Cerca de 170.000 manifestantes según los sindicatos (95.000 según Interior) marcharon el martes 1 de octubre a petición de la CGT, FSU y Solidaires y de organizaciones de institutos y estudiantes. En las filas de los distintos sectores en lucha, la amargura y el cansancio en torno al nombramiento del gobierno de Barnier se codean con la determinación de aglutinar las fuerzas para los próximos meses (¿buscando abrir un proceso constituyente?) …
Maïa Courtois. Rapportsdeforce.fr
En medio de los habituales de las manifestaciones, profesionales de sectores que llevan muchos meses luchando, o los que no han faltado a una cita contra la reforma previsional, Sophie y Patricia son una excepción. Esta demostración del 1 de Octubre es la primera de toda su carrera de enfermería. Para la ocasión, se pusieron sus batas blancas. Esta vez, “la gente está harta”, dice Patricia, enfermera desde hace más de veinte años.
En un año, el número de camas se ha reducido a la mitad en su departamento de un hospital en el este de París. “Si bien se suponía que debíamos mejorar la atención de los pacientes de cuidados paliativos, pasamos de 10 camas a 5”, explica Sophie, su colega. “Y de 6 enfermeras de día a 4… Al mismo tiempo que nos pide que intervengamos en otros departamentos también. Se nos pide que seamos versátiles, que reclutemos menos después”.
En el contexto de este año de restricciones, el nombramiento del nuevo gobierno de Michel Barnier fue la gota que colmó el vaso. “Quieren reducir nuestro presupuesto, contratando menos funcionarios. Esto hará que todo sea aún peor”, teme Sophie. ¿Una primera movilización que anuncia otras, entonces, para estas dos enfermeras? Nada es menos cierto. Porque solo hay una salida, según ellos: “salir del hospital”, dicen a coro, con caras cansadas. Patricia está considerando la posibilidad de contratar a un reflexólogo y masajista autónomo. Sophie, por su parte, está pensando en pasarse a la práctica liberal, en casa. “Una enfermera en el hospital se queda una media de siete años antes de irse”, dice esta última, que está al límite de sus posibilidades tras siete años de experiencia.
Muy por delante de estas dos enfermeras, Roberta (seudónimo) camina sola, con paso decidido, ascendiendo poco a poco entre la multitud. Esta directora de guardería, por su parte, tiene energía combativa de sobra para los próximos meses. “¿Dónde están mis colegas? ¡Debería haber más de nosotros! “, dijo el manifestante. Sostiene en alto un cartel lleno de colores en el que está escrito: “Amo mi trabajo pero: + euros, + pros = – bobos”. No es por ella misma que se unió a esta manifestación del 1 de Octubre –su puesto directivo, le encanta–; sino para sus empleados. “Estoy aquí para representarlos”, insiste. “Mis equipos están agotados. Por otro lado, están hipermotivados, eso es lo paradójico. Están ahí para los hijos, aunque el salario no les acompañe. Constantemente se les pide que trabajen horas extras. Mientras que es un trabajo física y psicológicamente difícil, con mucha responsabilidad. »
“Mejor circulación de la información sobre las movilizaciones”
Roberta dirige dos microguarderías. En estas estructuras, la proporción de un profesional por cada seis niños de diez meses a 3 años. “¿Es normal garantizar la seguridad emocional y física, las comidas, el cuidado, de seis niños, mientras se está solo? Además, mediante la limpieza, ¿cómo se les pide que hagan en las microguarderías? Roberta se lamenta. Los inicios de las negociaciones con el ministerio, obtenidos a través de la lucha de los profesionales del sector el año pasado, no fueron satisfactorios a su juicio. En cuanto al nuevo gobierno: “Vamos en una dirección muy mala. Me temo que no va a cambiar nada, que los sueldos siguen sin aumentarse”.
Así, la propia directora hizo circular la información sobre la manifestación del 1 de Octubre en su establecimiento. Sus empleados se declararon en huelga y la microguardería cerró”, dice Roberta con una sonrisa. “Las chicas, muchas veces, ni siquiera están al tanto de las fechas de la movilización. También se debe a la falta de sindicatos: algunos grandes grupos privados han conseguido dividir las microguarderías para que no haya ningún representante del personal”, describe. ¿La prioridad para fortalecer el impulso en los próximos meses? “Necesitamos mucho trabajo de comunicación para hacer circular mejor la información sobre las movilizaciones. Y fortalecer la presencia de los sindicatos”, anima Roberta.
Movimiento social contra el endurecimiento de la política migratoria
Discretamente, un puñado de empleados de Ofpra marcharon en medio de la procesión. La Oficina Francesa para la Protección de los Refugiados y los Apátridas, bajo la supervisión del Interior, es el organismo responsable de tramitar las solicitudes de asilo. En el momento en que Michel Barnier pronuncia su discurso de política general, Charlotte* se unió a la manifestación del 1 de octubre esta tarde “por la forma en que hemos sido engañados, a lo largo de toda la línea, por este nuevo gobierno”. Este agente de Ofpra teme sobre todo el nombramiento de Bruno Retailleau (LR) para el Ministerio del Interior: “es complicado considerar nuestro trabajo de forma serena”.
El ministro ya ha multiplicado sus discursos augurando un endurecimiento de la política migratoria. Michel Barnier, por su parte, promete, entre otras cosas, acelerar el examen de las solicitudes de asilo, para “una tramitación más eficiente de las solicitudes de asilo”. Sin embargo, los agentes de Ofpra ya están bajo presión. Este fue el objetivo de la huelga de 200 agentes de Ofpra en marzo contra la “política de números”, un movimiento raro y, por lo tanto, ampliamente difundido. “La promesa de otra ley de inmigración, estamos empezando a hartarnos. Cada vez, bajamos un escalón en términos de respeto por los solicitantes de asilo”, dice Charlotte.
¿Qué resistencia a esta degradación podemos imaginar en los próximos meses? El margen de maniobra es reducido: “Somos una institución independiente en el texto, pero en realidad vemos que no lo somos. En unos meses cambiaremos al director general: nombrado por un gobierno así, no nos hacemos demasiadas ilusiones”, comenta el agente de la OFPRA. Habrá que apoyarse entonces en el movimiento social construido hace unos meses: “Hemos sido muy apoyados. Y todos coincidimos en denunciar nuestras condiciones de trabajo. Las negociaciones han quedado en suspenso ante la ausencia de un nuevo gobierno, pero cuando vuelva a empezar, allí estaré”, concluye.
“Nos estamos fortaleciendo, seguimos” después del 1 de octubre
Otro sector quedó en suspenso este verano por la falta de una transición de gobierno: el energético. A la cabeza de la manifestación, se desplegó una enorme pancarta azul “EDF-GDF 100% público“ a lo largo de toda la calle, sostenida en las cuatro esquinas por los manifestantes. Gaël Farou, administrador de la FNME CGT y agente de EDF de la central nuclear de Civaux, camina a su lado. Sus compañeros luchan desde hace muchos meses en todos los frentes: los salarios, la reforma de las pensiones, el reciente anuncio de EDF del cierre de la central de Cordermais en 2027…
Por no hablar de la batalla constante “por la renacionalización de todo el sector energético, dejando de dejárselo al sector privado”, resume Gaël Farou. Como recordatorio, después de un largo movimiento social en EDF contra el proyecto Hércules destinado a la desmembración del grupo, el Parlamento aprobó en abril (en contra del consejo del gobierno) un texto que santificaba el 100% del capital de EDF en manos del Estado.
Por lo demás, el cambio ministerial ha dejado en suspenso las negociaciones. Gaël Farou no se hace ilusiones: “con este gobierno y su ideología no vamos hacia lo que queremos”. Es más, después de meses de lucha, particularmente contra la reforma previsional, muchos agentes se dicen: “Me estoy movilizando, no está funcionando; Yo voto, tampoco funciona… Esto plantea grandes preocupaciones democráticas”, señala el administrador de la FNME CGT. Sin embargo, estas luchas, lejos de crear cansancio y desafección sindical, han traído fuerzas vivas a la FNME CGT. Con un aumento de nuevas membresías en un año no visto en años. “Es conmovedor, especialmente en este período. Muchos jóvenes se están sumando y haciendo su contribución”. Así que para los próximos meses, “nos estamos haciendo más fuertes, seguimos”.
¡Seamos realistas juntos!