José Díaz Ramos. Secretario General del PCE.
Informe pronunciado en el Pleno del CC del PCE celebrado en Valencia los días 5 a 8 de marzo de 1937.
“Dado el carácter de la lucha que se está ventilando en España y su repercusión internacional, es necesario definir, declarar, para que lo comprendan todos, por qué luchamos. Luchamos por la República democrática, por una República democrática y parlamentaria de nuevo tipo y de un profundo contenido social. La lucha que se desarrolla en España no tiene por objetivo el establecimiento de una República democrática como puede serlo la de Francia o la de cualquier otro país capitalista. No; la República democrática por la que nosotros luchamos es otra. Nosotros luchamos por destruir las bases materiales sobre las que se asientan la reacción y el fascismo, pues sin la destrucción de estas bases no puede existir una verdadera democracia política.
En nuestra lucha, perseguimos el aniquilamiento de las bases materiales de la España semifeudal, arrancando de cuajo las raíces del fascismo; es decir, aspiramos a conquistar y a consolidar lo que no logramos ni el 14 de abril ni después del triunfo electoral del 16 de febrero. He ahí donde reside el sentido de nuestra lucha; he ahí lo que puede explicar por qué nosotros defendemos la República democrática y parlamentaria.
Y esto es necesario que lo sepan todos; es necesario que todos sepamos a dónde vamos y qué queremos y quiénes han sido siempre los enemigos del pueblo, los que constituían las castas que dominaron secularmente España. Necesitamos aniquilar a los grandes terratenientes que han participado en su totalidad en la rebelión militar fascistas; necesitamos llevar a cabo la nacionalización de sus tierras, entregándoselas a los obreros agrícolas y a los campesinos, para que las trabajen, individual o colectivamente.
Necesitamos también destruir el poderío económico y político de la Iglesia, que era un centro de conspiración contra los intereses de las masas populares y uno de los puntales más firmes de la España semifeudal, y para esto debemos ir a la confiscación y nacionalización de sus bienes. Bien entendido que el combatir a la Iglesia en su estructura económica y política semifeudal no equivale a combatir la religión, sino al contrario pues sólo una España republicana y democrática, liberal y progresista, podrá asegurar la libertad de culto de nuestro país.
Necesitamos ir también a la liquidación del militarismo, del espíritu de casta, alma de un Ejército puesto al servicio de la España semifeudal como instrumento de represión de las aspiraciones progresistas del pueblo y como parte integrante de las fuerzas de la reacción, enfeudada a los fascismos alemán e italiano, promotores de guerras y esclavizadores de pueblos.
En lugar de este viejo Ejército militarista, hay que cimentar y desarrollar un gran Ejército Popular con cuadros fieles a la causa de la República, Del progreso y de la paz, única garantía para la consolidación de las conquistas ya logradas y la defensa de una España libre, próspera y feliz.
Tenemos que desarticular asimismo las grandes oligarquías financieras, bancarias e industriales íntimamente vinculadas a los grandes terratenientes y a la Iglesia, que obstruían el desarrollo normal de la economía del país. Es necesario proceder a la nacionalización del Banco de España y de las industrias básicas del país, como único medio de coordinar y financiar la producción, para hacer frente a las necesidades del frente y de la retaguardia.
Además de estos puntos fundamentales, cuya solución significa la desaparición de las castas semifeudales que dominaban en España y la transformación de la base material y social de nuestra nueva República democrática y parlamentaria, hay que ir, como complemento de lo que debe ser ésta, al establecimiento del verdadero sufragio universal, a la participación directa de todo el pueblo en las elecciones y en los puestos de dirección política y económica del país.
Así iremos derechamente a la instauración de una verdadera democracia, que permitir abrir amplios cauces al progreso económico, político y cultural de nuestro pueblo. Esa es la República democrática y parlamentaria de nuevo tipo por la que lucha nuestro Partido, y con nuestro Partido todo el pueblo español.”