Firma por unas Fallas dignas y sostenibles en Valencia.

Composición del cartel de recogida de firmas por unas fallas dignas

Este año, desde el mismo día del comienzo de la festividad fallera en Valencia, han arreciado las críticas por la masificación, los actos incívicos y las molestias ocasionadas por la avalancha turística que padece la ciudad desde hace años. Es lo que algunos sociólogos llaman «fracking cultural»: un sistema donde se fractura la fiesta para extraer todo el beneficio turístico y crematístico posibles, sin ningún otro respeto ni consideración social o cultural. E igualmente, junto con estos malestares, entre la ciudadanía de Valencia también proliferan las quejas y denuncias sobre el modo en que se siguen organizando y llevando a cabo las actividades falleras. Hasta el punto de haberse redactado una recogida de firmas que pide regular las fallas y adecuar mejor su celebración a la vida ciudadana…

Las fallas que quiero

Esta petición quiere llevar al centro del debate sobre la sostenibilidad del turismo cultural y festero, mediante la elaboración de un proyecto de Ley, la necesidad de revisar la forma en la que se celebran las Fallas de Valencia, para compatibilizar la tradición y la cultura del pueblo con el respeto a toda la ciudadanía, a los derechos humano y animales, cuidando, obviamente, del medioambiente.

Las Fallas se celebran cada año desde el 15 al 19 de Marzo. 

Queremos defender:

Derecho al trabajo Son demasiadas las personas que trabajan en Valencia y que se ven obligadas a cerrar o limitar actividades. Lejos de suponer para ellas un impacto positivo, acaban soportando los inconvenientes o víctimas de la explotación laboral.

Derecho de residencia y de circulación vial  Muchos de aquellos que no son falleros optan por abandonar sus hogares por el ruido constante de los petardos y las molestias causadas por las distintas fases de las celebraciones falleras. Las familias con personas con necesidades especiales, ancianos, menores, con animales domésticos, o que simplemente no están interesados en las Fallas no tienen más remedio que marcharse de la ciudad, una elección que no está al alcance de todos.

Las calles públicas se convierten en privadas para proceder a la instalación de carpas y para organizar actividades de uso y disfrute privado y exclusivo de las personas falleras más allá del inicio oficial de las Fallas, alargándose durante más de dos semanas. Se reducen plazas de aparcamiento, incluidas las de discapacitados, se dificultan los accesos a los portales de las viviendas. La ciudad permanece rehén durante casi un mes causando serios problemas de convivencia, atención sanitaria, seguridad, desplazamiento, higiene.

Derecho al descanso  El constante ruido generado por petardos, fuegos artificiales y mascletás en las que se prenden cientos de kilos de pólvora a lo largo de más de 20 días (y varias veces al día), bandas musicales, pasacalles, grupos descontrolados de jóvenes y menos jóvenes, discotecas que aparecen en cualquier punto de la ciudad, al aire libre y en carpas en las calles, hasta altas horas de la noche, hace imposible el necesario y fundamental derecho al descanso.

Las Autoridades autorizan las fiestas y los petardos hasta las 4 de la madrugada, algo inasumible para el que quiera vivir en la ciudad sin ser fallero, alargándose en muchos casos hasta altas horas de la madrugada sin que nada se haga al respecto. Los ciudadanos sufren problemas de sueño, afectando negativamente a su salud física y mental. Ello, durante todo el día, todos los días de la semana, durante todas las Fallas.

Derechos de las personas con diversidad Desgraciadamente, aquellas personas más vulnerables que precisen de atenciones especiales o que puedan padecer algún tipo de trastorno o enfermedad, son las más perjudicadas, siendo para ellas y ellos mucho más difícil soportar la tiranía de los ruidos y de las calles cortadas.

El uso indiscriminado de artificios pirotécnicos experimenta un grave impacto negativo sobre los colectivos con hiperacusia como son, por ejemplo, las persona con autismo. La fundación ConecTEA, que agrupa a familiares y personas con autismo ha elaborado el proyecto SONUSTEA para la concienciación de la población acerca de las particularidades de las personas con autismo, con propuestas que lejos de pretender prohibir son un ejercicio encomiable de convivencia civil y respeto recíproco.

Según la encuesta de discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia, publicada por el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2020, 4,38 millones de residentes en hogares españoles tenían algún tipo de dificulta o limitación. Los cortes de calles, los ruidos, las múltiples celebraciones autorizadas (y ¡no!) resultan de una violencia casi cruel, al añadir dificultades inasumibles para personas que de por sí se superan a sí mismas cada día de su vida.

Derechos de los animales Las Fallas implican, a lo largo de su duración, numerosos fuegos artificiales, estallidos de petardos y mascletás en las que se prenden fuego cientos de kilos de pólvora. El fuerte ruido que esto provoca no sólo asusta a los animales, muchos de ellos desgraciadamente mueren de infarto, como perros, gatos, pájaros. Además, durante las fallas se celebra la corrida, otra escandalosa barbarie a la que hay que poner fin.

Derechos de la infancia Es necesario proteger a la infancia de los niños de espectáculos que puedan implicar violencia a los animales como durante la temporada taurina de las fallas. A pesar de la prohibición para menores de edad de participar en este tipo de eventos, los numerosos accidentes que cada año se registran en los tristemente conocidos “bous al Carrer” han disparado todas las alarmas hasta el punto de que las aseguradoras ya se niegan a cubrir este tipo de eventos Además, durante las fallas se ven muchos niños y niñas tirar cohetes y petardos a pesar de que está prohibido para los menores de 16 años.

De acuerdo con en Dr. Víctor Fernandez Ventureira, de la Asociación Española de Pediatría, en su trabajo presentado en la 24ª Reunión de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP), los elevados accidentes por artificios pirotécnicos que se registran en las urgencias pediátricas evidencian la falta de supervisión activa en el uso de material pirotécnico y el incumplimiento de una de por sí laxa y permisiva legislación.

Lo que pone claramente de manifiesto la inidoneidad del actual sistema de control centrado en los Consumidores Reconocidos como Expertos (CRE) para la vigilancia de la seguridad, sobre todo, infantil.

Derecho a la salud pública y la defensa del medio ambiente Las grandes construcciones realizadas por los artistas, de 20 a 30 metros de altura y repartidas por toda la ciudad, están hechas de polipropileno cancerígeno y pinturas tóxicas para la salud cuando se queman.

Según la tradición, estas carísimas figuras se queman el día de Sant Josep, llenando las calles de humo y escombros. En muchos estados o ciudades ya está prohibido el uso de fuegos artificiales debido a la contaminación acústica y ambiental. En Valencia su uso está descontrolado, de hecho el jefe de la Unidad de Otorrinolaringología del hospital IMED de Valencia , el doctor Rafael Ramírez, denuncia que durante la mascletá la intensidad aumenta hasta unos 170 o 180 decibelios, una intensidad que produce lesiones inmediatas en el oído.

Además, el ingeniero químico de la Asociación Mesura y coordinador de València per l’aire, José Manuel Felisi, afirma que los valores medios de partículas PM2.5 en el aire del 8 al 27 de marzo, superan el valor límite medio anual recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son 10.

Durante las Fallas se produce una gran cantidad de residuos, principalmente plástico no reciclable. Un despropósito para una ciudad que ha sido declarada Capital Verde Europea 2024, además de un perjuicio para el medio ambiente y la salud de sus ciudadanos.

Qué pedimos 

1. Respeto de los derechos: al trabajo, residencia y circulación, descanso, de personas con diversidad, de los animales, de los niños, a la salud pública y defensa del medioambiente.

2. Construcción de las fallas con material sostenible

4. La limitación del ruido

5. La creación de un defensor del ciudadano que pueda ratificar las decisiones de la Junta Central Fallera para que sean democráticas, ya que ahora es un órgano de autogobierno. 

6. Protección de los trabajadores 

7. Abolición de la pirotecnia y mascletà 

8. Abolición de las corridas de toros como barbarie contra los animales

9. Conservación del suelo público para garantizar el tráfico normal sin privatizar las carreteras

10. Mayor control por parte de organismos gubernamentales como la policía

Con medio millón de firmas podremos llevar esta petición al Parlamento.

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