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En la cumbre de la OTAN en La Haya el miércoles 25 de junio, los líderes europeos se conformaron dócilmente con un giro del cerebro de papá Trump: gasta el 5% de tu PIB en defensa o me iré de aquí inmediatamente. Solo el presidente del Gobierno español, Sánchez, parecía tener la suficiente valentía como para distanciarse de ello.
Desde La Haya, los líderes europeos se apresuraron a llegar a Bruselas para una cumbre europea el jueves. Una mezcolanza de temas, pero tampoco hay nada positivo que informar aquí. Por ejemplo, no se trata de cancelar el acuerdo de asociación con Israel, a pesar de las pruebas de crímenes de guerra a través de un informe interno de la UE. El opositor a la suspensión no fue solo el ultraderechista admirador de Netanyahu, Orbán, sino también el canciller democristiano alemán Merz, que quiere erigirse como el nuevo hombre fuerte de la UE.
En la UE, parece que corresponde a los jefes de Estado y de Gobierno “interpretar” los tratados, porque el de Israel establece muy claramente que el respeto de los derechos humanos es una parte integral del acuerdo. Pero a pesar de la insistencia de España, Irlanda y Eslovenia, ni siquiera llegó a una decisión sobre sanciones menores que la suspensión, que no requieren unanimidad; Los dirigentes decidieron únicamente “proseguir las conversaciones sobre un seguimiento, teniendo en cuenta la evolución de la situación sobre el terreno”.
No hay condena alguna del bombardeo israelí y estadounidense de Irán; por el contrario, la afirmación de que “la Unión Europea siempre ha dejado claro que Irán nunca debería poseer armas nucleares” es un respaldo velado a la misma.
En la cumbre, también se animó a la Comisión a seguir desarrollando todo su arsenal de recursos de la Fortaleza Europa: acelerar los retornos, «terceros países seguros», asociaciones, etc. Por ejemplo, el acuerdo de control fronterizo con Libia (EUBAM Libia) se prorrogó por dos años (precio de 52 millones de euros) a pesar de los numerosos informes sobre las prácticas de la guardia fronteriza libia (tortura, asesinato de migrantes, abandono en el mar o en el desierto, etc.).
Los Jefes de Estado y de Gobierno también tuvieron un regalo para los sindicatos y la clase obrera. Piden a la Comisión Europea que acelere su “Estrategia de Mercado Único” y la “Estrategia de Puesta en Marcha”. En una respuesta inmediata, la Confederación Europea de Sindicatos explica cuáles son los obstáculos que hay en la mesa aquí. Ambos paquetes incluyen una opción que permite a algunas empresas (alta tecnología, start-ups, etc.) evadir la legislación laboral nacional.
Como ven, nuestra competitividad se ve perjudicada si las empresas tienen que tener en cuenta los convenios colectivos aplicables, los plazos de preaviso, las vacaciones, etc., que pueden variar de un país a otro. Un verdadero mercado único es un enfoque único para todos, por lo que permitiría a las empresas optar por los llamados “28e es decir, las condiciones de trabajo que se aplican en toda la Unión y sustituyen a los regímenes nacionales.
Dos cumbres en una semana, y ambas igual de siniestras. Ya no parece ser una coincidencia.