Sobre la política de organización de los y las trabajadores.

Eric Blanc y su libro sobre organización sindical

La publicación del libro de Eric Blanc “Somos el sindicato: Cómo la organización entre trabajadores está revitalizando el trabajo y logrando grandes logros”, ha generado un debate en círculos sindicales internacionales, al cuestionar los procedimientos que se siguen utilizando para organizar la respuesta social….

Bradley Crowder. People’s world.org

Revitalizar el movimiento obrero estadounidense se erige como una prioridad crucial para la izquierda hoy en día, con debates estratégicos que cobran una renovada urgencia. Décadas de declive han debilitado el poder organizado de la clase trabajadora precisamente cuando las fuerzas de la oligarquía y el autoritarismo exigen una respuesta unida. En su reciente artículo “¿ Qué estrategia para el movimiento obrero? “, Eric Blanc analiza las respuestas a su libro ” Somos el sindicato ” y profundiza en estas cuestiones, especialmente en lo que respecta a la “organización entre trabajadores” y la focalización estratégica.

Ubicación estratégica vs. capa estratégica

Un argumento central en este debate es la focalización estratégica. En ciertos círculos de izquierda, la interpretación tradicional enfatiza la organización de los trabajadores en “lugares estratégicos” dentro de la economía, típicamente en centros industriales clave, grandes centros logísticos o puntos críticos de infraestructura donde se maximiza el poder de la fuerza laboral para interrumpir la acumulación de capital. Esta perspectiva implica un supuesto arraigado en un modelo de cambio más antiguo e insurreccional: controlar estos nodos económicos proporciona la influencia necesaria para detener el sistema y forzar concesiones políticas significativas.

El énfasis excesivo en la “ubicación estratégica” ha quedado obsoleto en nuestra economía política contemporánea. La globalización ha transformado radicalmente la producción y ha vuelto las cadenas de suministro enormemente más complejas, haciendo que las huelgas nacionales en ubicaciones específicas sean menos perjudiciales para el capital global que en una era industrial con mayor control nacional.

Si bien la disrupción en los puntos de producción sigue siendo una táctica válida en luchas específicas en el lugar de trabajo, basarse únicamente en esta influencia económica no tiene en cuenta la naturaleza multifacética del poder capitalista: económico, político, ideológico y coercitivo. Este enfoque corre el riesgo de ser excesivamente economicista. Puede ganar batallas en el lugar de trabajo, pero no puede alcanzar el poder político integral necesario para desafiar el dominio de clase.

Debemos cambiar nuestro enfoque, dejando de lado la “ubicación estratégica” de ciertos trabajadores, para centrarnos en la “capa estratégica” de la clase trabajadora, dondequiera que se encuentre. Esta capa comprende a los trabajadores más conscientes, activos y capaces políticamente: aquellos con iniciativa, una conciencia de clase en desarrollo y la voluntad de luchar y liderar.

Esta “capa estratégica” es la vanguardia de la clase obrera, la más capaz de comprender el momento histórico y proporcionar el liderazgo necesario para la lucha más amplia. Identificar y desarrollar esta capa, dondequiera que se encuentre, es la tarea estratégica central.

Campañas recientes ilustran este punto. El movimiento Starbucks Workers United no comenzó con la tienda Starbucks más grande ni la de mayor importancia económica, sino que surgió de un pequeño grupo de trabajadores en Buffalo. De igual manera, las nuevas campañas de sindicalización en plantas automotrices no sindicalizadas tras la victoria del UAW surgieron de trabajadores motivados dentro de esas plantas: el estrato estratégico listo para actuar.

Tareas en la lucha contra el fascismo y el capital monopolista

La importancia estratégica de esta vanguardia se hace evidente cuando situamos nuestras tareas en el contexto político inmediato de la lucha contra el fascismo ascendente y el capital monopolista. Estos desafíos apremiantes e interconectados exigen una clase obrera políticamente consciente y organizada.

Defender la democracia es esencial. Nos enfrentamos a un creciente ataque a las normas, instituciones y derechos democráticos por parte de un movimiento de extrema derecha cada vez más alineado con los sectores más reaccionarios del capital. Esta amenaza fascista pone en peligro la capacidad de la clase trabajadora y los pueblos oprimidos para organizarse, protestar y luchar por sus intereses. Las luchas por los derechos sindicales, el derecho al voto, los derechos civiles y las libertades democráticas fundamentales están siendo atacadas.

La lucha antimonopolio abarca las dos principales coaliciones de partidos. El fascismo es la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, chovinistas e imperialistas del capital financiero, como nos enseñó Dimitrov. Sin embargo, en su afán de lucro y poder, todos los sectores del capital monopolista alimentan las condiciones para el fascismo, socavan la democracia e intensifican la explotación de la clase trabajadora. La riqueza y la influencia de monopolios como Amazon, Monsanto-Bayer y las grandes instituciones financieras han destruido la justicia económica y la gobernanza democrática.

Esta “capa estratégica”, la vanguardia de la clase, es crucial porque posee la capacidad política independiente para liderar un frente unido amplio contra el fascismo y el poder monopolístico. Su “poder social” no reside solo en la capacidad de causar disrupción económica en un lugar específico. Es su capacidad para:

  • Construir la unidad entre grupos diversos.
  • Elevar la conciencia política a través de la lucha y la educación.
  • Articular una visión clara para un futuro compartido.
  • Movilizar a las masas para una acción política y económica continua.

Los trabajadores de Starbucks demostraron un inmenso poder social al captar la atención del público, impulsar la imagen de marca de la empresa e inspirar a trabajadores de todo el país y de otros sectores, a pesar de su dispersión geográfica y su limitada influencia económica. Esta capacidad de liderazgo político y de forjar alianzas es la medida del poder de la clase trabajadora actual.

Sembrando la vanguardia para el Frente Unido Contra el Fascismo

El concepto de “siembra” de Eric Blanc ofrece un componente práctico vital para nuestra estrategia de organización de la vanguardia. Blanc describe la siembra como la identificación, la capacitación y el apoyo a los trabajadores para que inicien iniciativas utilizando herramientas modernas y métodos descentralizados.

Señala que “algunas de las técnicas de siembra más productivas incluyen aprovechar momentos de alta publicidad, como grandes elecciones sindicales y huelgas, para llamar (y brindarles herramientas) a otros trabajadores a que comiencen a organizarse; realizar capacitaciones en línea masivas; producir contenido viral en redes sociales para generar nuevos contactos… y desarrollar materiales de capacitación profundos y de fácil acceso para que los trabajadores comiencen a autoorganizarse”.

La siembra es el método ideal para cultivar la capa estratégica/de vanguardia, ya que no se limita a unos pocos centros industriales tradicionales o “ubicaciones estratégicas”. Existen en toda la economía: en los sectores de servicios, tecnología, logística, salud, educación y manufactura.

Una estrategia centrada en la vanguardia de la clase trabajadora requiere un método para llegar y empoderar a los líderes obreros en cualquier lugar, brindándoles las habilidades y el apoyo necesarios para organizar sus lugares de trabajo y comunidades. La siembra, con su énfasis en la iniciativa descentralizada, la capacitación entre pares y las herramientas digitales, proporciona este método, superando las limitaciones de los modelos de organización con gran cantidad de personal y limitados a la ubicación.

La rápida expansión de la campaña Starbucks Workers United, de una sola tienda a cientos de tiendas en todo el país, ejemplifica el éxito de la siembra impulsada por la iniciativa del sector estratégico y amplificada por las herramientas digitales y la atención pública. De igual manera, los esfuerzos del UAW para proporcionar recursos y apoyo a los trabajadores de plantas automotrices no sindicalizadas tras las victorias contractuales demuestran una estrategia de siembra deliberada para activar el sector estratégico en una industria clave.

Las implicaciones políticas de la siembra generalizada son profundas y relevantes para construir un frente unido contra el fascismo y el capital monopolista. La siembra permite al movimiento obrero fortalecer su presencia a nivel nacional al identificar y desarrollar líderes en diversos lugares de trabajo y zonas geográficas, incluyendo aquellas alejadas de los centros urbanos y los polos industriales.

Blanc escribe: «Es difícil predecir con antelación la amplitud con la que se expandirá la organización entre trabajadores, dado que el movimiento obrero ha hecho muy poco para impulsar iniciativas en una amplia gama de sectores económicos». Esta capacidad de generar influencia y organización en nuevos ámbitos es esencial para construir el poder político necesario para enfrentar el fascismo. En efecto, estamos sentando las bases para una contraofensiva democrática, construyendo liderazgo de base y capacidad organizativa para defender la democracia y promover los intereses de la clase trabajadora.

Conclusión: El camino a seguir para el poder de la clase trabajadora

Revitalizar el movimiento obrero estadounidense exige superar el enfoque obsoleto en las “ubicaciones estratégicas” y adoptar la organización de la “capa estratégica” —la vanguardia— de la clase trabajadora dondequiera que exista. Este cambio estratégico responde directamente a nuestras tareas históricas más urgentes: enfrentar la creciente amenaza del fascismo y desafiar al capital monopolista que socava tanto la democracia como el nivel de vida de la clase trabajadora.

Los conocimientos de Eric Blanc sobre la organización y la “siembra” de trabajador a trabajador proporcionan herramientas para identificar, empoderar y multiplicar esta capa de liderazgo en toda la clase, como lo demuestran Starbucks Workers United y la UAW.

Desarrollamos la capacidad política para ganar batallas en el lugar de trabajo y luchar contra el fascismo y el poder monopolístico, cultivando un liderazgo consciente y activo y utilizando métodos como la siembra para difundir la organización y la conciencia política. Este es el camino para construir el poder de la clase trabajadora del siglo XXI para defender la democracia y promover los intereses de la clase trabajadora y de todas las personas oprimidas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Next Post

Fiesta del PCPV el 17 de mayo de 2025 en Xest (Valencia).

Sáb May 17 , 2025
El Partit Comunista del País Valencià (PCPV) vuelve a celebrar su fiesta. Este año estará dedicada a los y las voluntarios/as de la DANA […]
Cartel de la Fiesta del PCPV del 17 de mayo 2025

Boletín semanal de novedades

Recibe en tu email un correo semanal con todas las nuevas entradas publicadas en esta web









Sumario