El Plan ReArm Europe explicado a dummies y almas sensibles.

Composición fotográfica de Putin y Pedro Sánchez

Fogliolax (*). Sinistrainrete.info

ReArm es el nuevo y brillante plan de 800.000 millones de Ursula von der Leyen y sus amigos para consolidar y acelerar el suicidio de la Europa que cuenta (la que paga las deudas que ellos contraen).

Después de los “éxitos” alcanzados por las políticas europeas verdes y pandémicas, aún consideran lo más acertado volver a proponer el mismo esquema centrado en la emergencia del momento. Es decir, ahora, en la amenaza (justificadísima¡?) de conquista del Viejo Continente por parte de Rusia. Pero no de inmediato, no caigamos en el alarmismo, sino a partir de 2030, preveen. Así que disfruten de los próximos 5 años como si fueran los últimos.

Para entender mejor todo esto, seguiremos un esquema de preguntas y respuestas como hacen los tecnócratas y expertos gerenciales.

¿Tenemos los 800.000 millones del Plan ReArm? 

Sí, dejando de endeudarse, como viene enseñando Estados Unidos al menos desde la gran crisis financiera de 2008. El círculo vicioso es el siguiente: más gasto —> más deuda —> inflación galopante —> subidas de tipos (tardías) —> señales de una nueva crisis —> recortes de tipos—> más gasto y más deuda para posponer la catástrofe (ya verán, lo mismo ocurrirá con el tema de las tarifas de Trump).

Por supuesto, esto será más difícil para nosotros, los europeos, sin un mercado común de bonos y una moneda creíble. Sin embargo, todo está resuelto porque Ursula von der Leyen nos da directamente 150 mil millones, mientras que para aportar los otros 650 mil, queridos Estados miembros, tendrán que olvídarse de veinte años de austeridad y romper el equilibrio de sus presupuestos.

¿Existe un consenso institucional en torno a este plan? 

Parece que sí, el Parlamento Europeo votó a favor por adelantado, con algunas excepciones (los muy patriotas de la derechona, por ejemplo). ¿Y el consentimiento de los ciudadanos? ¿A quién le importa eso, a estas alturas?.

¿Llegados a este punto, con el dinero del Plan tenemos ya todos los elementos o necesitamos algo más? 

Un poco diría que sí.

1) Materias primas. ¿Los tenemos? Yo diría que no, ya que la energía era proporcionada (y aun continua) por nuestro enemigo (Rusia), mientras que todo lo demás proviene también principalmente del Este (Rusia y China de nuevo). En pocas palabras, si Pekín bloquea la exportación de algunos minerales, es posible que podamos hacer fuegos artificiales en la víspera de Año Nuevo y nada más.

2) Tropas. ¿Las tenemos? Yo diría que no. Oficialmente, la UE tiene alrededor de 1,5 millones de militares, más o menos lo mismo que Rusia. Lástima, sin embargo, que los rusos estén todos “listos para el combate”, es decir, movilizados, entrenados y listos para luchar, fortalecidos por 3 años de una experiencia en Ucrania y que ningún otro ejército en el mundo puede presumir tener.

Por otro lado, habría que hacer una buena investigación sobre ese millón y medio de europeos dado que en Italia los cuarteles están cerrados todos los meses, en Inglaterra se dan de baja barcos, submarinos y helicópteros por falta de personal, mientras que en Francia, como se ventila la hipótesis de desplegar un par de brigadas en Ucrania, ha habido una huida a la jubilación o a la vida civil de miles de oficiales. (Y de España mejor no hablar) Evitemos tocar el punto doloroso con respecto a nuestro estilo de vida. Basta con pasar 2 horas de internet, si eres joven, o un aperitivo, para los de más de 30 años, para darse cuenta de que no son muy adecuados para volver a vestirse de militares.

3) Habilidades suficientes. ¿Los tenemos? Yo diría que no, los responsables de las empresas del sector lo confirman y los militares de guardia se han dedicado a “misiones de paz” contra milicias y no contra ejércitos regulares, en el mejor de los casos, y en el peor han actuado como guardaespaldas para suministrar medicinas o rescatar náufragos (ayudándoles a pesar de ellos mismos, claro).

4) Tecnologías. ¿Los tenemos? Yo diría que no, que ningún país de la OTAN (o de la UE, ¿cuál es la diferencia?) tiene misiles hipersónicos, mientras que Rusia, China, Irán y Corea del Norte sí los tienen. Ningún país de la OTAN tiene armas nucleares que hayan demostrado estar listas para su uso. Los británicos han hecho recientemente una prueba fallida, los estadounidenses y franceses realizarán algunas pruebas en breve. Dejemos a un lado el tema de los satélites que a muchos les gustaría sortear comprando el sistema Starlink de Musk. Genial por el amor de Dios, aunque está haciendo un gran servicio en Ucrania… pero, ¿qué sentido tiene implementar un sistema de defensa europeo y luego confiar en las tecnologías estadounidenses? Entre otras cosas, tecnologías que ahora también son indispensables para la vida civil. China, Rusia, India y ahora Irán también están desarrollando sus propios sistemas; China está incluso por delante de Elon Musk, con comunicaciones láser no solo entre satélites, sino también entre satélites y el planeta Tierra.

Y de nuevo, ¿qué sentido tiene endeudarse para enriquecer a las empresas estadounidenses a las que compramos aviones de dudosa eficacia y sistemas de defensa ineficientes? ¿Alguien se ha preguntado alguna vez qué pasará si tenemos un conflicto de intereses con Washington? A estas alturas ya deberíamos haber entendido que en cada cambio de presidente los “americanos” olvidan todo lo que sucedió hasta 2 minutos antes, excepto una sola cosa: sus intereses.

5) Existencias. ¿Los tenemos? Yo diría que no. Reino Unido, Alemania y Francia lo han dicho varias veces, en una guerra contra Rusia durarían un par de semanas, luego se quedarían de brazos cruzados y mirarían. Baste decir que los famosos ATACMS, misiles de corto alcance con los que se suponía que Ucrania iba a ganar la guerra, se han terminado.

6) Unidad de propósito y cadenas de mando unificadas. ¿Los tenemos? Yo diría que no. En la guerra son fundamentales, la propia Rusia ha tenido sus dificultades a pesar de ser un solo estado y además formado por un pueblo cohesionado. Imagínense un ejército europeo dirigido por un francés que quiere superarse, un alemán que va por su cuenta y un italiano que, acorralado, inventa algo no planeado para no dejarse la … la piel.

7) Tiempo. ¿Lo tenemos? Yo diría que no. Estamos atrasados en todos los ámbitos (véase la reciente explosión del cohete Spectrum). Y la planificación futura no deja espacio para posibilidades concretas de recuperación. Ya hemos hablado de Starlink. Ni siquiera parece una gran idea desarrollar un avión de combate de sexta generación (es decir, basado en inteligencia artificial), con los británicos (y japoneses) que no forman parte de la Unión Europea y que tienen una tendencia imperceptible a querer mandar. Y más aún ahora que Estados Unidos acaba de anunciar su caza F-47 de sexta generación. Y no hablemos de los costos, ¿no nos han enseñado algo del proyecto del F-35 (2 billones llave en mano)? Con el mismo dinero, en una décima parte del tiempo, podríamos… Leer hasta el final 😉

Aparte de estos pequeños detalles, ¿aún necesitas más?

Bueno, a lo mejor dicen que necesitamos un Estado, especialmente si no queremos una Eurocopa 2.0 en la que Alemania se ría y los demás un poco menos. Las tendencias, por desgracia, van en esta dirección.

Luego también tenemos que entender qué hacer con la OTAN: ¿la mantenemos como está, la desmantelamos o la fortalecemos? Si Roma atacara a Moscú, ¿lo haría como Italia, como UE o como OTAN? Es importante saber esto para dictar a los rusos la respuesta adecuada. En el primer y segundo caso podemos resolverlo a cañonazos, en el tercero no, es una escalada nuclear segura. Todo lo sabremos en 5 años: ¡Vladimir, no te atrevas a atacar cuando aún no estamos listos!

Vale, hay algunos aspectos negativos, pero al menos con el ReArm derrotaremos a Putin.

Teniendo en cuenta que los Estados miembros ya gastan más del doble en defensa que Rusia (326 frente a 146.000 millones de dólares al año) y, a pesar del apoyo de EEUU, Canadá, Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda, no sacan nada en limpio, intentemos despejar algunas dudas.

Si a esto le añadimos que un tanque cuesta el doble que hace cinco años y un proyectil de artillería tres veces más, podemos incluso suponer que para ser realmente competitivos no bastará con 800.000 millones dentro de pocos años (aquí lo dejo). ¿Acaso no han optado Ursula von der Leyen y sus amigos por una fórmula presupuestaria al azar sin saber realmente si servirá? Pues eso…

Entonces, ¿qué hacer?

Para aquellos que todavía tienen paciencia para leer y aún no han tomado antidepresivos, les proponemos posibles alternativas, incluso el habitual “mejor invertir en escuelas y hospitales”. No lo harán de todos modos, pero partamnos de esto y pongámoslo a nuestro favor, obviamente al grito de ¡Europa lo necesita!

Cambiar de mentalidad.

Los conflictos recientes (en Ucrania, Oriente Medio y África) deberían habernos enseñado una cosa: que los que más gastan… gastan más.

¿De qué sirve tener armas que son muy complicadas de manejar, con costos de operación y mantenimiento aterradores, entre otras cosas frágiles y no tan efectivas como se teorizó si luego con 2 drones, 2 equipos electrónicos y 2 misiles bien lanzados puedes poner en crisis 30 años de gasto en defensa y comercio internacional (como hacen los Yemenis en el Mar Rojo)?

Las guerras modernas se libran con soldados bien entrenados, ingenieros en el campo de batalla, industrias competitivas, aviones no tripulados, artillería, misiles de alta tecnología para objetivos importantes y misiles nucleares para la disuasión.

Las armas utilizadas en 2022 en Ucrania casi ya no son las mismas, han evolucionado. Los drones, los satélites y la guerra electrónica han tomado el relevo. Al día se disparan 15 o 20 mil piezas de artillería, ¿qué sentido tiene producir municiones de 150 mil dólares cada una que por cierto sirven poco? Es mejor tener 50 misiles hipersónicos que no pueden ser interceptados para objetivos estratégicos y luego unos pocos millones de piezas de artillería anticuada para las necesidades diarias. Mejor tener un tanque viejo con un motor eficiente y una cobertura contra drones que un tanque hiper caro, pesado, lento que es tan complicado que para cambiar una bujía hay que exhumar a Einstein. Es mejor usar aviones que no sean de última generación y que, sin embargo, tengan tanques grandes, radares de amplio alcance y misiles (o bombas) que se puedan disparar desde decenas y decenas de kilómetros: el enemigo los ve, pero no puede hacer nada al respecto; los rusos acaban de empezar a utilizar sus aviones más modernos y más para probarlos que otra cosa. La diferencia la marcaron los kits para guiar las bombas al objetivo por unos pocos miles de dólares.

Ciertos gastos disparatados, como barcos en abundancia y diferentes variantes de aviones de sexta generación, solo China puede permitírselos, porque tiene todo lo que necesita. Sin embargo, incluso en Pekín están apostando fuerte por los drones aéreos, terrestres, navales y submarinos. Bajos costos y muy alto rendimiento. Rusia tiene 6 mil ojivas nucleares montadas en portaaviones que pueden viajar a velocidad hipersónica o permanecer en el espacio, así como en el fondo del mar: querido dúo maravilla de occidente, ¿a dónde vamos a llegar? Ah, y no se olvide que Putin no usa Signal para planear ataques ni Whatsapp para hacer pedidos (aplicaciones que son una delicia según los entendidos).

Seguir el ejemplo alemán

Dado que la locomotora de Europa (o mejor dicho, de sí misma) ha estado embelleciendo sus presupuestos desde tiempos inmemoriales para ayudar a su aparato industrial, ¿no podríamos recurrir también a la cirugía estética? ¿Qué tal resultaría?

Por ejemplo, empezando por la compra de materias primas baratas (a través de acuerdos bilaterales con China, países africanos y… Rusia), la formación de técnicos, el desarrollo de software (guerra electrónica, ciberseguridad y un sistema operativo fabricado en Europa), la creación de infraestructuras para mover armas y soldados (carreteras, puertos, aeropuertos) y para comunicarse (satélites con tecnología láser). En resumen, un bonito retoque completo de nuestros cuerpos para pasar la prueba del traje de baño.

Una vez que esto terminase, tal vez quedarían 3 o 4 mil euros del presupuesto. En ese momento, al más puro estilo unionista europeo iríamos ¡a toda velocidad! en la línea propuesta por el Plan ReArm: :Más drones (siguiendo el ejemplo de Turquía, Irán, Rusia y China), buques para el bendito Mediterráneo en el que ahora contamos como las Islas Sandwich del Sur, vehículos de bajo coste y fácil mantenimiento y armas para exportar, por ejemplo, a África (donde tendremos que competir con Rusia y Turquía).

Fomentar la colaboración entre los países miembros

Ampliar las empresas conjuntas europeas mejorando las existentes, con la participación de los gobiernos nacionales también en la fase de comercialización (véase el acuerdo de 40.000 millones firmado en Arabia Saudí por Italia). Esto implica que cualquier producción interna o compra a proveedores de fuera de la UE es decidida de forma independiente por los estados y empresas implicados y nunca a un nivel centralizado; Ya hemos visto la inutilidad y el despilfarro multimillonario a la hora de comprar vacunas. Si Ursula von der Leyen insiste, démosle un encargo por inspirarnos y que disfrute de una merecida jubilación.

Invertir y no solo gastar

La objeción más inmediata mencionada anteriormente (mejor usar este dinero para escuelas y hospitales), parte de una suposición incorrecta. Es decir, de considerar cada gasto exclusivamente como un costo no reembolsable o un aumento incontrolado de la deuda. También se puede producir algo útil, vendible y al mismo tiempo crear puestos de trabajo (antes de que la IA se lleve todo) y beneficios, es decir, tener rendimientos sobre el dinero gastado tanto en términos económicos como sociales. Lo importante es que el trigo no vaya solo a los accionistas y a los mercados financieros, para entendernos.

Asimismo, no hay que olvidar que muchas de las tecnologías civiles nacen de la investigación militar. Piensen en los teléfonos móviles e Internet. Una vez más, lo que hay que hacer es invertir para tener rendimientos en el día a día para que beneficien a todos.

Así que, para concluir esta diatriba: o nos despedimos de la UE (como muchos de nosotros, incluido este escritor, quisiéramos) o, dado lo que nos cuesta cada año, intentemos aprovechar las oportunidades que se presentan para fortalecer cada Estado único y el interés nacional, porque la Unión Europea en su conjunto ha perdido ya toda credibilidad.

(*) Artículo traducido del italiano y ligeramente editado para mejorar su intención.

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