¡Fraude: el gobierno de Maastricht busca 60.000 millones!

Manifestación en Francia contra el precio de la energía

Arsène Schmitt. Initiative-comunista.fr

Hemos pagado el enorme coste del escudo tarifario de la electricidad, que ascendió a 48.000 millones de euros, un coste totalmente innecesario, que no habría sido necesario. ¡Cuarenta y ocho mil millones arrojados al Sena! El Estado subvencionó un coste adicional vinculado únicamente al método de cálculo del contrato. Ahora están raspando el fondo de los cajones. Pues que lo paguen nuestros ilustres políticos, estos incompetentes, Jospin, Sarkozy, Hollande, Macron, responsables de este escándalo de Estado. Sí, esto es alta traición contra el interés nacional. Son responsables ante la nación. Por el contrario, todos los ex primeros ministros y presidentes están llenos de fondos públicos durante todo el año.

Un pequeño recordatorio

La explosión de los precios del gas y la electricidad: ¡un escándalo! Una agresión intolerable contra el pueblo. Y tienen el descaro de pedir que se rindan cuentas y que todos hagan un esfuerzo. Pero maldita sea, ¿quién es el responsable de este escándalo energético? Es precisamente su política de privatización, y de nuevo a instancias de la UE, la responsable de esta situación catastrófica. Una política destructiva del interés nacional, llevada a cabo por todos los gobiernos maastrichtianos de derecha e izquierda.

En el año 2000, la traición al gobierno de Lionel Jospin, que organizó lo que se llamó “la transposición de izquierdas” de las directivas europeas sobre la privatización del gas y la electricidad. Los incompetentes Jospin y Hollande han sacrificado y vendido nuestra enérgica soberanía en el altar de los acuerdos electorales. Sí, sacrificaron el vanguardista reactor francés Superphénix (cerrado en 1997) a los Verdes de Dominique Voynet para asegurarse su apoyo. Superphénix habría producido electricidad durante 3.000 años utilizando residuos nucleares, como dice Henri Proglio, ex director general de EDF. La industria nuclear francesa ha perdido parte de su liderazgo en la investigación de vanguardia que le dio fama mundial y ha dejado su lugar a sus competidores. Y como recordatorio, es este gobierno de “izquierda” el que ha privatizado el doble que la derecha.

Es en el marco de la ley NOME (nueva organización del mercado de la electricidad) promulgada en 2010, concebida en el contexto de la aplicación del Derecho europeo de la competencia, que Bruselas obliga a EDF a vender electricidad a pérdida a sus competidores privados cuya creación se había impuesto para romper el monopolio público. ¡Estamos caminando sobre nuestras cabezas! EDF tiene que vender, al ridículo precio de 42 euros por megavatio hora, un tercio de su producción a competidores privados que han sido creados artificialmente, a estos parásitos que no producen nada, no distribuyen nada y no transportan nada.

Y toda esta política la llevan a cabo nuestros incompetentes jefes de Estado, para obedecer a la UE y no para disgustar a Alemania, que ha abolido su industria nuclear y tiene una electricidad muy cara. ¡Estamos caminando sobre nuestras cabezas! Como han dicho todos los antiguos directores generales de EDF, Alemania no acepta que Francia tenga a sus puertas una herramienta competitiva tan poderosa como EDF. La obsesión alemana durante 30 años ha sido la desintegración de EDF. Y lo consiguió. (Siempre hablamos de la pareja franco-alemana, pero es una pareja sadomasoquista, ¡es Alemania la que tiene el látigo!). Estamos en un modo loco. Hay que leer el libro de Henri Proglio La extraña debacle: cómo Francia perdió su soberanía energética.

Esta es la alta traición de nuestros sucesivos gobernantes maastrichtianos. El miedo de los gobiernos a decirle a Alemania que ya basta, que no hay razón para subvencionar su industria. Cabe destacar que Bruno Le Maire fue condecorado por Alemania por los servicios prestados. Este gran beta incompetente que dijo: “Vamos a colapsar la economía rusa”.

Estamos ante una estafa. ¡Sí, estamos caminando sobre nuestras cabezas!

A este respecto, nuestros parlamentarios deberían tomar las barricadas y exigir el fin de este precio europeo indexado al gas alemán. Y así nuestra factura de la luz se dividirá entre 5. Sí, estamos caminando sobre nuestras cabezas. Debemos volver al costo nacional de nuestra electricidad. El gas y la electricidad son servicios vitales para la población. Hay que renacionalizarlos y restablecer los monopolios de los servicios públicos. Y todos estos hipócritas de Maastricht, estos belicistas, nos dicen: “Gracias a Europa, el pueblo está protegido… »

¿Y a qué están esperando nuestros sindicatos en formato europeo, nuestros partidos de “izquierda” maastrichtianos para denunciar este escándalo en los medios de comunicación y exigir el fin del precio europeo de la electricidad indexada al gas alemán? ¡Sí, una vergüenza! ¡Un escándalo!

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