Lucia Nistal. Izquierdadiario.es
Este fin de semana desde Argentina nos recordaron cómo se enfrenta a la extrema derecha. Frente a su internacional reaccionaria, lucha de clases internacionalista.
La internacional reaccionaria está desatada, Trump con su guerra arancelaria, avanzando con políticas ultra racistas y echándole la culpa de todo al virus woke, su segundo de abordo en plan nazi, Milei repartiendo odio, aplicando recortes, despidos y represión.
Pero no todo es este clima reaccionario. Cuando Milei intentó llevar adelante un enorme ataque a las universidades ya fue respondido con asambleas masivas y un movimiento estudiantil en pie.
Y ahora, después de amenazar a los “zurdos hijos de puta” y relacionar en Davos ideología de género y pedofilia, este 1 de febrero pasará a la historia como el día en que cientos de miles de personas en toda Argentina salieron a las calles a decirle “NO” al Gobierno de Milei en su cruzada lgtbifóbica, misógina, antiderechos y negacionista.
Llenaron las calles el movimiento de mujeres y la comunidad LGTBI, el movimiento estudiantil, la izquierda, las jubiladas, organizaciones de memoria, el sindicalismo combativo (menos la burocracia sindical peronista, que ese día no podía), sectores de trabajadores en lucha como los del Hospital Bonaparte… Demostraron que se puede enfrentar y derrotar el plan de Milei.
Y por ahí va la clave, por unificar la fuerza social de la clase trabajadora y los movimientos sociales, en la coordinación de los sectores combativos.
Milei es un lacayo del imperialismo, perrito faldero de Trump -me sé de uno por aquí al que también le gustaría (Imágenes de Abascal)-, Milei quiere instalar la discriminación como política de Estado, y su discurso de odio no busca otra cosa más que dividir las fuerzas de la clase trabajadora para poder aplicar todas sus medidas neoliberales.
Como dijo mi compañera Myriam Bregman, diputada del PTS y el Frente de Izquierda en Argentina, no es solo una batalla cultural, es lucha de clases. Y la vía para pararle los pies a él y a toda la internacional reaccionaria no puede pasar por ese supuesto “frente antifascista” tan amplio tan amplio que incluye hasta a la derecha y a los partidos del régimen que les abren el camino, incluidos aquellos que se dicen progresistas y prometen dar la batalla cultural mientras aplican recortes, políticas racistas, imperialistas, felicitan a Trump o venden armas a Israel, como nuestro propio gobierno, por cierto.
La estrategia para enfrentar y derrotar a esta ultraderecha reaccionaria, que une sus discursos de odio al plan de los grandes capitalistas, es desarrollar nuestras propias fuerzas, desde abajo y unir las luchas que quieren separadas.
Frente a su internacional reaccionaria, lucha de clases internacionalista.