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Declaración de la Nueva Federación Sindical de Palestina a propósito del 8 de marzo
La Humanidad conmemora el 8 de marzo de cada año como el Día Internacional de la Mujer, poniendo en primer plano las contribuciones, luchas y sacrificios de las mujeres, especialmente de las trabajadoras, en todos los niveles de la sociedad.
Como mujeres palestinas, no somos solo la mitad de la sociedad. Nuestros aportes a la sociedad y nuestra lucha son fundamentales. Nuestra lealtad a la causa y nuestra firmeza, basadas en nuestro profundo sentido de pertenencia a nuestra tierra y a nuestro pueblo, no serán ignoradas.
El 8 de marzo nos llega este año en uno de los momentos más difíciles para nuestro pueblo, especialmente en la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza. Las brutales políticas de ocupación, apartheid y ahora genocidio de Israel han traído enormes dificultades al pueblo palestino. Durante más de 76 años de colonialismo de asentamientos, Israel ha seguido matando y desplazando sistemáticamente a nuestro pueblo; destruir todo lo que existe, desde mezquitas, iglesias, hospitales hasta escuelas y universidades; quemarlo todo, nuestras casas y nuestras tierras.
Nuestras mujeres en Palestina están resistiendo la violencia de la ocupación frente a crímenes horrendos. En la Franja de Gaza, el 44% de los 61.709 palestinos asesinados por el genocidio israelí son mujeres. Más de un millón de niñas y mujeres palestinas están desplazadas en Gaza, obligadas a dormir en tiendas de campaña frías o al aire libre. Israel ha vuelto a cortar toda entrada de alimentos, medicinas y otra ayuda humanitaria, y sigue utilizando el hambre como arma en su genocidio. Cada hora matan a otro palestino mientras el eje entre Estados Unidos e Israel intenta descarrilar el acuerdo de alto el fuego y limpiar étnicamente toda la Franja de Gaza.
A pesar del reciente intercambio de prisioneros, durante el cual muchas mujeres palestinas han sido liberadas, 21 mujeres siguen tras las rejas. Más de 4.711 mujeres y niños siguen desaparecidos. Miles de mujeres han resultado heridas y siguen siendo responsables de mantener a sus familias. Muchos más perdieron su derecho a la educación, al tratamiento, a la alimentación, a la libertad de acción y a una vida digna.
El genocidio en Gaza se está extendiendo a Cisjordania, ya que el proyecto de borrado y destrucción colonial de Israel tiene como objetivo a todo nuestro pueblo. En la Cisjordania ocupada, Israel destruye aldeas, comunidades y campamentos de refugiados enteros, mata a nuestro pueblo, expulsa a otros de sus hogares, convirtiéndolos en cuarteles militares, y maltrata a los residentes y sus familias. En Cisjordania, 37.400 palestinos han sido desplazados sólo en los últimos meses.
Una historia de lucha
A pesar de todo, las mujeres palestinas han hecho historia, una historia que todavía no se ha contado en gran medida, pero llena de logros a nivel político y social. Siempre nos hemos mantenido fieles a nuestros principios, incluso en los momentos más difíciles. Nuestro objetivo final sigue siendo lograr la libertad, la independencia y el derecho a la libre determinación para nosotros y nuestro pueblo.
Amamos la vida a pesar de la amargura del apartheid, el abuso de la ocupación y las difíciles condiciones de vida que afectan a todos los palestinos, ya sea dentro de nuestra patria o en la diáspora. No perdemos la esperanza y estamos decididos a garantizar que nuestro futuro florezca maravillosamente en una Palestina libre, donde regresen nuestros refugiados y podamos reconstruir juntos lo que los crímenes israelíes han destruido.
Hoy, como mujeres palestinas, nos recordamos a nosotras mismas y al mundo nuestro papel crucial en la lucha. Somos la madre, la mártir, la herida y la luchadora. Somos la prisionera, la trabajadora y la que abraza sus heridas a pesar de todas las tragedias y penas. Somos pacientes, firmes y decididos en la lucha hasta la victoria, porque amamos la justicia y rechazamos la derrota o la rendición.
En el Día Internacional de la Mujer, saludamos a las mujeres palestinas dondequiera que estén. Saludamos a las mujeres, especialmente a las mujeres trabajadoras, que lideran sus propias luchas en todo el mundo. Sabemos que estamos unidos en nuestra búsqueda común contra la opresión, la explotación y la exclusión. Solo juntos podemos vencer el patriarcado, el racismo, el colonialismo y el capitalismo para liberarnos a todos. Sólo juntos podremos superar el sistema de apartheid colonial, el genocidio y la ocupación de Israel para liberar a Palestina y demostrar al mundo que la justicia no sólo es posible, sino necesaria y urgente, en Palestina y en todas partes.
Por eso Palestina es una lucha feminista. Esta es la razón por la que Palestina es una lucha de la clase obrera.
Un llamado a la solidaridad
Hacemos un llamamiento a todas las instituciones oficiales y civiles y a los partidos políticos para que apoyen las demandas de las mujeres palestinas a fin de que podamos lograr el pleno despliegue de nuestros derechos y vivir una vida de dignidad, libertad e independencia.
Hacemos un llamamiento a las organizaciones de mujeres, feministas y transfeministas, a los sindicatos y a los movimientos de la clase trabajadora de todo el mundo para que se solidaricen activamente y ejerzan una presión efectiva sobre sus instituciones, gobiernos y empresas para que pongan fin a su complicidad con los crímenes israelíes. Le instamos a:
- Intensificar las campañas de Boicot, Desinversión y Sanciones estés donde estés.
- Desafiar cualquier intento de utilizar la propaganda feminista colonial y los esfuerzos de lavado rosa para silenciar nuestras voces y deslegitimar nuestra lucha, y en su lugar dar voz y escuchar a nosotras y a nuestro pueblo.
- Asegurar a los trabajadores que su sindicato se está organizando y no se verá obligado a ayudar o asistir en los crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio de Israel contra nuestro pueblo. Nadie debe ser forzado o empujado a transportar bienes, producir bienes o servicios o tener sus propios fondos de pensiones invertidos de manera que los conviertan, a sabiendas o sin saberlo, directa o indirectamente en cómplices de los crímenes israelíes.
¡Viva el 8 de marzo!
Vivan las mujeres palestinas, su lealtad a la causa, su arraigado sentido de pertenencia a nuestra tierra y a nuestro pueblo, su firmeza y su lucha por la libertad y la justicia.
Para nosotros, existir es resistir.