Más allá del voluntariado, que sigue llevando el peso de la recuperación de las infraestructuras y servicios a la población valenciana afectada por la DANA del 29 de octubre, resulta necesaria una respuesta profesionalizada, masiva, coordinada y sostenible de los cuerpos y fuerzas del Estado como el ejército, bomberos, policía, etc. Unos cuerpos y fuerzas financiadas con dinero público y que tienen por objetivo proteger a la ciudadanía …
Jose Juaquin Belda. Debate público.com
La Comunidad Valenciana ha sido devastada por una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), dejando más de 200 fallecidos, miles de evacuados y cuantiosos daños materiales en 60 municipios. Con más de un millón de personas afectadas, la magnitud de esta catástrofe ha superado todos los recursos locales, generando un estado de emergencia que demanda una intervención masiva.
Esta situación recuerda a las inundaciones del País Vasco en 1983, cuando, durante la Semana Grande de Bilbao, una gota fría descargó más de 500 mm de agua en 24 horas, desbordando el río Nervión y afectando Bilbao y otros municipios cercanos. Ante la crisis, el Gobierno central desplegó 10.000 efectivos del Ejército, helicópteros y destructores. Hoy, la situación en la Comunidad Valenciana exige una intervención similar para mitigar el impacto y restaurar la seguridad.
1. Lección del País Vasco en 1983
El 26 de agosto de 1983, las lluvias más intensas en cinco siglos desbordaron el río Nervión, inundando Bilbao y localidades como Durango, Llodio y Bermeo. Con 34 personas fallecidas y más de 5.000 evacuadas, las pérdidas materiales fueron incalculables.
La respuesta del Gobierno fue inmediata y masiva: 10.000 efectivos militares, junto a helicópteros y destructores, se movilizaron para rescatar y brindar apoyo logístico. Este despliegue proporcionó la seguridad necesaria para que la población comenzara a recuperarse.
2. La situación actual en la Comunidad Valenciana
Con más de 200 fallecidos y un millón de personas afectadas, esta DANA marca un récord histórico en el número de vidas perdidas en desastres naturales recientes en España. El daño es tan extenso que requiere una intervención sin precedentes que garantice seguridad y asistencia a quienes han visto su vida alterada.
Aunque actualmente hay unos 1.200 efectivos de la UME desplegados, el volumen de ayuda no ha alcanzado las dimensiones de la crisis. Un esfuerzo más amplio, al estilo de 1983, sería fundamental para restablecer la confianza de la población y brindar una solución tangible a los afectados.
3. La Importancia de un Despliegue Coordinado de Unidades Especializadas
Profesionalidad y Agilidad en la Respuesta: Las Fuerzas Armadas, en especial las unidades de intervención rápida, están entrenadas para actuar en situaciones extremas. Los paracaidistas y las fuerzas especiales pueden desplegarse en cuestión de horas en zonas aisladas y operar en condiciones adversas. Además, la UME y las fuerzas de seguridad están preparadas para montar refugios, coordinar rescates y gestionar situaciones de emergencia con precisión.
Valor Social y Justificación del Presupuesto: En tiempos de paz, las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad muestran su utilidad al actuar en desastres naturales. Su intervención es una forma tangible de utilizar el presupuesto de defensa en apoyo directo a la población. Además, su participación en estos escenarios aporta satisfacción y compromiso personal, ya que contribuyen al bienestar de las comunidades afectadas.
4. Una Respuesta Integral con Unidades Coordinadas
La colaboración de todas las fuerzas especializadas, incluyendo Ejército, UME, Guardia Civil, Policía Nacional, policías autonómicas y bomberos, crearía una estructura operativa capaz de cubrir todos los frentes de esta emergencia. Cada unidad aporta capacidades esenciales, como rescate, atención sanitaria y apoyo logístico, permitiendo una respuesta efectiva y completa.
La experiencia de 1983 y otros desastres recientes subraya que una intervención conjunta de todas estas unidades asegura no solo rapidez en la respuesta, sino también un mayor impacto positivo en la vida de los afectados.
5. La Necesidad de una Recuperación Sostenida
La recuperación completa tras una catástrofe no solo requiere una intervención inicial, sino también apoyo continuo. En 1983, la presencia prolongada de las Fuerzas Armadas facilitó la restauración de la normalidad y la recuperación económica en el País Vasco. Hoy, la Comunidad Valenciana necesita un despliegue similar que garantice ayuda en cada fase de la recuperación, desde el rescate hasta la reconstrucción de infraestructuras y viviendas.
Esta crisis es una oportunidad para que las instituciones fortalezcan la confianza ciudadana, demostrando que su prioridad es el bienestar de los afectados.
Conclusión
La crisis en la Comunidad Valenciana exige una respuesta que esté a la altura de su magnitud. La experiencia de Bilbao en 1983 mostró que un despliegue masivo y coordinado de efectivos y recursos no solo salva vidas, sino que contribuye al bienestar y la recuperación de la comunidad. En tiempos de paz, las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad tienen el deber y la oportunidad de demostrar su valor, apoyando a la ciudadanía y mitigando el dolor y la incertidumbre que esta catástrofe ha dejado.
Más de un millón de personas afectadas merecen una respuesta inmediata y eficaz. Un despliegue que incluya fuerzas especiales, UME, Guardia Civil, Policía Nacional y Bomberos podría brindar la ayuda integral que los afectados necesitan para recuperar sus vidas y sus hogares. Esta actuación no es solo una responsabilidad institucional, sino una muestra de compromiso y solidaridad que fortalece la relación entre el Estado y sus ciudadanos en momentos críticos.