Maïa Courtois. Rapportsdeforce.fr
Del 29 de enero al 2 de febrero se llevarán a cabo una serie de acciones dirigidas a sectores estratégicos pertenecientes al multimillonario bretón Vincent Bolloré. La campaña “Desarmar a Bolloré”, iniciada por varias decenas de organizaciones, tiene como objetivo alentar un “nuevo frente antifascista” frente al ascenso de la extrema derecha en Francia y Europa.
La campaña “Desarmar a Bolloré”, liderada por varias decenas de organizaciones ecologistas, sociales y sindicales, convoca una serie de acciones del 29 de enero al 2 de febrero en toda Francia. Estas iniciativas locales, a las que la campaña ofrece un marco común, se basan en el mapeo de los sitios pertenecientes al grupo del multimillonario francés, establecido por la coordinación.
Una docena de acciones se harán públicas con antelación y, por lo tanto, se puede llegar fácilmente en Marsella, Lyon, Besançon, París y Poitiers. Otras, confidenciales, se centrarán en los sectores estratégicos del imperio del multimillonario francés: el mundo de la prensa y la edición, los sitios industriales, el sector agrícola. También se llevarán a cabo acciones en los países vecinos: Bélgica, Suiza y el Reino Unido, de nuevo dirigidas a sitios que también pertenecen al grupo Bolloré.
La campaña “Desarmar a Bolloré” se lanzó en junio de 2024, entre las dos vueltas de las elecciones legislativas anticipadas, ante el riesgo de que la Agrupación Nacional llegara al poder. Junto a los comités locales de los Levantamientos de la Tierra -creados tras el intento de disolución de Gérald Darmanin bloqueado por el Consejo de Estado- y de Extinction Rebellion, importantes organizaciones (Attac, ANV-COP21, Alternatiba, etc.) están en la iniciativa.
“Ante semejante peligro, nos parecía imposible no actuar en favor de un nuevo frente antifascista, en Francia y, más ampliamente, en Europa”, dice Lila*, una de las coordinadoras de la campaña. “No hay más que ver el ascenso de Trump al poder en Estados Unidos, más que ampliamente apoyado por Elon Musk a través de sus redes sociales, que son una potencia mediática absolutamente monstruosa“, advierte. “No estamos en esa etapa ni en Francia ni en Europa, pero el deseo de Bolloré es el mismo”.
“Estas transformaciones no se pueden hacer sin los trabajadores”
Esta amplia coalición había comenzado a formarse en torno a un fin de semana de acciones en diciembre de 2023 contra la multinacional Lafarge y el mundo concreto. Unas sesenta acciones a lo largo de tres días fueron llevadas a cabo por numerosas organizaciones, sindicatos y colectivos locales.
Una vez más, los sindicatos no se quedan atrás. Entre los aliados de la campaña de principios de febrero se encuentran la Union syndicale Solidaires, Sud Rail, la Confédération Paysanne, el SNJ-CGT (rama periodística de la CGT), así como algunas secciones locales de la CGT. Se están tendiendo puentes “cada vez más en el sector industrial, más allá del sector periodístico. Las alianzas locales entre las organizaciones verdes y las sucursales de la CGT son cada vez más densas”, observa Lila. Cita las recientes acciones de ayuda mutua: llamados a reforzar los piquetes, activistas de los Levantamientos de la Tierra que han venido a abastecer las cantinas de las huelgas Michelin,…
« Esto da lugar a una renovación de las discusiones”, dice Lila. Las organizaciones ecologistas, “a menudo acusadas de tener poca consideración por los trabajadores y de perder puestos de trabajo, especialmente en el sector energético, están profundizando sus alianzas. Para nosotros es obvio que estas transformaciones no se pueden hacer sin los trabajadores”.
De la explotación campesina al control de los flujos de población, la coherencia del “sistema Bolloré”
Más allá de la prensa, la comunicación y el mundo editorial, que se está movilizando, estas jornadas de acción también pretenden visibilizar los sectores menos conocidos por el gran público, sobre los que el grupo Bolloré está extendiendo su imperio. En primer lugar, el ámbito agrícola, en particular a través de SOCFIN, de la que el multimillonario es accionista. “Explota miles de miles de hectáreas en África y el sudeste asiático, con abusos, violencia sexual, explotación neocolonial de la tierra”, recuerda Lila. Hay varios procedimientos judiciales en curso, entre ellos uno llevado a cabo durante años por trabajadores cameruneses en los tribunales franceses para que se reconozca la responsabilidad del contratista.
Al mismo tiempo, el grupo “despliega toda una ideología así como herramientas materiales, a través de dispositivos de control de flujo, para que estas poblaciones no tengan la posibilidad de circular por donde quieran”, analiza Lila. Aquí es donde se establece el vínculo con el otro ámbito menos conocido: la industria. El Grupo Bolloré invierte desde hace mucho tiempo en la producción de baterías de litio para coches eléctricos, así como en el sector logístico. Pero también en el ámbito de la seguridad. El grupo es propietario de empresas que fabrican equipos para monitorear el flujo de mercancías y personas.
Automatización del control de accesos, gestión de flujos y fronteras (Sistemas Automáticos, Easier); la protección de los espacios públicos (Indestat); Chips RFID y seguimiento (Track & Trace)… La campaña “Desarmar a Bolloré” enumera algunos ejemplos, mientras que la acción pública que se avecina en Besançon se llevará a cabo con colectivos de indocumentados o de ayuda a los exiliados para poner de relieve esta “terrible coherencia del sistema Bolloré”, “racista, neocolonial”, descrito por Lila.
