Los servicios públicos esenciales: bastión en la DANA.

Foto: Olmo Calvo

Mª Angeles Llorente (*). Mundoobrero.es

En esta terrible DANA que ha asolado una parte del territorio valenciano y algunas otras zonas de España, se ha retomado un lema poliédrico: “El pueblo salva al pueblo”, que conviene matizar.

En Cheste, población de 9.000 habitantes afectada por la DANA, los policías, guardias rurales y voluntarios de Protección Civil, la brigada municipal, trabajadores y trabajadoras de servicios sociales municipales, de Urbanismo, de Secretaría, de Intervención, de Tesorería, de Cultura, de Deporte, de Turismo, de todos los departamentos municipales, el personal contratado para servicios informáticos, los agricultores, cazadores, las empresas de maquinaria ligera y pesada, Cruz Roja, Cáritas Diocesana, asociaciones diversas, personas voluntarias que se ofrecieron a colaborar de manera organizada, todos ellos y ellas son pueblo. Como también lo son los concejales, concejalas y alcalde que desde el minuto uno se pusieron al frente para coordinar y dirigir todas las actuaciones, para proteger y ayudar a la población. También son pueblo las directoras, el profesorado y las familias que limpiaron sus centros para empezar lo antes posible. Y el personal farmacéutico y sanitario que con su coordinador a la cabeza, abrieron inmediatamente el Centro de Salud y las farmacias durante 24 horas diarias.

La reacción en Cheste ha sido rápida porque en estos últimos años de gobierno, de gobierno “de izquierdas”, en los que Esquerra Unida de Cheste ostenta la primera tenencia de alcaldía y las concejalías de Educación, Cultura, Servicios sociales, Sanidad, Brigada de obras y servicios, Medio ambiente y parques y jardines, se ha potenciado en gran medida la participación y organización de diferentes sectores: Consejo de Salud y Medio Ambiente, Consejo de Cultura, Consejo Escolar Municipal, entre otros, creando estructuras reales de toma de decisiones que han permitido poner en marcha redes de apoyo permanentes.

La dinamización de estos sectores nos permite tener más de 15 programas de educación complementarios en los centros, una agenda cultural variada y de calidad, programas de ejercicio físico, un servicio integral de promoción y prevención de salud mental, calendarios anuales con más de 20 experiencias de salud, distintas iniciativas medioambientales, etc., siendo pioneros en la cantidad y calidad de los servicios públicos que ofrecemos.

Servicios sociales

En las dos últimas legislaturas se ha creado un equipo de servicios sociales, integrado por tres trabajadoras sociales, un educador, una psicóloga, una jurídica y dos administrativas. Este equipo lleva trabajando sin descanso el último mes en la detección y atención de todas las personas afectadas por la DANA: viviendas perdidas, asistencia con los fallecidos, gestión de ayudas de todo tipo, prestaciones económicas, etc. Ya se está interviniendo en más de 60 casos. Sin embargo, sólo dos de estos profesionales son personal municipal, el resto depende de un contrato-programa (300.000 euros) con la diputación de Valencia que se creó con el gobierno del Botánic, declarándolos servicios esenciales para sortear la todavía vigente “Ley de racionalidad y sostenibilidad presupuestaria”.

Salud física y mental

En el ámbito de la salud hemos construido una red de programas de prevención de la salud física y mental que van a ser claves en la reconstrucción física y emocional de las personas: El programa de Envejecimiento Activo, a cargo de una psicóloga clínica y una entrenadora física, se reanudó a los cinco días de la DANA, considerando que las más de cien personas que asisten a él, mayores de 65 años, son especialmente vulnerables. El Viu Actiu, programa experimental de ejercicio físico pautado para enfermos crónicos, se puso en marcha inmediatamente por la misma razón. El SAPM (Servicio de Atención Psicológica Municipal con cuatro psicólogos clínicos) empezó a funcionar durante las veinticuatro horas al segundo día, presencial y telefónicamente. A él se le incorporaron tres voluntarios. Ya llevan atendidas a más de cuarenta personas, además de las habituales, y está previsto prolongar esta atención tres meses más, para seguimiento de casos y nuevas incorporaciones.

Yo me pregunto, ¿qué va a pasar con las personas afectadas psicológicamente de los pueblos que no disponen de estos servicios? Tampoco la salud es considerada una competencia propia. Sin embargo, somos los ayuntamientos los que conocemos las necesidades reales de nuestras poblaciones. Repensar qué corresponde al Estado, qué a las Comunidades Autónomas y qué a los Ayuntamientos es tan necesario y urgente como dotarles de los recursos necesarios para atender las necesidades existentes.

En Cheste hemos salido adelante porque hay delegaciones y hemos compartido responsabilidades, siempre con la generosidad de la que hacemos gala las gentes de Izquierda Unida, y a veces, sin el protagonismo que merecemos.

Si me permiten, haré una referencia a otra de las mejores iniciativas del Botànic: El programa Edificant que permitió a los ayuntamientos llevar toda la gestión de mejora de los centros educativos, pero asumiendo los gastos la Consellería. Eso permitió adecuar muchos centros abandonados durante más de veinte años de gobierno del PP en el País Valencià. Eso mismo es lo que ahora, el subdirector general de infraestructuras educativas (en este caso del PP) nos ha permitido hacer mediante la empresa TRAGSA con el centro educativo que tenemos afectado por la DANA. Esta colaboración municipal puede acelerar procesos en un momento tan complicado. La atención a la infancia es otra necesidad esencial. Los niños y las niñas, los y las jóvenes, deben ir a los centros educativos lo antes posible y en las mejores condiciones: Son vulnerables, tienen derecho a disfrutar de su infancia, de su juventud y a no ver mermadas sus posibilidades de futuro.

Relatar la importancia de la brigada de servicios y obras como servicio público esencial o el papel de la hacienda municipal que también gestionamos como IU en esta legislatura, sería motivo de otro artículo.

Gobernanza municipal

Otra tarea urgente es la democratización del gobierno municipal. En esta DANA ha quedado patente que allí donde los alcaldes o alcaldesas no tenían equipo de concejales delegados, no han podido actuar ni con rapidez, ni con eficacia, por mucho que lo intentaran. Pretender que una sola persona atendiera los requerimientos de todas las consellerías, participase de todas las reuniones, atendiese a la prensa y además coordinase todo el trabajo del Ayuntamiento, es una falacia y una imprudencia temeraria. Esa condición “plenipotenciaria y casi caudillista” que la ley atribuye a los alcaldes y alcaldesas no es buena para la gobernanza municipal.

En Cheste hemos salido adelante porque hay delegaciones y hemos compartido responsabilidades, siempre con la generosidad de la que hacemos gala las gentes de Izquierda Unida, y a veces, sin el protagonismo que merecemos, cosa que también deberemos replantearnos a nivel no sólo local sino en todos los estamentos democráticos.

Concluyo: a veces el lenguaje se nos escapa. Si bien es cierto que es necesario reformar y democratizar muchas instituciones para que cumplan con la eficacia y calidad que debieran, también lo es, que en muchas ocasiones, lo que falla son las personas que están al frente de las mismas. Y tampoco podemos olvidar que es el pueblo con su voto quien las elige. Y sin duda, también será el pueblo quien pida responsabilidades.

En esa línea, creo que la situación de abandono que han padecido y aún vienen padeciendo algunas poblaciones puede incrementar ya la alta desafección de la ciudadanía por las instituciones y provocar una deriva política hacia el fascismo. Recuperar la confianza en las instituciones es una urgencia democrática.

En un debate en el Congreso de Diputados y Diputadas al que fui invitada por la Associació de Juristes Valencians, pedía con contundencia que los gobiernos del Estado y de la Generalitat Valenciana debían ponerse a trabajar con urgencia y diligencia, de manera coordinada y planificada, para asegurar una reconstrucción rápida y sostenible de las infraestructuras, así como para garantizar los servicios públicos esenciales que ayuden a las personas en la reconstrucción de sus vidas tanto a nivel material como emocional. Y esto solo puede hacerse con participación, contando con toda la sociedad, con todos los profesionales que puedan aportar pensamiento crítico y conocimiento. La democracia se construye de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. No queda otra: democracia real o barbarie.

(*) Mª Ángeles Llorente Cortés, primera teniente de alcalde del Ayto. de Cheste

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