 de noviembre el “Día Internacional de Solidaridad con Palestina“, un premio de consolación especialmente macabro en estos tiempos de genocidio.
Las palestinas rechazamos esta denominación y lo llamamos como lo que es: el Día de la Partición, el día en el que Occidente dio amparo legal a una invasión colonial y genocida que hoy llamamos “Israel”.
Es hora de disputar el relato colonial y racista que representa este día. Este año han florecido un montón de organizaciones de base que trabajan la solidaridad con Palestina en todos los territorios, y es importante descolonizar nuestras mentes para confrontar el relato dominante.
No es lo mismo conmemorar el “Día de Internacional Solidaridad con Palestina” que rechazar y explicar la ilegitimidad del Plan de Partición de 1947.
Palestina no está separada de los grandes crímenes de la humanidad ejecutados por Europa, como la colonización de Abya Yala, la esclavitud y éxodo masivo de esclavos del continente africano, o de las atrocidades cometidas en Asia. Lo mismo que pasa en Palestina pasó en Puerto Rico, en Congo, en Vietnam o en EEUU.
El pueblo palestino siempre ha defendido y defenderá la integridad territorial de Palestina. Palestina ni se parte ni se vende, y en el basurero de la historia quedaron los que lo han intentado.
Hoy el pueblo palestino nos recuerda que ante la faceta más bárbara del imperialismo, y ante la complicidad internacional, la única salida es la resistencia a cualquier coste. Y pone a Occidente frente a un espejo, frente a sus responsabilidades coloniales, que elude en un ejercicio de disociación psicópata.
El pueblo palestino lleva más de 100 años confrontando el colonialismo, y ninguna de las brutales prácticas imperialistas ha podido doblegar su determinación y sus aspiraciones de liberación. Esa es la derrota de Israel, y es la victoria de Palestina.
Como dicen nuestros hermanos latinoamericanos: Patria o muerte, venceremos.