Comités locales: la nueva esperanza después de la DANA.

El Aula Magna de La Nave se quedó pequeña para acoger la asistencia a la presentación de los Comités de Reconstrucción de las zonas afectadas por la DANA

Tres meses después del nefasto 29 de diciembre en el que una ola de barro y agua anegó buena parte del sur de València y comarcas cercanas, causando 224 muertes y varias desapariciones, así como ingentes daños en las infraestructuras y zonas urbanizadas, etc., siguen todavía pendientes de atender muchas necesidades de la población afectada por parte de unas administraciones públicas que continúan tratando de mirar para otro lado. La propuesta de “comités locales de emergencia y reconstrucción” constituye una iniciativa que reivindica la necesidad de participación de los trabajadores y sectores populares para reconstruir y también, sobre todo, prevenir futuros desastres climáticos y unas políticas de recorte de servicios y de derechos sociales que favorecen, cuando no son directamente responsables, este tipo de catástrofes…

Joan Canela. Diarilaveu.cat

«Con la economía social / y la participación / haremos la reconstrucción / con el comité local». Si los maoríes de Nueva Zelanda tienen la haka como danza de reafirmación y unidad, en l’Horta Sud tienen los cantos de albades, que son igualmente emocionantes, pero tienen la ventaja de poderles poner letra.

Y así –no podía ser de otra manera- comenzó el acto de presentación de los Comités Locales de Reconstrucción y Emergencia, la propuesta de estructuras de participación ciudadana surgida del Parque Alcosa –en Alfafar- y que se está extendiendo a toda velocidad por todas las zonas que sufrieron la barrancada del 29 de octubre, desde Sedaví a Utiel, de Valencia a Algemesí.

Si por la mañana había sido el turno de la explicación más técnica, en formato rueda de prensa, por la tarde fue la hora de emocionar y cautivar a un público que llenó hasta la bandera el Aula Magna de La Nau de la Universitat de València, cuando justo hacían tres meses de la catástrofe.

«Desde el primer día, la gente no aceptó lo que le estaba pasando y, con la administración desaparecida, la población, sin ningún orden, empezó a hablar, a ayudarse. Y luego llegaron los voluntarios, desobedeciendo las órdenes de no ir. Esta actitud ha cristalizado con la creación de los Comités», explicó Toni Valero, del Comité del Parque Alcosa, que ejerció funciones de presentador.« ¿Y quién tiene que arreglar esto? ¿Un Teniente General? Madrid? ¿La Generalitat?» se preguntó de forma retórica.

En el remate, los Comités no son sino el golpe de puño sobre la mesa de unas poblaciones que aún se encuentran «en situación de emergencia» y que no quieren que la reconstrucción les pase por encima de la misma forma que les ha pasado el agua y el barro.

«No queremos volver a la normalidad –verbalizó Salva, de los Comité de Albal- sino ir a un lugar nuevo y mejor. Sustituir un sistema que no está preparado para afrontar los problemas del siglo XXI». Entre las reivindicaciones que más se sintieron durante el acto fueron la resolución de los graves problemas sociales actuales, desde la vivienda, hasta la alimentación, pasando por los servicios básicos como educación, sanidad o transporte, pero también, adaptación a la nueva realidad generada por el cambio climático, la revisión del Plan Sur, la protección de la huerta y, sobre todo y por encima de todo: participación y decisión de la ciudadanía.

La fuerza de la gente organizada

«Hace dos meses que estamos en emergencia y la propuesta de los Comités nos da la esperanza de que podemos plantearnos cómo queremos el pueblo», explicó Penélope, del Comité de Paiporta, un municipio donde la barrancada cayó sobre una sociedad «sin tejido social». «El 29 de octubre tuvimos que empezar de cero, y veíamos cómo, en los lugares donde ya había una organización previa iban muy por delante de nosotros».

«Un compañero geógrafo de Torrent me avisó a través del chat de Per l’Horta –explicó Empar, del Comité de Valencia y vecina de Castellar l’Oliveral- que lo que venía era muy grande, que agarrara lo que pudiera y saliera de casa. Voy a avisar a los vecinos muy próximos y al grupo de la asociación de vecinos, que avisaron a sus familiares y vecinos. Estar organizadas es lo que nos salvó».

Vidas salvadas por la gente, mientras la administración teóricamente responsable se desentendía de los problemas. Gente que ahora que ha descubierto la fuerza de su organización no quiere volver a depender de esta misma administración. Algo muy profundo, mucho más que las infraestructuras de cemento, se rompió el 29 de octubre.

A las 20.14 horas el acto se interrumpe por sorpresa con el sonido de la alarma. «Entonces ya era demasiado tarde». De fondo, Lluís Llach canta «asesinos».

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