¿Reconstruir, restaurar, suplir, autoorganizar…? abrimos con el siguiente artículo un debate imprescindible en torno a la necesidad del movimiento obrero y popular de construir sus propias organizaciones independientes de resistencia y de lucha por el cambio social. La experiencia iniciada por el PCPV ante la catástrofe humana y material provocada por la DANA sirve de punto de partida para avanzar en esta línea de construcción de un frente alternativo de masas…
Javier Parra (*). Mundoobrero.org
La tragedia de la DANA que azotó Valencia el pasado 29 de octubre no solo dejó tras de sí un rastro de destrucción, sino que expuso, una vez más, las profundas carencias de nuestras instituciones. Lejos de estar a la altura de las circunstancias, la respuesta fue caótica, descoordinada y tardía. No es que el Estado fallase, es que estaba diseñado para fallar.
El desarrollo urbanístico de las últimas décadas, con innumerables construcciones en barrancos, torrentes, pantanos y zonas de riesgo, unidos a protocolos inadecuados, pero también a la prioridad de mantener la actividad económica a toda costa, son parte de un modelo que antepone el interés económico por encima de la vida de las personas. En el momento más crítico se demostró que las administraciones no estaban preparadas, por lo que los mecanismos del Estado, en su mayor parte, colapsaron.
Frente a este vacío, fue el pueblo el que respondió. “Solo el pueblo salva al pueblo”, una frase que muchos califican de populista, pero que en esta tragedia fue una realidad inapelable. Decenas de miles de voluntarios se movilizaron espontáneamente para hacer lo que las administraciones no hicieron. Sin coordinación, sin recursos suficientes y, en muchos casos, sin las medidas de seguridad necesarias, pero con una voluntad masiva y solidaria que dejó una huella imborrable.
Hoy, tres semanas después, la ola de voluntariado inicial ha menguado, pero los problemas persisten. Las calles pueden estar más limpias, pero las heridas de las comunidades afectadas siguen abiertas y lo estarán por mucho tiempo. Miles de voluntarios y voluntarias que quieren seguir ayudando se enfrentan a la frustración de no encontrar espacios para hacerlo de forma organizada.
Construir alternativas desde abajo
Es ahora cuando las organizaciones políticas, sociales, sindicatos, asociaciones vecinales y los colectivos de barrio tienen un papel crucial. La reunión celebrada recientemente en Benimaclet, en la sede del PCPV, es un paso en esa dirección. La confluencia de grupos diversos con un objetivo común —coordinación, optimización de recursos y creación de espacios para canalizar la solidaridad— es la prueba de que, frente al abandono institucional, podemos construir alternativas desde abajo.
Pero esta tarea no será fácil. La unidad que necesitamos no puede ser superficial ni oportunista. No es momento de discursos vacíos ni de cálculos electorales. Es la hora de tejer, de construir, de encontrar espacios de trabajo y de confianza mutua, porque a pesar de nuestras diferencias, hoy compartimos un compromiso: la defensa de los barrios, de las clases populares y de los derechos de los trabajadores y trabajadoras golpeadas brutalmente por una tragedia que amenaza su futuro.
Esta red no solo debe centrarse en organizar la solidaridad en y con las zonas afectadas, sino también en construir una respuesta frente a un modelo de Estado que ha demostrado ser ineficiente. Las responsabilidades políticas deberán ser asumidas, comenzando por el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, pero no debemos quedarnos ahí. Este modelo político y económico está diseñado para dejar a los más vulnerables a su suerte, y cambiarlo exige organización, resistencia y acción conjunta.
No actuar ahora, no apostar por esta unidad necesaria, significará abandonar a miles de familias a su suerte. Dejaríamos la reconstrucción de nuestras comunidades en manos de quienes ya han demostrado su incapacidad para protegernos y a expensas de los discursos de odio de la extrema derecha.
Es la hora de construir un tejido social más fuerte que las peores tormentas y más sólido que cualquier cálculo electoral.
(*) Secretario general del PCPV