Desde la Constelación de los Comunes seguimos acompañando la reivindicación de una vivienda digna y mapeando alternativas a la crisis habitacional y de alquileres. Defendemos que vivir dignamente no puede depender de los ritmos del mercado financiero; se trata de un derecho humano cuya defensa es urgente.
El informe «España no es un país para jóvenes» de la consultora Freemarket Corporate Intelligence -apoyado en cifras de organismos oficiales como la OCDE, el Banco de España y el INE-, deja bien claro que los datos son alarmantes. Las personas jóvenes españolas nacidas a partir de 1980 demuestran una situación de vulnerabilidad sin precedentes.
El Economista.es confirma a su vez que en 2024 el 65,9% de los jóvenes entre 18 y 34 años se ve obligado a residir en la casa familiar; desde Moncloa añaden otro dato y es que el 61,7% de la gente joven está sujeta a contratación temporal. Sin casa y sin trabajo estable, resulta tan difícil la emancipación familiar como la planificación familiar propia. Esto, a su vez, contribuye a la caída de la natalidad y al aumento del envejecimiento poblacional en España.
Pero esta situación de precariedad absoluta y de desamparo estatal respecto de este derecho no solo afecta al sector más joven; tenemos un cuadro de sinhogarismo preocupante de población adulta del que el propio Ministerio de Derechos Sociales se hace eco en su Estrategia nacional para la lucha contra el sinhogarismo 2023-2030.
En medio de toda esta crisis, Moncloa ha anunciado la creación de una empresa pública de vivienda capaz de construir y gestionar vivienda desde la Administración General del Estado. Se asegura “la construcción de 43.000 viviendas destinadas a alquiler social y a precio asequible, o cedidas para dicho uso por un período mínimo de 50 años, a través del nuevo Plan de Facilidad para la Promoción de Vivienda Social, con el que se movilizarán 6.000 millones de euros en préstamos y avales a promotores públicos y privados” (Moncloa).
Diarios como Público expresan dudas al respecto, ya que “el Ministerio de Vivienda no ha precisado todavía los detalles del plan (…). La medida no va a solucionar de inmediato la crisis inmobiliaria, pero es que ‘llevamos 45 años de retraso’, denuncian los expertos”.
Desde la Constelación nos preguntamos: ¿estamos ante una nueva estrategia de salvamento de empresas constructoras y de la banca con fondos públicos? ¿Se trata de una intervención que pondrá fin a tecnologías capitalistas como la especulación con el alquiler y a la gestión privada de la vivienda social?
Y mientras a nivel gubernamental se siguen emitiendo comunicados, desde la Constelación seguimos investigando las alternativas que va imaginando la ciudadanía afectada por esta situación. A lo largo de estos años nos hemos ido haciendo eco de algunas en el NODO Cohabitación y derechos de vivienda.
Junto a las Eco-aldeas, las cooperativas de vivienda, los sindicatos como el de inquilinos y movimientos como el de la PAH, hoy queremos volver a poner en el centro el debate sobre la posibilidad de una ocupación masiva de espacios no habitados y para evitar confundir la ocupación con la okupación, le pedimos al investigador Stephen Vilaseca que nos recordara de qué hablamos cuando hablamos del fenómeno de la Okupación.
Aquí les dejamos su entrada para que cada quien saque sus conclusiones.
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