Por un referéndum sobre la OTAN…

Felipe González en campaña sobre la entrada de España en la OTAN

Como señala Diario-red.com, el pasado 26 de marzo, la web de análisis electoral Electomanía publicó una encuesta sobre la opinión de los españoles a propósito de “la permanencia de bases militares estadounidenses en territorio europeo y español”. El estudio concluía que la mayoría de los españoles se posiciona contra la presencia de bases militares estadounidenses tanto en España como en Europa. El estudio señalaba, así mismo, que el rechazo es especialmente fuerte en la izquierda y los partidos catalanes y vascos, mientras que los electores de derechas sí apoyan (aunque no unánimemente) la presencia militar de EEUU en España y Europa. 

En concreto, el estudio señala que casi el 58% de los ciudadanos consideran que las bases militares de EEUU deberían retirarse del continente europeo, mientras que solo un 36,5% se muestra partidario de su permanencia. La oposición a la presencia militar estadounidense es aún más clara cuando se trata del territorio español: el 61,5% pide la retirada, frente a un 35% que defiende su continuidad. Entre los datos sobre partidos, llama la atención cómo se comportan los votantes del PSOE, un partido favorable a la OTAN y que reivindica, desde hace décadas, el atlantismo como ideología. En el caso del PSOE, el 73% de sus votantes rechazan la presencia de bases americanas en Europa y el 77% la presencia de bases en España.

Estos datos son enormemente relevantes si tenemos en cuenta que en el año 1986 en España se celebró un referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN.  Fue convocado por el gobierno del PSOE presidido por Felipe González que se implicó personalmente e implicó a los medios públicos en la campaña a favor del sí, contradiciendo la que hasta entonces había sido la posición de su partido. En aquel referéndum ganó el SÍ con el 56,85% de los votos válidos a favor de permanecer en la OTAN. La participación fue de casi el 60%. 

La consigna de los partidarios del no en la campaña previa al referéndum fue “OTAN no, bases fuera”. Desde aquella consulta, celebrada hace casi 40 años, el consenso sobre el atlantismo no paró de crecer en España, incluso a pesar de la caída del muro de Berlín ¿Qué ha ocurrido para que la mayoría de españoles rechace ahora la presencia de bases militares en Europa y en España? Ha pasado, básicamente, Donald Trump. 

Sin embargo, lo que llama la atención de la encuesta es el contraste entre la opinión de los ciudadanos y la opinión de las élites políticas que siguen defendiendo la permanencia en la OTAN, la presencia de bases militares de EEUU en Europa y la subordinación tecnológica del armamento de los ejércitos europeos a EEUU, en un contexto en el que la UE se plantea el rearme ante una hipotética amenaza rusa. 

Daría la impresión de que la ciudadanía grita “el rey está desnudo” como en “El traje nuevo del emperador” de Hans Christian Andersen mientras las élites siguen defendiendo a la OTAN y el Atlantismo como si Trump no existiera y como si EEUU no hubiese dejado de ser un aliado. Ante la evidencia de lo que está ocurriendo en EEUU, con un presidente abiertamente hostil a Europa, amplios sectores de la ciudadanía española (en especial los electores del PSOE, tradicionalmente partidarios de la OTAN y de la amistad con EEUU) entienden que carece sentido la presencia militar de EEUU en España y en Europa. Y es que, efectivamente ¿Qué sentido tiene que el sistema de defensa de Europa dependa de un país hostil a la UE? ¿Qué sentido tiene formar parte de una organización político-militar como la OTAN liderada por EEUU? Estas son preguntas evidentes que derivan de una realidad obvia que la Comisión Europea y los gobiernos de los países se empeñan en ignorar: Trump. 

No se entiende que la élites políticas europeas no asuman una realidad de las negociaciones para lograr el fin de la guerra ruso-ucraniana y que la situación en Oriente Próximo han hecho evidente, a saber, el escaso peso internacional de Europa.

Hoy estamos viendo a EEUU usar sus bases en Europa, entre ellas la de Morón, para atacar Irán, sin contar con el Consejo de Seguridad de la ONU y sin informar a la Unión Europea.

La UE ha quedado relegada a la condición de actor poco relevante en las negociaciones para finalizar una guerra nada menos que en territorio europeo y aparecemos como un cooperador necesario en el genocidio contra los palestinos. La huida hacia adelante con el rearme que exige la OTAN, al precio del 5% del PIB, va a tener efectos económicos devastadores en lo que queda de Estado del bienestar. Por eso hoy podemos decir que el empeño europeo en no cuestionar ni la OTAN, ni la dependencia tecnológica de EEUU es pura estupidez que nos lleva al desastre.

Sin embargo, la encuesta señala también una posibilidad interesante: que surja un movimiento europeísta y pacifista que pueda movilizarse en los países de la Unión para reclamar la independencia geopolítica respecto a Estados Unidos, la defensa del Estado del bienestar, una política europea hacia Rusia autónoma de EEUU, la defensa de la causa Palestina, la contención de Israel como única garantía de paz y la desvinculación definitiva de la OTAN.

Trump está cambiando el mundo y Europa no puede ser ajena a esos cambios manteniendo un comportamiento de avestruz. Y aquí en España, Pedro Sánchez debería dejar el juego de trileros a propósito de los porcentajes de gasto en defensa. Que sea honesto y convoque un referéndum como hizo Felipe González y que los españoles decidan si quieren OTAN al precio del 5% del PIB o si no la quieren.

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