Por el fin del comercio de armas y de relaciones con Israel.
Bajo estos dos explícitos lemas se desarrolló el acto político realizado en Paiporta (Valencia) el 28 de junio de 2024, organizado por el núcleo del PCPV y que contó con una nutrida asistencia, como muestran la foto y el vídeo adjunto.
Tras una breve presentación, se realizó la proyección del documental “Las hijas de la Nakba”. Vídeo que expone en primera persona lo sucedido durante la Nakba (o «catástrofe») de 1947-49, cuando el territorio de Palestina fue destruido y usurpado por el colonialismo sionista, buscando expulsar y reemplazar al pueblo palestino para instaurar el Estado de Israel. Operación de limpieza étnica de las tropas sionistas que supuso que entre 750.000 y 800.000 palestinos y palestinas de todas las clases sociales, procedencias y credos fueran expulsados de sus hogares y tierras, mientras que sus propiedades fueron robadas o destruidas para que no pudieran regresar. Expulsión y expolio igualmente acompañados por matanzas civiles como la de Deir Yassin.
Como señala la galardonada directora de este documental, Estel·la Falastin, los relatos orales recogidos en Hijas de la Nakba constituyen, por sí mismos, un acto de reivindicación de la voz de las mujeres palestinas, así como de la existencia y resistencia del pueblo palestino, y de denuncia del genocidio que sigue cometiendo Israel. A través de las entrevistas a estas ocho mujeres palestinas, se muestran las fechas y hechos más significativos de más de un siglo de colonización y ocupación de Palestina, así como las opresiones diarias a las que están expuestas, y su implicación en la lucha por la liberación nacional palestina. Las entrevistadas hablan de su resistencia a la colonización de sus tierras, a la ocupación y al apartheid al que Israel sometió y somete al pueblo palestino; de cómo plantan cara a un sistema patriarcal cuyo conservadurismo se fortalece y endurece con la ocupación; de cómo se enfrentan a una mirada occidental, eurocéntrica, llena de estereotipos, que las relega simplemente como mujeres sumisas, como números o como víctimas de un conflicto. Una mirada cargada también de racismo e islamofobia.
A continuación, tomó la palabra la camarada Jaldia Abubakra, una de las 8 entrevistadas que salen en el documental proyectado y que posee un largo currículum como activista palestina defensora de los derechos humanos: fundadora del movimiento de mujeres palestinas (Alkarama); coordinadora de Samidoun (red internacional de solidaridad con los presos y presas palestinas) en el estado español; miembro del comité ejecutivo del movimiento Masar Badil (Ruta Revolucionaria Alternativa Palestina); participante de la flotilla de Mujeres rumbo a Gaza en 2016 para romper el bloqueo a Gaza y de otros colectivo feministas y de lucha social a nivel local.
La intervención de Jaldia desarrolló dos principales ejes. En primer lugar, denunció la desinformación y las campañas sionistas que inundan los medios de comunicación exponiendo mentiras y tergiversaciones sobre el pueblo y la resistencia palestina. Porque el pueblo palestino y su territorio gozan de un reconocimiento histórico que se remontan a miles de años, desde los egipcios, mientras que nunca ha existido un pueblo judío. Su “nacimiento” fue fruto de una propuesta británica tras la I Guerra Mundial y la formación del proyecto sionista de estado siempre obedeció a los intereses colonialistas e imperialistas de occidente.
Del mismo modo, en segunda lugar, también hay que resaltar que la resistencia palestina que actuó el 7 de octubre del 2023 perseguía exigir un cambio de rehenes al gobierno de Netanyahu y poner fin al bloqueo de Gaza. Territorio que lleva bloqueado 17 años sin que ningún organismo internacional dijera o hiciera nada, mientras se han ido multiplicando las humillaciones y agresiones a la población y a la clase trabajadora palestina, así como los incumplimientos de los derechos humanos básicos. En este marco, la resistencia palestina ha supuesto un paso importante de la sociedad palestina al recolocar su situación en la agenda mundial, además de que no conviene olvidar nunca el derecho internacional de los pueblos incluso a la resistencia armada para conseguir su liberación.
La resistencia palestina también ha dado un paso importante al señalar las falacias de la “solución” de los dos estados. Solo desmantelando el proyecto sionista será posible que este pueblo y territorio, donde han convivido durante siglos poblaciones y religiones diversas, pueda alcanzar la libertad, desde el río hasta el mar. La única salida pasa, entonces, por la liberación desde dentro, contando de ser posible con el apoyo exterior de la clase trabajadora y los pueblos del mundo para adelantar la victoria. Pasa por construir un solo estado donde tengan cabida todos y todas, reconociendo el derecho internacional a la autodeterminación de los pueblos y al retorno de todas las personas expulsadas durante la larga noche del genocidio sionista.
Durante el coloquio final, Jaldia contestó varias preguntas relevantes, que sirvieron para resaltar la importancia mundial de la lucha por la liberación del pueblo palestino contra las potencias colonialistas e imperialistas instigadoras y la necesidad de que la resistencia palestina forme parte de cualquier negociación sobre alto el fuego, rehenes, ayuda humanitaria, etc.
